martes, 13 de julio de 2010

Arma del Señor Supremo



Arma del Señor Supremo:


Los Pâòàavas protegidos por el Arma del Señor Supremo:


TEXTO 12


TaùeRvaQa MauiNaé[eï Paa<@va" PaÄ SaaYak-aNa( )

AaTMaNaae_i>aMau%aNdqáaNaal/+Yaaña<YauPaaddu" )) 12 ))


tarhy evâtha muni-äreëùha

pâòàavâù pañca sâyakân

âtmano ’bhimukhân dîptân

âlakëyâstrâòy upâdaduì


tarhi—entonces; eva—también; atha—por lo tanto; muni-âreëùha—¡oh, el principal entre los munis!; pâòàavâì—todos los hijos de Pâòàu; pañca—cinco; sâyakân—armas; âtmanaì—sí mismos; abhimukhân—hacia; dîptân—brillante; âlakëya—viéndolo; astrâòi—armas; upâdaduì—esgrimieron.


TRADUCCIÓN


¡Oh, tú, (Äaunaka) el principal entre los grandes pensadores (munis)! los Pâòàavas, viendo que el deslumbrante brahmâstra se dirigía hacia ellos, empuñaron sus cinco armas respectivas.


SIGNIFICADO


Los brahmâstras son más finos que las armas nucleares. Aävatthâmâ disparó el brahmâstra simplemente para matar a los Pâòàavas, es decir, a los cinco hermanos encabezados por Mahârâja Yudhiëùhira y al único nieto de éstos, el cual se hallaba en el vientre de Uttarâ. De modo que el brahmâstra, más eficaz y fino que las armas atómicas, no era tan ciego como estas últimas. Cuando se lanzan bombas atómicas, éstas no discriminan entre el blanco y los demás. Las bombas atómicas principalmente les hacen daño a los inocentes, porque no pueden ser controladas. El brahmâstra no es así. El brahmâstra distingue el blanco de los demás, y procede conforme a ello, sin hacerle daño a los inocentes. (S.B. 1º, Cap. 8, V. 12, págs. 362-363).


TEXTO 13


VYaSaNa& vq+Ya TataezaMaNaNYaivzYaaTMaNaaMa( )

SaudXaRNaeNa Svañe<a SvaNaa& r+aa& VYaDaaiÜ>au" )) 13 ))


vyasanaê vîkëya tat teëâm

ananya-viëayâtmanâm

sudaräanena svâstreòa

svânâê rakëâê vyadhâê vibhuì


vyasanam—gran peligro; vîkëya—habiendo observado; tat—eso; teëâm—de ellos; ananya—ningún otro; viëaya—en medio; âtmanâm—inclinado así; sudaräanena—mediante la rueda de Ärî Kèëòa; sva-astreòa—mediante el arma; svânâm—de Sus propios devotos; rakëâm—protección; vyadhât—lo hizo; vibhuì—el Todopoderoso.


TRADUCCIÓN


La todopoderosa Personalidad de Dios, Ärî Kèëòa, habiendo observado que un gran peligro acechaba a Sus devotos puros, quienes eran almas totalmente entregadas, esgrimió de inmediato Su disco Sudaräana para protegerlos.


SIGNIFICADO


El brahmâstra, el arma suprema lanzada por Aävatthâmâ, era un arma similar a la nuclear, pero con más radiación y calor que ésta. Ese brahmâstra es el producto de una ciencia más sutil, siendo el producto de un sonido más fino, un mantra que se encuentra en los Vedas. Otra ventaja de esa arma es que no es ciega como el arma nuclear, pues puede ser dirigida únicamente hacia el blanco y nada más. Aävatthâmâ lanzó el arma sólo para acabar con todos los miembros varones de la familia de Pâòàu; por lo tanto, en un sentido era más peligrosa que las bombas atómicas, porque podía penetrar incluso en el lugar más protegido de todos y nunca erraba el blanco. Sabiendo todo esto, el Señor Ärî Kèëòa esgrimió de inmediato Su arma personal para proteger a Sus devotos, los cuales no tenían a nadie más que a Kèëòa. En El Bhagavad-gîtâ, el Señor ha prometido claramente que Sus devotos nunca habrán de ser vencidos. Y Él se comporta conforme a la calidad o grado del servicio devocional que le prestan los devotos. Aquí es significativa la palabra ananya-viëayâtmanâm. Los Pâòàavas dependían de la protección del Señor en un ciento por ciento, aunque todos ellos eran de por sí grandes guerreros. Pero el Señor no les hace caso ni siquiera a los más grandes guerreros, y además los vence en un dos por tres. Cuando el Señor vio que no quedaba tiempo para que los Pâòàavas contraatacaran el brahmâstra de Aävatthâmâ, esgrimió Su arma, incluso a riesgo de romper Su propio voto. Aunque la Batalla de Kurukëetra estaba casi terminada, aun así, de acuerdo con Su voto, Él no debió haber esgrimido Su propia arma. Pero la emergencia era más grande que el voto. Él es mejor conocido como el bhakta-vatsala, o el amante de Su devoto, y, así pues, prefirió continuar como bhakta-vatsala, antes que ser un moralista mundano que nunca rompe su solemne voto. (S.B. 1º, Cap. 8, V. 13, págs. 363-364).


