martes, 16 de marzo de 2010

EL UPADESAMRTA - El néctar de la instrucción 3º

EL UPADEÄÂMÈTA


El néctar de la instrucción


H H Indadyumna Swami - 27


H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.


H H Indadyumna Swami - 28



H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.


H H Indadyumna Swami - 29


H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.



H H Indadyumna Swami - 30

H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.

H H Indadyumna Swami - 31


H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.

TEXTO TRES


utsâhân niäcayâd dhairyât

tat-tat-karma-pravartanât

saôga-tyâgât sato vètteì

ëaàbhir bhaktiì prasidhyati


utsâhât-mediante el entusiasmo; niäcayât-mediante la confianza; dhairyât-mediante la paciencia; tat-tat-karma- diversas actividades que favorecen el servicio devocional; pravartanât- mediante la ejecución; saôga-tyâgât- dejando la compañía de los no devotos; sataì- de los grandes âcâryas anteriores; vètteì- siguiendo los pasos; ëaàbhiì- mediante estos seis; bhaktiì- servicio devocional; prasidhyati- avanza o logra el éxito.


TRADUCCIÓN


Hay seis principios que favorecen la ejecución del servicio devocional puro: (1) Ser entusiasta, (2) esforzarse con confianza, (3) ser paciente, (4) actuar según los principios regulativos (tales como sravanam, kirtanam, visnoh smaranam: Oír, cantar y recordar a Kèëòa), (5) abandonar la compañía de los no devotos y (6) seguir los pasos de los acaryas anteriores. Estos seis principios aseguran, sin duda alguna, el éxito completo del servicio devocional puro.


SIGNIFICADO


El servicio devocional no es una cuestión de especulación sentimental, ni de éxtasis imaginario. Su esencia es la actividad práctica. En su Bhakti-rasamrta-sindhu (l.l.ll) Ärîla Rûpa Gosvâmî ha definido así el servicio devocional:


anyâbhilâëitâ-äûnyaê

jñâna-karmâdy-anâvètam

ânukûlyena kèëòânu-

äîlanaê bhaktir uttamâ


"Uttamâ bhakti, o sea la devoción pura a la Suprema Personalidad de Dios, Ärî Kèëòa, implica prestar servicio devocional de una manera que sea favorable al Señor. Ese servicio devocional debe estar libre de todo motivo ajeno, y desprovisto de karma fruitivo, jñâna impersonal y de todos los demás deseos egoístas."

Bhakti es un tipo de cultivo. Tan pronto como decimos "cultivo" estamos hablando de actividad. El cultivo de la espiritualidad no significa sentarse ociosamente a meditar, tal como enseñan algunos seudoyogis. Puede que dicha meditación ociosa le sirva a los que no tienen información sobre el servicio devocional, y por ese motivo es recomendada a veces como un medio para detener actividades mundanas y disparatadas, sino que también lo ocupa a uno en actividades devocionales significativas. Ärî Prahlâda Mahârâja recomienda:


äravaòaê kîrtanaê viëòoì

smaraòaê pâda-sevanam

arcanaê vandanaê dâsyaê

sakhyam âtma-nivedanam


Los nueve procesos del servicio devocional son los siguientes:


1. Escuchar el nombre y las glorias de la Suprema Personalidad de Dios.

2. Cantar Sus glorias.

3. Recordar al Señor.

4. Servir a los pies del Señor.

5. Adorar a la Deidad.

6. Ofrecer reverencias al Señor.

7. Actuar como sirviente del Señor.

8. Hacer amistad con el Señor.

9. Entregarse completamente al Señor.


Äravaòam o escuchar, es el primer paso para adquirir conocimiento trascendental. Uno no debe escuchar a personas desautorizadas, sino que debe acercarse a la persona indicada, tal como se recomienda en El Bhagavad-gîtâ (4.34):


tad viddhi praòipâtena

paripraänena sevayâ

upadeksyanti te jñânaê

jñâninas tattva-daräinaì


"Tan sólo trata de aprender la verdad acercándote a un Maestro Espiritual. Hazle preguntas sumisamente y préstale servicio. El alma autorrealizada puede impartirte conocimiento porque ha visto la verdad."

En El Muòàaka Upaniëad se recomienda tad-vijñânârthaê sa gurum evâbhigacchet: "Uno debe acercarse a un Maestro Espiritual fidedigno para comprender esa ciencia trascendental". Así pues, este método de recibir conocimiento trascendental y confidencial con sumisión, no se basa meramente en la especulación mental. Al respecto, Ärî Caitanya Mahâprabhu le dijo a Rûpa Gosvâmî:


brahmâòàa bhramite kona bhâgyavân jâva

guru-kèëòa-prasâde pâya bhakti-latâ-bîja


"Durante su travesía por la creación universal de Brahmâ, quizá algún alma afortunada reciba la semilla de bhakti-latâ, la enredadera del servicio devocional. Todo esto se debe a la gracia del guru y de Kèëòa." ( Caitanya-caritâmèta, Madhya l9.l5l) El mundo material es un lugar donde están recluidas las entidades vivientes, quienes por naturaleza son ânandamâyâ, buscadoras de placer. Ellas en realidad quieren estar libres del encierro que es este mundo de felicidad condicional, pero al desconocer el proceso de liberación, son forzadas a transmigrar de una especie de vida a otra, y de un planeta a otro. Las entidades vivientes están así errando en todo el universo material. Cuando alguien entra por fortuna en contacto con un devoto puro, y lo escucha pacientemente, comienza a seguir el sendero del servicio devocional. La persona sincera recibe semejante oportunidad. La Sociedad Internacional para la Conciencia de Kèëòa está brindando esa oportunidad a la humanidad en general. Si por fortuna alguien aprovecha esta oportunidad de dedicarse al servicio devocional, se abre inmediatamente el sendero de su liberación.

Uno debe aceptar muy entusiastamente esta oportunidad de regresar a casa, ir de vuelta a Dios. Nadie puede tener éxito si carece de entusiasmo. Aun en el mundo material hay que ser muy entusiasta en un campo particular de actividad para poder tener éxito. El estudiante, el hombre de negocios, el artista o cualquier otro, debe ser entusiasta si desea tener éxito en su especialidad. En forma similar, uno debe ser muy entusiasta en el servicio devocional. Entusiasmo significa acción, pero ¿acción en favor de quién? La respuesta es que uno siempre debe actuar en favor de Kèëòa-kèëòrthakhila-cesta (Bhakti-rasâmèta-sindhu).

A fin de alcanzar la perfección del bhakti-yoga, se deben ejecutar actividades devocionales bajo la dirección del Maestro Espiritual en todas las fases de la vida. No es que se deban restringir o reducir las actividades. Kèëòa es omnipenetrante, y por lo tanto, nada es independiente de Kèëòa, tal como Kèëòa Mismo afirma en El Bhagavad-gîtâ (9.4):


mâyâ tatam idaê sarvaê

jagad avyakta-mûrtinâ

mat-sthâni sarva-bhûtâni

na câhaê teëv avasthitaì


"En Mi forma no manifiesta penetro todo este universo. Todos los seres están en Mí, pero Yo no estoy en ellos." Bajo la dirección del Maestro Espiritual genuino, uno debe hacer que todo sea favorable para el servicio de Kèëòa. Por ejemplo, ahora estamos utilizando un dictáfono. El materialista que inventó este aparato lo destinó para los hombres de negocios o para los escritores de temas mundanos. Lo cierto es que nunca pensó utilizar el dictáfono en el servicio de Dios, pero nosotros lo estamos usando para escribir literatura consciente de Kèëòa. Por supuesto que la fabricación del dictáfono queda por completo dentro de la energía de Kèëòa. Todas las piezas del aparato, incluyendo los dispositivos electrónicos, están hechas de diferentes combinaciones e interacciones de los cinco tipos básicos de energía material, a saber: bhûmi, jala, agni, vâyu y âkâäa. El inventor usó su cerebro para construir este complicado aparato, pero su cerebro, y también los ingredientes, los proveyó Kèëòa. Según la afirmación de Kèëòa, mat-sthâni sarva-bhûtâni : "Todo está dependiendo de Mi energía." El devoto puede así entender que todo debe ser enlazado con el servicio a Kèëòa, pues nada es independiente de la energía de Kèëòa.

El esfuerzo desempeñado con inteligencia dentro del sendero de conciencia de Kèëòa es llamado utsâha, o sea entusiasmo. Los devotos encuentran los medios correctos para utilizarlo todo en el servicio del Señor (nirbandhaì kèëòa-sambandhe yuktaê vairâgyam ucyate). La ejecución de servicio devocional no es una cuestión de meditación ociosa, sino una acción práctica muy importante en la vida espiritual.

Hay que llevar a cabo estas actividades con paciencia. No se debe ser impaciente al seguir el proceso de conciencia de Kèëòa. Este movimiento de conciencia de Kèëòa, en efecto, fue empezado sin ninguna ayuda, y al principio no hubo una acogida, pero debido a que continuamos ejecutando nuestras actividades devocionales con paciencia, la gente empezó a comprender gradualmente la importancia de este movimiento, y ahora está participando con vehemencia. No se deber ser impaciente al desempeñar el servicio devocional, sino recibir instrucciones de labios del Maestro Espiritual y ejecutarlas con paciencia, y depender de la misericordia del guru y de Kèëòa. La ejecución exitosa de actividades conscientes de Kèëòa requiere tanto de paciencia como de confianza. La joven recién casada espera naturalmente que su esposo le dé hijos, pero no puede esperar engendrarlos inmediatamente después de casarse. Claro que tan pronto como se casa puede intentar engendrar un hijo, pero debe entregarse al esposo, confiando que su hijo se desarrollará y nacerá a su debido tiempo. Similarmente, entrega al ejecutar servicio devocional significa sentir confianza. El devoto piensa, avaäya rakëibe kèëòa: "Sin duda Kèëòa me protegerá y me ayudará a desempeñar exitosamente el servicio devocional." A esto se le llama confianza.

Como ya se explicó, uno no debe ser ocioso sino muy entusiasta por cumplir los principios regulativos, tat-tat-karma-pravartana. El incumplimiento de los principios regulativos destruirá el servicio devocional. Este movimiento de conciencia de Kèëòa sigue cuatro principios regulativos básicos que prohíben la vida sexual ilícita, comer carne, los juegos de azar y drogarse. El devoto debe ser muy entusiasta por seguir estos principios. Si él afloja el seguir cualquiera de ellos, su progreso seguramente se detendrá. Ärîla Rûpa Gosvâmî por lo tanto recomienda, tat-tat-karma-pravartanat: "Se deben seguir estrictamente los principios regulativos del vaidhî bhakti." Además de estas cuatro prohibiciones (yama), hay unos principios regulativos positivos (niyama), tales como cantar diariamente dieciséis rondas en las `cuentas de japa-mâlâ. Estas actividades regulativas se deben llevar a cabo fielmente y con entusiasmo. Esto recibe el nombre de tat-tat-karma-pravartana, o sea actividades diversas en el servicio devocional.

Se debe además abandonar la compañía de gente indeseable si se quiere tener éxito en el sendero del servicio devocional. Esto incluye a los karmîs, los jñânis, los yogis y otros no devotos. En una ocasión, un devoto casado de Ärî Caitanya Mahâprabhu Le preguntó sobre los principios generales del vaisnavismo, y sobre las actividades rutinarias generales del vaiëòava, y Ärî Caitanya Mahâprabhu inmediatamente le contestó, asat-saôga-tyâga, - ei vaiëòava-âcâra:

"Como característica propia, el vaiëòava es alguien que abandona la compañía de gente mundana, o sea los no devotos." Ärîla Narottama dâsa Ùhâkura por lo tanto ha recomendado, tâôdera caraòa sevi bhakta-sane vâsa: Se debe vivir en compañía de devotos puros, y cumplir los principios regulativos establecidos por los âcâryas anteriores, los seis Gosvâmîs (a saber, Ärî Rûpa Gosvâmî, Ärî Sanâtana Gosvâmî, Ärî Jîva Gosvâmî, Ärî Raghunâtha dâsa Gosvâmî, Ärî Gopâla Bhaùùa Gosvâmî y Ärî Raghunâtha Bhaùùa Gosvâmî). Si se vive en compañía de devotos, hay poca posibilidad de asociarse con los no devotos. La Sociedad Internacional para la Conciencia de Kèëòa está abriendo muchos centros, con el único objetivo de invitar a la gente para que viva en compañía de devotos, y practique los principios regulativos de la vida espiritual.

Servicio devocional significa actividades trascendentales. En el plano trascendental no existe la contaminación causada por las tres modalidades de la naturaleza material. Esto recibe el nombre de viäuddha-sattva, el plano de bondad pura, o sea bondad libre de la contaminación de las cualidades de pasión e ignorancia. En este movimiento de conciencia de Kèëòa le pedimos a todo el mundo que se levante muy temprano, a más tardar a las 4 A.M. y asista al maôgala-ârati, o sea la adoración matutina, luego lea El Ärîmad Bhâgavatam, participe en el kîrtana, etc. Nosotros tenemos así actividades ininterrumpidas de servicio devocional, durante las veinticuatro horas del día. A esto se le llama sato vètti, o sea seguir los pasos de los âcâryas anteriores, quienes eran expertos en llenar cada instante de su tiempo con actividades conscientes de Kèëòa.

Uno de seguro avanzará en el sendero del servicio devocional si sigue estrictamente el consejo que Ärîla Rûpa Gosvâmî da en este verso, es decir: Ser entusiasta, tener confianza, ser paciente, abandonar la compañía de personas indeseables, seguir los principios regulativos, y permanecer en compañía de devotos. En relación con esto, Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Ùhâkura señala que el cultivo del conocimiento a través de la especulación filosófica, la acumulación de opulencia mundana mediante el avance de las actividades fruitivas, y el deseo por yoga-siddhis, o sea perfecciones materiales, son todos opuestos a los principios del servicio devocional. Uno debe volverse completamente insensible a estas actividades temporales y en vez de eso poner atención a los principios regulativos del servicio devocional. De acuerdo con El Bhagavad-gîtâ (2.69):


yâ niäâ sarva-bhûtânâê

tasyâê jâgarti saêyamî

yasyâê jâgrati bhûtâni

sà niäâ paäyato muneì


"Lo que para todos los seres es noche, es momento de despertar para el autocontrolado; y el momento de despertar para todos los seres, es noche para el sabio introspectivo."

La vida misma de la entidad viviente consiste en dedicarse al servicio devocional del Señor. Es la meta deseada y la perfección suprema de la vida humana. Uno debe tener confianza sobre esto, y también tener la seguridad de que todas las demás actividades que no sean servicio devocional -tales como la especulación mental, el trabajo fruitivo o el esfuerzo místico- nunca producirán un beneficio perdurable. Si uno tiene plena confianza en el sendero del servicio devocional, podrá llegar a la meta deseada, pero si intenta seguir otros senderos sólo quedará agîtâdo. En el Séptimo Canto de El Ärîmad-Bhâgavatam se afirma: "Se debe estar plenamente convencido de que alguien que ha abandonado el proceso de servicio devocional para dedicarse a hacer severas austeridades con otros propósitos, no tiene una mente purificada, a pesar de sus elevadas austeridades, pues no tiene información alguna sobre el trascendental y amoroso servicio al Señor."