TEXTO 15


YaÛPYañ& b]øiXarSTvMaaega& caPa[iTai§-YaMa( )

vEZ<av& TaeJa AaSaaÛ SaMaXaaMYad( >a*GaUÜh )) 15 ))


yadyapy astraê brahma-äiras

tv amoghaê câpratikriyam

vaiëòavaê teja âsâdya

samaäâmyaê bhègûdvaha


yadyapi—aunque; astram—arma; brahma-äiraì—suprema; tu—pero; amogham—sin restricción; ca—y; apratikriyam—no podía ser contrarrestado; vaiëòavam—en relación con Viëòu; tejaì—fuerza; âsâdya—estando confrontado con; samaäâmyat—fue neutralizado; bhègu-udvaha—¡oh, gloria de la familia de Bhègu!.


TRADUCCIÓN



¡Oh, Äaunaka!, aunque la suprema arma brahmâstra lanzada por Aävatthâmâ era irresistible y no podía ser detenida ni contrarrestada, fue neutralizada y desbaratada al confrontarla la fuerza de Viëòu (el Señor Kèëòa).


SIGNIFICADO


En El Bhagavad-gîtâ se dice que el brahmajyoti, o la brillante refulgencia trascendental, descansa en el Señor Ärî Kèëòa. En otras palabras, la brillante refulgencia conocida como brahma-tejas no es más que el conjunto de los rayos del Señor, de la misma manera en que los rayos del Sol son rayos del disco solar. Así que esa arma Brahma, aunque era irresistible en sentido material, tampoco pudo superar la suprema fortaleza del Señor. El arma denominada brahmâstra que Aävatthâmâ lanzó, fue neutralizada y desbaratada por el Señor Ärî Kèëòa mediante Su propia energía; es decir, Él no esperó que nadie más lo ayudara, porque Él es absoluto. (S.B. 1º, Cap. 8, V. 15, págs. 365-366).


Arma del Señor Supremo, sudarsana: Sudaräana cakra o disco:


TEXTOS 6–7


PavRTaae Naardae DaaEMYaae >aGavaNa( badraYa<a" )

b*hdìae >arÜaJa" SaiXaZYaae re<auk-aSauTa" )) 6 ))




viSaï wNd]Pa[MadiñTaae Ga*TSaMadae_iSaTa" )

k-+aqvaNa( GaaETaMaae_i}aê k-aEiXak-ae_Qa SaudXaRNa" )) 7 ))


parvato nârado dhaumyo

bhagavân bâdarâyaòaì

bèhadaävo bharadvâjaì

saäiëyo reòukâ-sutaì

vasiëùha indrapramadas


trito gètsamado ’sitaì

kakëîvân gautamo ’triä ca

kauäiko ’tha sudaräanaì


parvataì—Parvata Muni; nâradaì—Nârada Muni; dhaumyaì—Dhaumya; bhagavân—encarnación de Dios; bâdarâyaòaì—Vyâsadeva; bèhadaävaì—Bèhadaäva; bharadvâjaì—Bharadvâja; sa-äiëyaì—junto con sus discípulos; reòukâ-sutaì—Paraäurâma; vasiëùhaì—Vasiëùha; indrapramadaì—Indrapramada; tritaì—Triya; gètsamadaì—Gètsamada; asitaì—Asita; kakëîvân—Kakëîvân; gautamaì—Gautama; atriì—Atri; ca—y; kauäikaì—Kauäika; atha—así como también; sudaräanaì—Sudaräana.