En el Séptimo Canto se afirma además: "Aunque los especuladores mentales y trabajadores fruitivos hagan grandes austeridades y penitencias, de todos modos caen, pues no tienen información sobre los pies de loto del Señor." Sin embargo, los devotos del Señor nunca caen.

En El Bhagavad-gîtâ (9.31), la Suprema Personalidad de Dios le asegura a Arjuna, kaunteya pratijânîhi na me bhaktaì praòaäyati: "¡Oh, hijo de Kuntî!, declara osadamente que Mi devoto jamás perece".

En El Bhagavad-gîtâ (2.40) Kèëòa nuevamente dice:


nehâbhikrama-nâäo 'sti

pratyavâyo na vidyate

svalpam apy asya dharmasya

trâyate mahâto bhayât


"En este esfuerzo no hay ninguna pérdida ni disminución, y un pequeño avance en esta senda lo puede proteger a uno del más peligroso tipo de temor."

El servicio devocional es tan puro y perfecto que, habiéndolo empezado, uno es arrastrado por la fuerza hasta el éxito final. Alguna persona a veces abandona sus actividades materiales ordinarias y, sentimentalmente, se refugia en los pies de loto del Señor Supremo, iniciando así la ejecución preliminar del servicio devocional. Aunque dicho devoto inmaduro caiga, no pierde nada. Por otro lado, ¿qué gana alguien que cumple los deberes prescritos de su varòa y âärama, pero que no adopta el servicio devocional? Aunque el devoto caído nazca luego en una familia baja, su servicio devocional sin embargo continuará a partir de donde haya cesado. El servicio devocional es ahaituky apratihatâ; no es el efecto de alguna causa mundana, ni puede acabarse por alguna causa mundana, ni puede quedar permanentemente reducido debido a alguna interrupción material. El devoto en consecuencia debe sentir confianza en la ocupación que tiene, y no estar muy interesado en las actividades de los karmîs, los jñânîs y los yogîs.

Los trabajadores fruitivos, los especuladores filosóficos y los yogîs místicos tienen de seguro muchas buenas cualidades, pero todas las buenas cualidades se desarrollan automáticamente en la personalidad del devoto. No se necesita ningún esfuerzo ajeno. En El Ärîmad-Bhâgavatam (5.18.12) se confirma que todas las buenas cualidades de los semidioses se manifiestan progresivamente en alguien que ha desarrollado servicio devocional puro. El devoto no queda contaminado materialmente, debido a que no está interesado en ninguna actividad material. El se sitúa inmediatamente en el plano de la vida trascendental. Sin embargo, alguien que se ocupa en actividades mundanas no puede llegar a la etapa más elevada denominada mahâtmâ, aunque sea un supuesto jñânî, yogî, karmî, filántropo, nacionalista o lo que sea. El permanece como un durâtmâ, o sea una persona de mentalidad tullida. Según El Bhagavad-gîtâ (9.13):


mahâtmânas tu mâê pârtha

daivîê prakètim âäritâh

bhajanty ananya-manaso

jñâtvâ bhûtâdim avyayam


"¡Oh, hijo de Pèthâ! Aquellos que no están alucinados, las grandes almas, están bajo la protección de la naturaleza divina. Ellos se dedican completamente al servicio devocional pues Me reconocen como la original e inagotable Suprema Personalidad de Dios."

Ya que todos los devotos del Señor están bajo la protección de Su potencia suprema, no deben desviarse del sendero de servicio devocional para adoptar los senderos del karmî, del jñânî o del yogî. Esto es llamado utsâhân niäcayâd dhairyât tat-tat-karma-pravartanât, llevar a cabo entusiásticamente las actividades regulativas del servicio devocional con paciencia y confianza. De esta forma uno puede progresar sin impedimentos en el servicio devocional.


TEXTO CUATRO


dadâti pratigèhòâti

guhyam âkhyâti pècchati

bhuôkte bhojayate caiva

ëaà-vidhaê prîti-lakëaòam


dadâti-dar caridad; pratigèhòâti-acepta a cambio; guhyam-temas confidenciales; âkhyâti-explica; pècchati-pregunta; bhuôkte-come; bhojayate-da de comer; ca- también;eva-ciertamente; ëaù-vidham- seis tipos; prîti- de amor; lakëaòam-síntomas.


TRADUCCIÓN


Los seis síntomas del amor que comparte un devoto con otro son: ofrecer regalos como caridad, aceptar regalos caritativos, revelar la mente en forma confidencial, preguntar confidencialmente, aceptar prasâda y ofrecer prasâda.


SIGNIFICADO


En este verso Ärîla Rûpa Gosvâmî explica cómo realizar actividades devocionales en compañía de otros devotos. Hay seis tipos de actividades: (l) Dar caridad a los devotos, (2) aceptar todo lo que los devotos puedan ofrecer a cambio, (3) abrir la mente a los devotos, (4) preguntarles sobre el servicio confidencial del Señor, (5) aceptar respetuosamente el prasâda, o sea el alimento espiritual, que dan los devotos, y (6) alimentar a los devotos con prasâda. El devoto de experiencia explica algo, y el devoto inexperto aprende de él. Esto es guhyam âkhyâti pècchati. Cuando el devoto distribuye prasâda, que son los remanentes del alimento ofrecido a la Suprema Personalidad de Dios, debemos aceptar este prasâda para mantener el espíritu de nuestro servicio devocional, considerándolo la gracia del Señor recibida a través de los devotos puros. También debemos invitar a los devotos puros a nuestra casa, ofrecerles prasâda, y estar preparados para complacerlos en todo sentido. Esto es llamado bhuôkte bhojayate caiva.

Incluso en las actividades sociales ordinarias, son imprescindibles estas seis clases de tratos entre dos amigos íntimos. Por ejemplo, cuando un hombre de negocios quiere ponerse en contacto con otro, organiza un banquete en un hotel, y durante el banquete expresa abiertamente lo que desea hacer. Luego le pregunta a su amigo de negocios cómo actuar, y a veces intercambian regalos. Así, siempre se llevan a cabo estas seis actividades cuando hay un trato de prîti, o sea amor en tratos íntimos. En el verso anterior Ärîla Rûpa Gosvâmî recomendó renunciar a la compañía mundana, y mantenerse en compañía de devotos (saôga-tyâgât sato vètteì). La Sociedad Internacional para la Conciencia de Kèëòa ha sido establecida para facilitar esas seis clases de intercambios amorosos entre devotos. Esta Sociedad fue empezada sin ninguna ayuda, pero ahora se está expandiendo en todo el mundo debido a que la gente está respondiendo a la llamada, y está siguiendo este sistema de tratos mutuos.

Nos alegra que la gente esté ayudando generosamente con donaciones para el desarrollo de las actividades de la Sociedad, y también esté aceptando ávidamente cualquier humilde contribución que les estamos brindando en la forma de libros y revistas que tratan estrictamente sobre el tema del cultivo de conciencia de Kèëòa. A veces celebramos festivales Hare Kèëòa e invitamos a miembros vitalicios y amigos a que participen en el banquete aceptando prasâda.