TRADUCCIÓN


Todos los sabios estaban presentes, tales como Parvata Muni, Nârada, Dhaumya, Vyâsa - la encarnación de Dios -, Bèhadaäva, Bharadvâja, Paraäurâma y sus discípulos, Vasiëùha, Indrapramada, Trita, Gètsamada, Asita, Kakëîvân, Gautama, Atri, Kauäika y Sudaräana.


SIGNIFICADO


Parvata Muni: (sáns. vaiëòava). Se le considera uno de los sabios más antiguos que existe. Él es casi siempre un compañero de Nârada Muni. Además, ambos son cosmonautas capaces de viajar por los aires sin la ayuda de ningún vehículo material. Parvata Muni es un devaèëi, o un gran sabio entre los semidioses, como también lo es Nârada. Él estaba presente junto con Nârada en la ceremonia de sacrificio de Mahârâja Janamejaya, el hijo de Mahârâja Parîkëit. En ese sacrificio se iba a matar a todas las serpientes del mundo. A Parvata Muni y a Nârada Muni se les conoce también como Gandharvas, porque pueden viajar por los aires, cantando las glorias del Señor. Como pueden viajar de ese modo, observaron desde el aire la ceremonia svayaˆvara de Draupadî (de elección de esposo). Al igual que Nârada Muni, Parvata Muni también solía visitar la asamblea real del cielo del rey Indra. Como Gandharva, a veces visitaba la asamblea real de Kuvera, uno de los semidioses importantes. Una vez, tanto Nârada como Parvata se vieron en problemas con la hija de Mahârâja Sèñjaya. Mahârâja Sèñjaya obtuvo de Parvata Muni la bendición de tener un hijo.


Nârada Muni: (sáns. vaiëòava). Se le asocia inevitablemente con las narraciones de los Purâòas. A él se le describe en el Bhâgavatam. En su vida anterior era hijo de una sirvienta, pero mediante la buena asociación con devotos puros se iluminó en lo referente al servicio devocional, y en la siguiente vida se convirtió en un hombre perfecto, comparable sólo consigo mismo. Su nombre se menciona en muchos lugares de El Mahâbhârata. Él es el devaèëi más importante de todos, o el principal sabio entre los semidioses, y es el hijo y discípulo de Brahmâjî; a partir de él se extendió la sucesión discipular que proviene de Brahmâ. Él inició a Prahlâda Mahârâja, a Dhruva Mahârâja y a muchos otros célebres devotos del Señor, e inició incluso a Vyâsadeva, el autor de las Escrituras védicas, Vyâsadeva inició a Madhvâcârya, y, de ese modo, la Madhva-sampradâya, en la que está incluida la Gauàîya-sampradâya, se ha extendido por todo el universo. Ärî Caitanya Mahâprabhu pertenecía a esta Madhva-sampradâya; por lo tanto, desde Brahmâjî, Nârada y Vyâsa, hasta Madhva, Caitanya y los Gosvâmîs, todos pertenecían a la misma línea de sucesión discipular. Nâradajî ha instruido a muchos reyes desde tiempos inmemoriales. En el Bhâgavatam podemos ver que instruyó a Prahlâda Mahârâja mientras éste se hallaba en el vientre de su madre, e instruyó a Vasudeva, el padre de Kèëòa, así como también a Mahârâja Yudhiëùhira.


Dhaumya: (sáns. vaiëòava). Gran sabio que practicaba severas penitencias en Utkocaka-tîrtha y fue nombrado sacerdote real de los reyes Pâòàavas. Actuó como sacerdote de muchas funciones religiosas de los Pâòàavas (saˆskâra), y, además, cada uno de ellos fue atendido por él durante los esponsales de Draupadî. Él estuvo presente incluso durante el exilio de los Pâòàavas, y solía aconsejarlos en aquellas circunstancias en que se encontraban desconcertados. Él les enseño a vivir de incógnito durante un año, y los Pâòàavas siguieron estrictamente sus instrucciones durante ese período. Su nombre también se mencionó cuando después de la Batalla de Kurukëetra se realizó la ceremonia fúnebre general. En el Anuäâsana-parva de El Mahâbhârata (127.15-16), le dio a Mahârâja Yudhiëùhira instrucciones religiosas muy detalladas. Él era en verdad el tipo indicado de sacerdote para un cabeza de familia, porque podía guiar a los Pâòàavas por la senda correcta de la religión. Un sacerdote tiene la finalidad de guiar al cabeza de familia progresivamente por el sendero correcto del âärama-dharma, o del deber propio de la ocupación de una determinada casta. Prácticamente no hay diferencia entre el sacerdote de la familia y el maestro espiritual. Los sabios, santos y brâhmaòas eran especialmente quienes tenían que desempeñar dichas funciones.