Aunque la mayoría de nuestros miembros proviene de los estratos superiores de la sociedad, no obstante vienen y toman el poco prasâda que podamos ofrecerles. Nuestros miembros y partidarios a veces preguntan muy confidencialmente sobre los métodos para practicar servicio devocional, y nosotros tratamos de explicárselos. Nuestra Sociedad está expandiéndose así exitosamente en todo el mundo, y la intelectualidad de todos los países está apreciando gradualmente nuestras actividades conscientes de Kèëòa. La vida de la sociedad de conciencia de Kèëòa se nutre con esas seis clases de intercambios amorosos entre sus miembros; por eso la gente debe recibir la oportunidad de asociarse con los devotos de ISKCON, pues el simple hecho de reciprocar de las seis maneras ya mencionadas, permite que el hombre ordinario reviva totalmente su conciencia de Kèëòa latente. En El Bhagavad-gîtâ (2.62) se afirma, saôgât sañjâyate kâmah: los deseos y aspiraciones de uno se desarrollan según la compañía que mantenga. A menudo se dice: "Dime con quién andas y te diré quién eres;" si el hombre ordinario se asocia con devotos, revivirán sin falta su conciencia de Kèëòa latente. Toda entidad viviente tiene innato el poder para comprender qué es conciencia de Kèëòa, y dicha comprensión se encuentra desarrollada hasta cierto punto cuando la entidad viviente recibe un cuerpo humano. Se dice en El Caitanya-caritâmèta (Madhya 22.107):


nitya-siddha kèëò-prema 'sâdhya ' kabhu naya

äravaòâdi-äuddha-citte karaye udaya


"El amor puro por Kèëòa está asentado eternamente en el corazón de las entidades vivientes. No es algo que se tenga que adquirir de otra fuente. La entidad viviente se despierta con naturalidad cuando el corazón se purifica al oír y cantar". Ya que la conciencia de Kèëòa es inherente en todas las entidades vivientes, éstas deben recibir la oportunidad de oír acerca de Kèëòa. Por sólo oír y cantar -äravaòaê kîrtanam- uno purifica su corazón directamente, y su conciencia original de Kèëòa se despierta de inmediato. Esta conciencia de Kèëòa no es impuesta artificialmente en el corazón, sino que ya existe allí. Cuando uno canta el santo nombre de la Suprema Personalidad de Dios, limpia el corazón de toda la contaminación mundana. El Señor Ärî Caitanya Mahâprabhu dice en la primera estrofa de Su Ärî Äikëâëtaka:


ceto-darpaòa-mârjanaê bhava-mahâ-dâvâgni-nirvâpaòaê

äreyaì-kairava-candrikâ-vitaranaê vidyâ-vadhû-jîvanam

ânandâmbudhi-vardhanaê pratipadaê pûròâmètâsvâdanaê

sarvâtma-snapanaê paraê vijayate ärî-kèëò-saôkîrtanam


"Todas las glorias al Ärî Kèëòa saôkîrtana, el cual limpia el corazón de todo el polvo acumulado por muchos años y extingue el fuego de la vida condicionada, de repetidos nacimientos y muertes. Este movimiento de saôkîrtana es la bendición principal para la humanidad en general porque difunde los rayos de la luna de la bendición. Es la vida de todo el conocimiento trascendental. Aumenta el océano de bienaventuranza trascendental, y nos permite saborear completamente el néctar que siempre estamos ansiando."

No únicamente se purifica el que canta el mahâ-mantra, sino que también se limpia el corazón de cualquiera que llegue a oír la vibración trascendental de Hare Kèëòa, Hare Kèëòa, Kèëòa Kèëòa, Hare Hare / Hare Râma, Hare Râma, Râma, Râma, Hare Hare. Incluso las almas encarnadas en cuerpos de animales inferiores, de insectos, de árboles y de otras especies de vida, también quedan purificadas y listas para volverse completamente conscientes de Kèëòa, por el solo hecho de oír la vibración trascendental. Ùhâkura Haridâsa explicó esto cuando Caitanya Mahâprabhu le preguntó cómo pueden ser salvadas del cautiverio material las entidades vivientes inferiores a los seres humanos. Haridâsa Ùhâkura dijo que el canto de los santos nombre es tan poderoso que, incluso si uno los canta en las partes más remotas de la jungla, los árboles y animales avanzarán en el sendero de conciencia de Kèëòa por sólo oír la vibración. El Mismo Ärî Caitanya Mahâprabhu efectivamente comprobó esto cuando pasó por el bosque de Jhârikhaòàa. En esa ocasión los tigres, las serpientes, los venados y todos los demás animales, abandonaron su animosidad natural y comenzaron a cantar y a bailar en saôkîrtana. Por supuesto que nosotros no podemos imitar las actividades de Ärî Caitanya Mahâprabhu, pero debemos seguir Sus pasos. No somos suficientemente poderosos para encantar a animales inferiores tales como tigres, serpientes, gatos y perros o atraerlos para que bailen pero al cantar los santos nombres del Señor, podemos realmente volver consciente de Kèëòa a mucha gente de todo el mundo. Un ejemplo sublime de contribuir o dar caridad (el principio dadâti) es contribuir o distribuir el Santo nombre del Señor. Por la misma razón, uno también debe seguir el principio de pratigèhòâti, y estar dispuesto y deseoso de recibir el regalo trascendental. Se debe indagar sobre el movimiento de conciencia de Kèëòa y abrir la mente para comprender la situación de este mundo material. Así se cumplen los principios de guhyam âkhyâti pècchati.

Los miembros de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Kèëòa invitan a sus miembros y partidarios a que coman con ellos cuando celebran convites en todos sus centros cada domingo. Mucha gente interesada viene y acepta respetuosamente el prasâda, y cuando es posible invitar a los miembros de las Sociedad a su casa y los alimentan suntuosamente con prasâda, de esta forma se benefician tanto los miembros de la Sociedad como el público en general. La gente debe abandonar la compañía de los supuestos yogîs, jñânîs, karmîs y filántropos, pues nadie se beneficia al relacionarse con ellos. Si uno realmente quiere alcanzar la meta de la vida humana, debe asociarse con devotos del movimiento de conciencia de Kèëòa, pues es el único movimiento que enseña a desarrollar amor por Dios. La religión es la función específica de la sociedad humana, y constituye la diferencia entre la sociedad humana y la sociedad animal.

La sociedad animal no tiene iglesias, ni mezquitas, ni sistemas religiosos. En todas partes del mundo existe algún sistema de religión, sin importar lo oprimida que se encuentre la sociedad humana. Incluso los aborígenes de tribus de la jungla poseen sistemas de religión. Un sistema religioso es exitoso cuando evoluciona y produce amor por Dios. Tal como se afirma en el Primer Canto de El Ärîmad-Bhâgavatam (1.2.6):


sa vai puêsâê paro dharmo

yato bhaktir adhokëaje

ahaituky apratihatâ

yayâtmâ suprasîdati


"La ocupación suprema [dharma] para toda la humanidad es ésa, mediante la cual los hombres puedan alcanzar el servicio devocional amoroso al Señor trascendente. Tal servicio devocional debe ser inmotivado e ininterrumpido para poder satisfacerlo completamente a uno."

Si los miembros de la sociedad humana realmente quieren paz mental, tranquilidad y relaciones amistosas entre hombres y naciones, entonces deben seguir el sistema de religión consciente de Kèëòa, con el cual pueden perfeccionar su amor latente por Kèëòa, la Suprema Personalidad de Dios. Tan pronto como la gente haga esto, su mente se llenará de inmediato con paz y tranquilidad.

Al respecto Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Ùhâkura advierte a todos los devotos dedicados a difundir el movimiento de conciencia de Kèëòa, que no hablen con los mâyâvâdîs impersonalistas, quienes siempre están determinados a oponerse a tales movimientos teístas. El mundo está lleno de mâyâvâdîs y ateos, y los partidos políticos del mundo se aprovechan de la filosofía mâyâvâda y de otras filosofías ateas, para promover el materialismo. A veces incluso respaldan a un partido poderoso para que se oponga al movimiento de conciencia de Kèëòa. Los mâyâvâdîs y otros ateos no desean el desarrollo del movimiento de conciencia de Kèëòa, pues educa a la gente cómo desarrollar conciencia de Dios. Así es la política de los ateos. No se logra ningún beneficio al alimentar a una serpiente con leche y plátanos, debido a que ella nunca estará satisfecha. Al contrario, al tomar leche y plátanos la serpiente sólo se vuelve más venenosa (kevalaê viëa-vardhanam). El veneno de una serpiente simplemente aumenta si se le da a beber leche. Por un motivo similar, no debemos revelar nuestras mentes a los serpentinos mâyâvâdîs y karmîs. Tales revelaciones nunca servirán. Es mejor evitar asociarse con ellos por completo y nunca preguntarles nada confidencial, ya que no pueden aconsejarnos bien. Tampoco debemos hacer invitaciones a los mâyâvâdîs ni a lo ateos, ni aceptar sus invitaciones, pues con dicho intercambio íntimo, puede afectarnos su mentalidad atea (saôgât sañjâyate kâmah). El mandato negativo de este verso es que debemos abstenernos de darles cualquier cosa o aceptar cualquier cosa de los mâyâvâdîs y ateos. Ärî Caitanya Mahâprabhu también ha advertido, viëayîra anna khâile duëùa haya mana: "Nuestra mente se vuelve perversa si comemos alimentos preparados por materialistas." A menos que alguien sea muy avanzado, no podrá utilizar la aportación de todos para promover el movimiento de conciencia de Kèëòa; por lo tanto, por principio, uno no debe aceptar la caridad de los mâyâvâdîs ni de los ateos. En realidad, Ärî Caitanya Mahâprabhu ha prohibido que los devotos se asocien incluso con hombres ordinarios demasiado adictos a la complacencia material de los sentidos.

La conclusión es que siempre debemos mantenernos en compañía de devotos, observar los principios regulativos devocionales, seguir los pasos de los âcâryas y cumplir las órdenes del Maestro Espiritual con completa obediencia. De esta forma podremos desarrollar nuestro servicio devocional y nuestra conciencia de Kèëòa latente. Se espera que el devoto que no es un neófito ni un mahâ-bhâgavata (un devoto altamente avanzado), sino que está en la posición intermedia del servicio devocional, ame a la Suprema Personalidad de Dios, haga amistad con los devotos, favorezca a los ignorantes y rechace a los envidiosos y a los demoníacos. En este verso se menciona con brevedad el proceso para llevar a cabo transacciones amorosas con la Suprema Personalidad de Dios, y para hacer amistad con los devotos. Según el principio de dadâti, se espera que el devoto avanzado gaste por lo menos el cincuenta por ciento de sus ingresos en el servicio del Señor y de Sus devotos. Ärîla Rûpa Gosvâmî dio ese ejemplo en su vida. Cuando decidió retirarse, distribuyó el cincuenta por ciento de las ganancias de su vida al servicio de Kèëòa, y el veinticinco por ciento a sus familiares, y guardó el veinticinco por ciento para emergencias personales. Todos los devotos deben seguir este ejemplo. No importa cuánto ganemos, el cincuenta por ciento debe gastarse en beneficio de Kèëòa y Sus devotos, y esto satisfacerá los requerimientos de dadâti.

En el siguiente verso, Ärîla Rûpa Gosvâmî nos informa qué tipo de vaiëòava debemos seleccionar como amigo, y cómo se debe servir a los Vaiëòavas.



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jueves 11 de marzo de 2010

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EL UPADESAMRTA - El néctar de la instrucción 2º

EL UPADEÄÂMÈTA


El néctar de la instrucción


H H Indadyumna Swami 25




H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.

H H Indadyumna Swami 26



H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.

TEXTO UNO


vâco vegaê manasaì krodha-vegaê

jihvâ-vegam udaropastha-vegam

etân vegân yo viëaheta dhîrah

sarvâm apîmâê pèthivîê sa äiëyât


vâcaì-del habla; vegam-impulso; manasah-de la mente; krodha-de la ira; vegam-impulso; jihvâ-de la lengua; vegam-impulso; udara-upastha-del estómago y del órgano genital; vegam-impulso; etân-estos; vegâm-impulsos; yah-quienquiera que; viëaheta-pueda tolerar; dhîrah-ecuánime; sarvâm-todo; api-ciertamente; imâm-este; pèthivîm-mundo; sah-esa personalidad; äiëyât-puede hacer discípulos.


TRADUCCIÓN


La persona ecuánime que puede tolerar el impulso de hablar, las exigencias de la mente, la influencia de la ira, y los impulsos de la lengua, el estómago y el órgano genital, está capacitada para hacer discípulos en todo el mundo.


SIGNIFICADO


En El Ärîmad-Bhâgavatam (6.1.9-10), Parîkëit Mahârâja hizo a Äukadeva Gosvâmî una serie de preguntas inteligentes. Una de estas preguntas era: "¿Por qué la gente se somete a la expiación si no puede controlar sus sentidos?" Por ejemplo, puede que un ladrón conozca perfectamente bien la posibilidad de ser arrestado por robar, y puede que incluso vea a la policía arrestando a otro ladrón, y sin embargo continuará robando. Se adquiere experiencia oyendo y viendo. Alguien que es poco inteligente adquiere experiencia viendo, y aquel que es más inteligente adquiere experiencia oyendo. La persona inteligente se abstiene de robar al oír de los libros de leyes y de los sastras o Escrituras, que no es bueno robar, y al escuchar que el ladrón es castigado cuando se le arresta. La persona menos inteligente quizá primero tenga que ser arrestada y castigada por haber robado, para que aprenda a dejar de robar. Sin embargo el pícaro, el hombre necio, quizá tenga la experiencia de haber visto y oído, y puede que hasta haya sido castigado, pero aún así continuará robando. Aunque esa persona expíe y reciba el castigo del gobierno, robará de nuevo tan pronto como salga de la cárcel. Si se considera que el castigo de la cárcel es un tipo de expiación, entonces, ¿de qué sirve esa expiación? Por ello, Parîkëit Mahârâja preguntó:


dèëùa-ärutabhyâê yat pâpaê

jânann apy âtmano 'hitam

karoti bhûyo vivaäaì

prâyaäcittam atho katham


kvacin nivartate 'bhadrât

kvacic carati tat punaì

prâyaëcittam atho 'parthaê


manye kuñjara-äaucavat


El comparó la expiación con el baño de un elefante. Puede que el elefante se bañe muy bien en el río, pero tan pronto como sale a la orilla se echa tierra en todo el cuerpo. ¿De qué le sirve entonces su baño?. Similarmente, muchos practicantes espirituales cantan el mahâ-mantra Hare Kèëòa y al mismo tiempo incurren en muchas actividades prohibidas, pensando que por cantar, contrarrestarán sus ofensas. De los diez tipos de ofensas que se pueden cometer al cantar el santo nombre, esta ofensa es denominada nâmno balâd yasya hi pâpa-budhiì: incurrir en actividades pecaminosas fundándose en el canto del mahâ-mantra Hare Kèëòa. En forma similar, ciertos cristianos van a la iglesia para confesar sus pecados, pensando que al confesar sus pecados ante el sacerdote y ejecutar alguna penitencia, se liberarán del resultado de sus pecados semanales. Tan pronto como se termina el sábado y llega el domingo, ellos reinician sus actividades pecaminosas esperando ser perdonados el siguiente sábado. Parîksit Mahârâja, el rey más inteligente de su época, condena este tipo de prayascitta o expiación. Äukadeva Gosvâmî, siendo igualmente inteligente, tal como corresponde al Maestro Espiritual de Mahârâja Parîkëit, le contestó y le confirmó al Rey que su afirmación relativa a la expiación era correcta. No es posible contrarrestar una actividad pecaminosa con una actividad piadosa. Por eso el verdadero prâyaäcitta o expiación, consiste en despertar nuestra conciencia de Kèëòa latente.