Bâdarâyaòa (Vyâsadeva): (sáns. vaiëòava). A él se le conoce como Kèëòa, Kèëòa-dvaipâyana, Dvaipâyana, Satyavatî-suta, Pârâäarya, Parâäarâtmaja, Bâdarâyaòa, Vedavyâsa, etc. Fue el hijo que Mahâmuni Parâäara engendró en el vientre de Satyavatî antes de los esponsales de esta última con Mahârâja Äantanu, el padre del gran general, el abuelo Bhîëmadeva. Es una poderosa encarnación de Nârâyaòa, y difunde por el mundo la sabiduría védica. Por eso, a Vyâsadeva se le ofrecen respetos antes de cantar la literatura védica, especialmente los Purâòas. Äukadeva Gosvâmî era hijo de él, y èëis tales como Vaiäampâyana eran sus discípulos en las diferentes ramas de los Vedas. Él es el autor de la gran obra épica El Mahâbhârata y la gran obra literaria trascendental conocida como El Bhâgavatam. Los Brahma-sûtras - los Vedânta-sûtras, o Bâdarâyaòa-sûtras - fueron recopilados por él. Él es entre los sabios el autor más respetado de todos por sus severas penitencias. Cuando quiso poner por escrito la gran obra épica El Mahâbhârata por el bien de toda la gente de la era de Kali, sintió la necesidad de un escritor poderoso que pudiera copiar todo lo que él le dictara. Por orden de Brahmâjî, Ärî Gaòeäajî, se encargó de anotar el dictado con la condición de que Vyâsadeva no dejara de dictar ni por un momento. El Mahâbhârata se recopiló así mediante el esfuerzo conjunto de Vyâsa y Gaòeäa.


Por orden de su madre, Satyavatî, quien luego se casó con Mahârâja Äantanu, y a pedido de Bhîëmadeva, el hijo mayor de Mahârâja Äantanu con su primera esposa, el Ganges (en la cultura védica, los ríos son del género femenino), engendró tres hijos brillantes, cuyos nombres son Dhètarâëùra, Pâòàu y Vidura. Vyâsadeva recopiló El Mahâbhârata después de la Batalla de Kurukëetra y después de la muerte de todos los héroes de El Mahâbhârata. El Mahâbhârata se expuso por primera vez en la asamblea real de Mahârâja Janamejaya, el hijo de Mahârâja Parîkëit.


Bèhadaäva: (sáns. vaiëòava). Sabio antiguo que se reunía de vez en cuando con Mahârâja Yudhiëùhira, a quien conoció en Kâmyavana. Este sabio narró la historia de Mahârâja Nala. Hay otro Bèhadaäva, que es hijo de la dinastía Ikëvâku (El Mahâbhârata, Vana-parva 209, 4-5).


Bharadvâja: (sáns. vaiëòava). Es uno de los siete grandes èëis, y estuvo presente durante la ceremonia natal de Arjuna. A veces, el poderoso èëi observaba severas penitencias a orillas del Ganges, y su âärama aún es célebre en Prayâga-dhâma. Se sabe que mientras este èëi se bañaba en el Ganges, se encontró casualmente con Ghètâcî, una de las hermosas muchachas frívolas del cielo, y, en consecuencia, derramó semen, que fue guardado y preservado en un tarro de barro y del cual nació Droòa. Así que Droòâcârya es el hijo de Bharadvâja Muni. Otros dicen que Bharadvâja, el padre de Droòa, es una persona diferente de Mahaèëi Bharadvâja. Él era un gran devoto de Brahmâ. Una vez se acercó a Droòâcârya y le pidió que detuviera la Batalla de Kurukëetra.