La verdadera expiación implica progresar hasta alcanzar el verdadero conocimiento, y para lograrlo hay un proceso autorizado. Cuando alguien sigue un proceso regulado de higiene no se enferma. El ser humano debe ser entrenado conforme a ciertos principios que revivan su conocimiento original. A esa vida metódica se le denomina tapasya. Uno puede elevarse gradualmente a la altura del verdadero conocimiento o conciencia de Kèëòa, por practicar la austeridad y el celibato (brahmacarya), por controlar la mente, por controlar los sentidos, por abandonar las posesiones propias, dándolas como caridad, por ser declaradamente veraz, por mantenerse limpio y por practicar los yoga-âsanas. Sin embargo, si alguien es lo suficientemente afortunado como para asociarse con un devoto puro, podrá sobrepasar fácilmente todas las prácticas de control de la mente, ejecutadas con el proceso místico de yoga, simplemente por seguir los principios regulativos del sendero de conciencia de Kèëòa -absteniéndose de la vida sexual ilícita, de comer carne, de drogarse o embriagarse y de los juegos de azar- y dedicarse a servir al Señor Supremo bajo la dirección del Maestro Espiritual genuino. Ärîla Rûpa Gosvâmî recomienda este sencillo proceso.

Uno primero debe controlar la facultad del habla. Todos nosotros tenemos la facultad del habla; tan pronto como se nos presenta una oportunidad comenzamos a hablar. Si no hablamos acerca del cultivo de conciencia de Kèëòa, hablaremos todo tipo de disparates. El sapo del campo habla croando, y en forma similar, todo aquel que tiene una lengua quiere hablar, aunque todo lo que tenga que decir sean disparates. Sin embargo, el croar del sapo únicamente invita a la serpiente: "Por favor ven aquí y cómeme." No obstante, aunque el sapo está invitando a la muerte, continúa croando.

Las conversaciones de los hombres materialistas y de los filósofos impersonalistas mâyâvâdîs pueden ser comparadas con el croar de las ranas. Ellos siempre están hablando disparates, invitando así a que la muerte los atrape. Sin embargo, controlar el habla no significa el silencio auto-impuesto (el proceso externo de mauna), tal como lo creen los filósofos mâyâvâdîs. Puede que el silencio parezca provechoso durante algún tiempo, pero finalmente resultará ser un fracaso. El significado que Ärîla Rûpa Gosvâmî quiere dar al término de "habla controlada" aboga por el proceso positivo de Kèëòa-katha: el ocupar el habla en glorificar así al Señor Supremo, Ärî Kèëòa. La lengua puede glorificar así el nombre, la forma,las cualidades y los pasatiempos del Señor. El predicador del Kèëòa-katha siempre se encuentra fuera de las garras de la muerte. He ahí la importancia de controlar el impulso de hablar.

Se puede controlar la inquietud o la inconstancia de la mente (mano-vega), cuando uno la fija en los pies de loto de Kèëòa. El Caitanya-caritâmèta (Madhya 22.31) dice:


kèëò-sûrya-sama; mâyâ haya andhakâra

yâhâô kèëò, tâhâô nâhi mâyâra adhikâra


Kèëòa es igual al Sol, y mâyâ es igual a la oscuridad. Si el Sol está presente no es posible que haya oscuridad. En forma similar, si Kèëòa se encuentra presente en la mente, no hay posibilidad de que la mente se agite debido a la influencia de mâyâ. De nada servirá el proceso yógico de negar todos los pensamientos materiales. Es artificial tratar de crear un vacío en la mente. El vacío no permanecerá. Sin embargo, la mente quedará controlada en forma natural si uno siempre piensa en Kèëòa, y en cómo servir mejor a Kèëòa.

En forma similar, también es posible controlar la ira. No podemos detener totalmente la ira, pero habremos controlado nuestra ira a través del proceso de conciencia de Kèëòa si sólo nos enojamos con los que blasfeman en contra del Señor o en contra de los devotos del Señor. El Señor Caitanya Mahâprabhu se enojó con los hermanos herejes Jagâi y Mâdhâi, quienes blasfemaron en contra de Nityânanda Prabhu y lo golpearon. En Su Äikëâëùaka, el Señor Caitanya escribió, tèòâd api sunîcena taror api sahiëòunâ: "Uno debe ser más humilde que el pasto y más tolerante que el árbol." Tal vez uno se pregunte entonces por qué el Señor manifestó Su ira. El punto es que uno debe estar dispuesto a tolerar todos los insultos que reciba, pero cuando se blasfema en contra de Kèëòa o en contra de Su devoto puro, el devoto genuino se enoja y reacciona con los ofensores como si fuese fuego. No es posible detener la ira o Krodha, pero ésta puede ser aplicada correctamente. Fue cuando estaba iracundo que Hanuman incendio Lanka, pero él es adorado como el mejor devoto del Señor Râmacandra. Eso significa que utilizó su ira en la forma correcta. Arjuna nos sirve como otro ejemplo. El no quería pelear, pero Kèëòa incitó su ira: "¡Debes pelear!" No es posible pelear sin estar iracundo. Sin embargo, la ira queda controlada cuando es utilizada en el servicio del Señor.

En lo relativo a los impulsos de la lengua, todos experimentamos que la lengua quiere comer platos sabrosos. Generalmente no debemos permitir que la lengua coma lo que quiera, sino que debemos controlarla dándole prasâda. La actitud del devoto es la de comer únicamente cuando Kèëòa le dé prasâda. Esta es la forma de controlar el impulso de la lengua. Uno debe tomar prasâda a horas fijas, y no debe comer en restaurantes ni dulcerías sólo para satisfacer los caprichos de la lengua o del estómago. Si nos aferramos al principio de únicamente comer prasâda, será posible controlar los impulsos del estómago y de la lengua.

De manera similar, es posible controlar los impulsos del órgano genital, el impulso sexual, si no se usa innecesariamente. El órgano genital debe usarse para procrear un niño consciente de Kèëòa, de lo contrario no debe usarse. El movimiento de conciencia de Kèëòa fomenta el matrimonio para procrear niños conscientes de Kèëòa, y no para satisfacer el órgano genital. Tan pronto como los niños han crecido un poco, son enviados a nuestras escuelas Gurukula ubicadas en todo el mundo, donde se les educa para que se conviertan en devotos plenamente conscientes de Kèëòa.

Son necesarios muchos de esos niños conscientes de Kèëòa, y aquel que es capaz de procrear hijos conscientes de Kèëòa, recibe permiso para utilizar su órgano genital.

Cuando alguien es un experto consumado en los métodos para controlarse que ofrece el proceso de conciencia de Kèëòa, puede quedar capacitado para ser un Maestro Espiritual genuino.

En su explicación Anuvètti del Upadeäâmèta, Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Ùhâkura escribe que nuestra identificación con lo material crea tres tipos de impulsos: El impulso de hablar, el impulso o exigencias de la mente y las exigencias del cuerpo. La vida de la entidad viviente se torna desfavorable cuando cae víctima de estos tres tipos de impulsos. Alguien que practica resistir estas exigencias o impulsos es llamado un tapasvî, o sea uno que practica austeridades. Gracias a esa tapasya se puede dejar de ser una víctima de la energía material, la potencia externa de la Suprema Personalidad de Dios.

Cuando mencionamos el impulso de hablar nos referimos a las pláticas inútiles, tales como las de filósofos impersonales mâyâvâdî o las de personas ocupadas en actividades fruitivas (técnicamente llamadas karma-kâòàa) o las de personas materialistas que sólo quieren disfrutar de la vida sin ninguna restricción. Todas esas pláticas o publicaciones son exhibiciones prácticas del impulso de hablar. Mucha gente está hablando tonterías y escribiendo volúmenes de libros inútiles, y todo esto es el resultado del impulso de hablar.

Para contrarrestar esta tendencia debemos encauzar nuestras pláticas hacia el tema de Kèëòa. Esto se explica en el Ärîmad-bhâgavatam (1.5.10-11):


na yad vacaä citra-padaê harer yaäo

jagat-pavitraê pragèòîta karhicit

tad vâyasaê tîrtham uäanti mânasâ

na yatra haêsâ niramanty uäikkëayâì


"Las personas santas consideran como un lugar de peregrinación para los cuervos, a aquellas palabras que no describen las glorias del Señor, quien es el único que puede santificar la atmósfera de todo el universo. Las personas completamente perfectas no sienten ningún placer allí, pues son habitantes de la morada trascendental".


tad-vâg-visargo janatâgha-viplavo

yasmin prati-älokam abaddhavaty api

nâmâny anantasya yaäo 'ôkitâni yat

äèòvanti gâyanti gèòanti sâdhavaì


"Por otro lado, la literatura que está colmada de descripciones sobre las glorias trascendentales del nombre, la fama, las formas, los pasatiempos, etc., del ilimitado Señor Supremo, constituye una creación diferente, llena de palabras trascendentales encaminadas a ocasionar una revolución en la vida impía de la errada civilización de este mundo. Tales obras literarias trascendentales aunque estén compuestas de manera imperfecta, son oídas, cantadas y aceptadas por los hombres purificados que son completamente honestos".

La conclusión es que sólo podemos abstenernos de las pláticas inútiles y disparatadas cuando hablamos acerca del servicio devocional a la Suprema Personalidad de Dios.

Siempre debemos esforzarnos por utilizar nuestra facultad del habla con el propósito exclusivo de iluminarnos con conciencia de Kèëòa.

En lo concerniente a las agîtâciones de la mente fluctuante, éstas son divididas en dos categorías. La primera se llama avirodha-prîti, o sea un apego sin restricción, y la otra se llama virodha-yukta-krodha, la ira que surge de la frustración. Se llama avirodha-prîti a la adherencia a la filosofía de los mâyâvâdîs, a la creencia en los resultados fruitivos de los karma-vâdîs, y a la creencia en los planes que se basan en deseos materialistas. Los jñânîs, los karmîs, y los planificadores materialistas generalmente atraen la atención de las almas condicionadas, pero los materialistas se enojan cuando no pueden realizar sus planes, y cuando sus ardides quedan frustrados. La frustración de los deseos materiales produce la ira.

En forma similar, las exigencias del cuerpo pueden ser divididas en tres categorías: las exigencias de la lengua, del estómago y del órgano genital. Se puede observar que estos tres sentidos están situados físicamente en una línea recta en el cuerpo, y que las exigencias corporales comienzan con la lengua. Si uno puede restringir las exigencias de la lengua, limitando las actividades de ésta al proceso de comer prasâda, entonces podrán controlarse automáticamente los impulsos del estómago y del órgano genital. En relación con esto Ärîla Bhaktivinoda Ùhâkura dice:


äarîra avidyâ-jâla, jaàendriya tâhe kâla

jîve phele viëaya-sâgare

tâ'ra madhye jihvâ ati, lobhamâyâ sudurmati

tâ'ke jetâ kaùhina saêsâre


kèëòa bada dayâmâyâ, karibâre jihvâ jaya,

sva-prasâda-anna dila bhâi

sei annâmrta khâo, râdhâ-kèëòa-guòa gâo

preme àâka caitanya-nitâi


"¡Oh, Señor! Este cuerpo material es una masa de ignorancia, y los sentidos son una red de caminos que conducen a la muerte. De una u otra manera hemos caído en el océano del goce material de los sentidos, y la lengua es el más voraz e incontrolable de todos los sentidos. En este mundo es muy difícil conquistar la lengua. Pero Tú, querido Kèëòa, eres muy bondadoso con nosotros. Tú has enviado este excelente prasâda para ayudarnos a conquistar la lengua. Tomemos pues este prasâda a nuestra entera satisfacción y glorifiquemos a Vuestras Señorías Ärî Ärî Râdhâ y Kèëòa, y amorosamente invoquemos la ayuda del Señor Caitanya y de Prabhu Nityânanda."

Hay seis tipos de rasas (sabores), y si uno se siente agîtâdo por cualquiera de ellos, queda controlado por los impulsos de la lengua. Algunas personas sienten atracción por comer carne,pescado, cangrejos, huevos y otras cosas producidas a partir del semen y la sangre, y que se comen en la forma de cuerpos muertos. Otras sienten atracción por comer verduras, legumbres, espinaca o productos lácteos, pero hacen todo esto para satisfacer las exigencias de la lengua. Las personas conscientes de Kèëòa deben dejar de comer cosas para complacer los sentidos -incluyendo el uso excesivo de especias tales como el chile y el tamarindo. Para satisfacer exigencias ilícitas se recurre al uso del pan, haritakî, areca, diversas especias usadas para hacer el pan, el tabaco, el LSD, la marihuana, el opio, el licor, el café y el té. Si podemos acostumbrarnos a tomar únicamente los remanentes del alimento ofrecido a Kèëòa, podremos dejar de ser víctimas de mâyâ. Las verduras, los granos, las frutas, los productos lácteos y el agua, son alimentos adecuados para ofrecer al Señor, tal como el Señor Kèëòa Mismo lo prescribe. Sin embargo, si alguien toma prasâda sólo porque es sabroso, y en consecuencia come demasiado, también cae víctima de tratar de satisfacer las exigencias de la lengua. Ärî Caitanya Mahâprabhu nos enseña a evitar los platos muy sabrosos, incluso al estar comiendo prasâda. Si ofrecemos platos sabrosos a la Deidad con la intención de comernos ese alimento tan excelente, quedaremos comprometidos en tratar de satisfacer las exigencias de la lengua. Si aceptamos la invitación de un hombre rico con la idea de recibir alimentos sabrosos, estaremos también tratando de satisfacer las exigencias de la lengua. En El Caitanya-Caritâmèta (Antya 6.227) se afirma:


jihvâra lâlase yei iti-uti dhâya

äiänodara-parâyaòa kèëòa nâhi pâya


"La persona que corre de aquí para allá buscando complacer el paladar, y que siempre está apegada a los deseos del estómago y del órgano genital, es incapaz de alcanzar a Kèëòa".

Como se dijo antes, la lengua, el estómago y el órgano genital están todos situados en una línea recta, y todos caen dentro de la misma categoría. El Señor Caitanya ha dicho, bhâla nâ khâibe âra bhâla nâ paribe: "No te vistas lujosamente ni comas alimentos deliciosos." (Cc. Antya 6.236)

Por lo menos de acuerdo con este análisis, aquellos que padecen de enfermedades estomacales deben ser incapaces de controlar los impulsos del estómago. Cuando deseamos comer más de lo necesario, creamos automáticamente muchos inconvenientes en la vida. Sin embargo, si observamos los días de ayuno tales como el Ekâdaäî y el Janmâëùamî, podremos refrenar las exigencias del estómago.