Paraäurâma ó Reòukâsuta: (sáns. vaiëòava). Es el hijo de Mahaèëi Jamadagni y Ärîmatî Reòukâ. Por eso también se le conoce como Reòukâsuta. Es una de las poderosas encarnaciones de Dios, y mató a toda la comunidad këatriya veintiuna veces. Con la sangre de los këatriyas complació a las almas de sus antepasados (de Paraäurâma). Más tarde se sometió a severas penitencias en el Mahendra-parvata. Después de quitarles toda la Tierra a los këatriyas, se la dio a Kaäyapa Muni como caridad. Paraäurâma le enseño El Dhanur-veda, o la ciencia de pelear, a Droòâcârya, porque resultaba ser un brâhmaòa. Él estuvo presente durante la coronación de Mahârâja Yudhiëùhira, y celebró la función junto con otros grandes èëis.


Paraäurâma es tan antiguo, que se encontró tanto a Râma como a Kèëòa en diferentes oportunidades. Él peleó con Râma, pero aceptó a Kèëòa como la Suprema Personalidad de Dios. Además, elogió a Arjuna cuando lo vio con Kèëòa. Cuando Bhîëma rehusó casarse con Ambâ, la cual lo quería por esposo, Ambâ se encontró con Paraäurâma, y sólo porque ella lo solicitó, él pidió a Bhîëmadeva que la aceptara por esposa. Bhîëma rehuso obedecer su orden, si bien él era uno de los maestros espirituales de Bhîëmadeva. Paraäurâma peleó con Bhîëmadeva cuando éste hizo caso omiso de su advertencia. Ambos pelearon muy severamente, y al final Paraäurâma se sintió complacido con Bhîëma y le dio la bendición de volverse el guerrero más grande del mundo.


Vasiëùha Muni: (sáns. vaiëòava). El gran y célebre sabio entre los brâhmaòas, bien conocido como el Brahmarëi Vasiëùhadeva. Es una figura destacada tanto en el período de El Râmâyaòa como en el de El Mahâbhârata. Él celebró la ceremonia de coronación de la Personalidad de Dios Ärî Râma, y también estuvo presente en el campo de batalla de Kurukëetra. Él podía ir a todos los planetas superiores e inferiores, y su nombre también está relacionado con la historia de Hiraòyakaäipu. Entre él y Viävâmitra hubo una gran tensión, porque este último quería su kâmadhenu, o vaca cumplidora de deseos. Vasiëùha Muni rehusó prescindir de su kâmadhenu, y debido a ello Viävâmitra mató a sus cien hijos. Como perfecto brâhmaòa que era, toleró todas las provocaciones de Viävâmitra. Una vez trató de suicidarse debido a la tortura de Viävâmitra, pero todos sus intentos fracasaron. Saltó de una colina, pero las piedras sobre las que cayó se convirtieron en un montón de algodón, y de ese modo se salvó. Se lanzó al océano, pero las olas lo llevaron a la orilla. Se lanzó al río, pero también el río lo llevó a la orilla. Así pues, todos sus intentos de suicidio fracasaron. Él es, además, uno de los siete èëis y el esposo de Arundhatî, la famosa estrella.


Indrapramada: (sáns. vaiëòava). Otro rëi célebre.


Trita: (sáns. vaiëòava). Uno de los tres hijos de Prajâpati Gautama. Él fue el tercer hijo, y sus otros dos hermanos eran conocidos como Ekat y Dvita. Los tres hermanos eran grandes sabios y estrictos seguidores de los principios religiosos. A fuerza de severas penitencias fueron promovidos a Brahmaloka (el planeta en el que vive Brahmâjî). Una vez, Trita Muni cayó en un pozo. Él trabajó como organizador de muchos sacrificios, y como era uno de los grandes sabios, también fue a ofrecerle respetos a Bhîëmajî en su lecho de muerte. Él era uno de los siete sabios del Varuòaloka. Era oriundo de los países occidentales del mundo, y lo más probable es que perteneciera a los países europeos. En esa época, el mundo entero seguía únicamente la cultura védica.


Gètsamada: (sáns. vaiëòava). Uno de los sabios del reino celestial. Era un amigo íntimo de Indra, el rey del cielo, y era tan eminente como Bèhaspatî. Él solía visitar la asamblea real de Mahârâja Yudhiëùhira, y también visitó el lugar en el que Bhîëmadeva expiró. A veces explicaba las glorias del Señor Äiva ante Mahârâja Yudhiëùhira. Era hijo de Vîtahavya, y sus rasgos físicos se asemejaban a los de Indra. En ocasiones, los enemigos de Indra lo tomaban por éste y lo arrestaban. Era un gran erudito de El ¬g Veda, y en virtud de ello era muy respetado por la comunidad brâhmaòa. Llevó una vida de celibato, y fue poderoso en todos los aspectos.


Asita: (sáns. vaiëòava). Había un rey del mismo nombre, pero el Asita que aquí se menciona es el Asita Devala ¬ëi, un gran y poderoso sabio de la época. Él le explicó a su padre un millón quinientos mil versos de El Mahâbhârata. Fue uno de los miembros del sacrificio de serpientes de Mahârâja Janamejaya, y, además, estuvo presente durante la ceremonia de coronación de Mahârâja Yudhiëùhira, junto con otros grandes èëis. Él también le dio instrucciones a Mahârâja Yudhiëùhira mientras estaba en la colina Añjana. También era uno de los devotos del Señor Äiva.


Kakëivân: (sáns. vaiëòava). Uno de los hijos de Gautama Muni y el padre del gran sabio Candakauäika. Era un miembro del parlamento de Mahârâja Yudhiëùhira.


Atri: : (sáns. vaiëòava). Atri Muni era un gran sabio brâhmaòa y uno de los hijos mentales Brahmâjî. Brahmâjî es tan poderoso, que simplemente con pensar en un hijo puede tenerlo. Estos hijos son conocidos como mânasa-putras. De los siete mânasa-putras de Brahmâjî y de los siete grandes sabios brâhmaòas, Atri era uno de ellos. En su familia nacieron también los grandes Pracetâs. Atri Muni tuvo dos hijos këatriyas que se volvieron reyes. El rey Arthama es uno de ellos. A él se le cuenta como uno de los veintiún prajâpatis. Su esposa se llamaba Anasûyâ, y él ayudó a Mahârâja Parîkëit en sus grandes sacrificios.


Kausika: (sáns. vaiëòava). Uno de los rëis que eran miembros permanentes de la asamblea real de Mahârâja Yudhiëùhira. A veces se encontraba al Señor Kèëòa. Hay diversos otros sabios con el mismo nombre.


Sudaräana: (sáns. vaiëòava). Esta rueda que la Personalidad de Dios (Viëòu o Kèëòa) acepta como Su arma personal, es el arma más poderosa de todas, superior a los brahmâstras u otras armas desastrosas similares. En algunas de las Escrituras védicas se dice que Agnideva, el dios del fuego, le regalo esta arma al Señor Ärî Kèëòa, pero, en realidad el Señor la porta eternamente. Agnideva le obsequió esta arma a Kèëòa de la misma manera en que Rukmiòî le fue dada al Señor por Mahârâja Rukma. El Señor acepta esos regalos de Sus devotos, aun a pesar de que los mismos son propiedad de Él eternamente. En el Ãdi-parva de El Mahâbhârata hay una descripción detallada de esta arma. El señor Ärî Kèëòa la usó para matar a Äiäupâla, un rival del Señor. El también mató a Äâlva con esa arma, y a veces quería que Su amigo Arjuna la usara para matar a sus enemigos (El Mahâbhârata, Virâùa-parva 56.3). (S.B. 1º, Cap. 9, V. 6-7, págs. 414-419).


Arma máxima: Véase: Brahmâstra.



Armas atómicas:



Comparadas con el brahmâstra:



TEXTO 32


AJaaTaXa}au" Pa*TaNaa& GaaePaqQaaYa MaDauiÜz" )

Pare>Ya" XaiªTa" òehaTPa[aYau» cTauri®<aqMa( )) 32 ))


ajâta-äatruì pètanâê

gopîthâya madhu-dviëaì

parebhyaì äaôkitaì snehât

prâyuôkta catur-aôgiòîm


ajâta-äatruì—Mahârâja Yudhiëùhira, quien no era enemigo de nadie; pètanâm—fuerzas defensivas; gopîthâya—para dar protección; madhu-dviëaì—del enemigo de Madhu (Ärî Kèëòa); parebhyaì—de otros (enemigos); äaôkitaì—teniendo miedo de; snehât—por afecto; prâyuôkta—empleó; catuì-aôgiòîm—cuatro divisiones defensivas.


TRADUCCIÓN


Mahârâja Yudhiëùhira, aunque no era enemigo de nadie, hizo que cuatro divisiones de defensa (caballos, elefantes, cuadrigas y ejército) acompañaran al Señor Kèëòa, el enemigo de los asuras (demonios). El Mahârâja hizo eso debido al enemigo, y también por el afecto que le tenía al Señor.


SIGNIFICADO


Caballos y elefantes combinados con cuadrigas y hombres son medios naturales de defensa. A los caballos y elefantes se les entrena para que puedan desplazarse por cualquier parte de las colinas o bosques y planicies. Los aurigas podían pelear con muchos caballos y elefantes mediante la fuerza de flechas poderosas, incluso hasta el nivel del brahmâstra (similar a las armas atómicas modernas). Mahârâja Yudhiëùhira sabía bien que Kèëòa es el amigo y bienqueriente de todos, pero, sin embargo, había asuras que por naturaleza estaban envidiosos del Señor. Así que, movido por el temor al ataque de otros y también por afecto, ocupó a manera de guardaespaldas del Señor Kèëòa a todas las variedades de fuerzas de defensa. De haber sido necesario, el propio Señor Kèëòa se bastaba para defenderse del ataque de otros que lo consideraban su enemigo, pero aún así aceptó todas las medidas que tomó Mahârâja Yudhiëùhira, pues no podía desobedecer al Rey, que era Su primo mayor. Como parte de Su esparcimiento trascendental, el Señor hace el papel de un subordinado, y por eso a veces se pone bajo el cuidado de Yaäodâ-mâtâ, para que lo proteja en Su supuesto desamparo como niño. En eso consiste el lîlâ trascendental, o pasatiempo del Señor. El principio básico de todos los intercambios trascendentales que ocurren entre el Señor y Sus devotos, se exhibe para disfrutar de una bienaventuranza trascendental que no tiene comparación, ni siquiera ascendiendo hasta el nivel de brahmânanda (la felicidad que se siente al fundirse en el Brahman o refulgencia impersonal que emana del Supremo). (S.B. 1º, Cap. 10, V. 32, págs. 515-516).


Armas atómica no acaban con la Tierra:


TEXTO 22


Ma*GaeNd] wv iv§-aNTaae iNazeVYaae ihMavaiNav )

iTaiTa+auvRSauDaevaSaaE SaihZ<au" iPaTaraivv )) 22 ))


mègendra iva vikrânto

niëevyo himavân iva

titikëur vasudhevâsau

sahiëòuì pitarâv iva


mègendraì—el león; iva—como; vikrântaì—poderoso; niëevyaì—digno de uno refugiarse; himavân—los montes Himalaya; iva—como; titikëuì—condescendencia; vasudhâ iva—como la Tierra; asau—el niño; sahiëòuì—tolerante; pitarau—padres; iva—como.


TRADUCCIÓN


Este niño será tan fuerte como un león, y será un refugio tan digno como los montes Himalaya. Él serán tan condescendiente como la Tierra, y tan tolerante como sus padres.


SIGNIFICADO


Se dice que uno se asemeja al león, cuando se es muy fuerte en perseguir al enemigo. Uno debe ser un cordero en el hogar, y un león en la persecución. El león nunca falla al perseguir a un animal; de igual modo, el cabeza del Estado jamás debe fallar al perseguir al enemigo. Los montes Himalaya son famosos por tener toda clase de riquezas. Existen en ellos innumerables cuevas donde vivir, infinidad de árboles de buenas frutas para comer, buenos manantiales para beber agua, y abundantes drogas para curar enfermedades. Cualquier hombre que no tenga prosperidad material puede refugiarse en estas grandes montañas, y se le proveerá de todo lo necesario. Tanto el materialista como el espiritualista pueden sacar provecho del gran refugio de los Himalayas. En la faz de la tierra hay muchísimos disturbios que los habitantes causan. En la era actual la gente ha comenzado a detonar armas atómicas en la superficie de la Tierra, y aun así ésta es condescendiente con los habitantes, tal como una madre que excusa a un hijito. Los padres siempre le toleran a los hijos toda clase de travesuras. Un rey ideal ha de poseer todas estas buenas cualidades, y se prevé que el niño Parîkëit las tendría todas en sumo grado. (S.B. 1º, Cap. 12, V. 22, págs. 599-600).


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