En lo relativo a los impulsos del órgano genital, hay de dos clases: el correcto y el incorrecto, o sea la vida sexual legal y la ilícita. Cuando el hombre ha madurado completamente, puede casarse conforme a las reglas y regulaciones de las äâstras, y usar el órgano genital para procrear niños hermosos. Esto es legal y religioso. De lo contrario, puede que adopte muchos medios artificiales para satisfacer las exigencias del órgano genital, y quizá lo haga sin restricción alguna.

Uno queda capturado en las garras de mâya cuando se entrega a la vida sexual ilícita, tal como la definen las äâstras, ya sea pensando, planeando, hablando acerca de ello o de hecho teniendo una relación sexual o satisfaciendo el órgano genital por medios artificiales. Estas instrucciones no son sólo para los casados sino también para los tyâgîs, o sea aquellos que están en la orden de vida renunciante. En su libro Prema-vivarta, Capítulo Siete, Ärî Jagadânanda Paòàita dice:


vairâgî bhâi grâmya-kathâ nâ äunibe kâne

grâmya-vârtâ nâ kahibe yabe milibe âne


svapane o nâ kara bhâi stri-sambhâëaòa

gèhe strî châàiyâ bhâi âsiyâcha vana


yadi câha praòaya râkhite gaurâôgera sane

chota haridasera katha thake yena mane


bhâla nâ khâibe âra bhâla nâ paribe

hèdayete râdhâ-kèëòa sarvadâ sevibe


"Mi querido hermano, te encuentras en la orden de vida renunciante y no debes escuchar las pláticas acerca de cosas mundanas y ordinarias, ni debes hablar de cosas mundanas cuando te encuentres con otros. No pienses en mujeres, ni siquiera en sueños. Has adoptado la orden de vida renunciante con un voto que te prohíbe asociarte con mujeres. Si deseas asociarte con Caitanya Mahâprabhu, siempre debes recordar el incidente de Choùa Haridâsa, y cómo él fue rechazado por el Señor. No comas platos suntuosos ni te vistas con prendas finas, sino que permanece siempre humilde y sirve a Sus Señorías Ärî Ärî Râdhâ-Kèëòa en lo más recóndito de tu corazón."

La conclusión es que debe llamarse svâmî o gosvâmî a alguien que puede controlar estos seis elementos: el habla, la mente, la ira, la lengua, el estómago y el órgano genital.

Svâmî significa amo, y gosvâmî significa el amo de los go, o sea los sentidos. Cuando alguien adopta la orden de vida renunciante, asume automáticamente el título de svâmî. Esto no significa que es el amo de su familia, su comunidad o su sociedad; él debe ser el amo de sus sentidos. A menos que uno sea el amo de sus sentidos no debe ser llamado un gosvâmî, sino un go-dâsa, el sirviente de los sentidos. Siguiendo los pasos de los seis Gosvâmîs de Vèndâvana, todos los svâmîs y gosvâmîs deben dedicarse completamente al servicio amoroso trascendental del Señor. Contrario a esto, los go-dâsas se ocupan en servir a los sentidos o en servir al mundo material. Ellos no tienen otra actividad. Prahlâda Mahârâja ha descrito además a los go-dâsas como adanta-go, término que se refiere a aquel cuyos sentidos no están controlados. El adânta-go no puede volverse sirviente de Kèëòa. En El Ärîmad-BhÂgavatam (7.5.30). Prahlâda Mahârâja ha dicho:


matir na kèëòe parataì svato vâ

mitho`bhipadyeta gèhavratânâm

adânta-gobhir viäatâê tamisraê

punaì punaä carvita-carvaòânâm


"Aquellos que han decidido continuar su existencia en este mundo material para complacer sus sentidos, no tienen ninguna posibilidad de volverse conscientes de Kèëòa, ni por el esfuerzo personal, ni por instrucciones recibidas de otros, ni por una combinación de las dos cosas. Ellos son arrastrados por los sentidos desenfrenados hasta la región más oscura de la ignorancia, y así se dedican alocadamente a hacer lo que se llama masticar lo masticado."


TEXTO DOS


atyâhâraì prayâsaä ca

prajalpo niyamâgrahaì

jana-saôgaä ca laulyaê ca

ëaàbhir bhaktir vinaäyati


ati-âhârah-comer demasiado o acumular demasiado; prayâsah-esforzarse demasiado; ca-y; prajalpah-conversaciones frívolas; niyama-reglas y regulaciones; âgrahaì-demasiado apego por (o âgrahaì-demasiada negligencia con respecto; jana-saôgaì-asociarse con personas de mentalidad mundana; ca-y; laulyam-ardiente anhelo o codicia; ca-y; ëaàbhiì-mediante estos seis; bhaktiì- servicio devocional; vinaäyati- es destruido.


TRADUCCIÓN


Cuando alguien se enreda demasiado en las siguientes seis actividades, queda arruinado su servicio devocional: (l) Comer más de lo necesario o acumular más fondos de los requeridos; (2) esforzarse demasiado por cosas mundanas que son muy difíciles de obtener; (3) hablar innecesariamente sobre temas mundanos; (4) seguir las reglas y las regulaciones de las Escrituras únicamente por seguirlas y no para avanzar espiritualmente o rechazar las reglas y las regulaciones de las Escrituras y trabajar independiente o caprichosamente; (5) asociarse con personas de inclinaciones mundanas que no se interesan en cultivar conciencia de Kèëòa; y (6) codiciar logros mundanos.


SIGNIFICADO


La existencia humana tiene por objeto llevar una vida sencilla con pensamientos elevados. Ya que todos los seres vivientes condicionados están bajo el control de la tercera energía del Señor, este mundo material está concebido de tal forma que uno esté obligado a trabajar. La Suprema Personalidad de Dios posee tres energías o potencias primarias. La primera se llama antaraôga-äakti, o sea la potencia interna. La segunda se llama taùastha-äakti, o sea la potencia marginal. La tercera se llama bahiraôga-äakti, o sea la potencia externa. Las entidades vivientes constituyen la potencia marginal, y ellas están situadas entre las potencias interna y externa. Estando subordinadas como sirvientas eternas de la Suprema Personalidad de Dios, las jîvâtmâs, o sea las entidades vivientes atómicas, tienen que permanecer ya sea bajo el control de la potencia interna o el de la externa.

Cuando ellas están bajo el control de la potencia interna, exhiben su actividad natural y constitucional, a saber, dedicarse constantemente al servicio devocional del Señor.

En El Bhagavad-gîtâ (9.13) se afirma esto:


mahâtmânas tu mâê pârtha

daivîê prakètim âäritâì

bhajanty ananya-manaso

jñâtvâ bhûtâdim avyayam


"¡Oh, hijo de Pèthâ! Aquellos que no están alucinados, las grandes almas, están bajo la protección de la naturaleza divina. Ellos se dedican completamente al servicio devocional pues Me reconocen como la original e inagotable Suprema Personalidad de Dios."

La palabra mahâtmâ se refiere a aquellos que son comprensivos, sin una mentalidad tullida. Las personas de mentalidad tullida, siempre ocupadas en satisfacer sus sentidos, a veces extienden sus actividades para hacer el bien a otras personas mediante algún "ismo," tal como el nacionalismo, el humanitarismo o el altruismo. Puede que ellos rechacen la complacencia personal de sus sentidos a cambio de la complacencia de los sentidos de otros, tales como sus familiares, los miembros de su comunidad o de su sociedad ya sea nacional o internacional. En realidad, todo esto es una complacencia extendida de los sentidos, pasando de lo personal a lo comunal y a lo social. Desde el punto de vista material puede que todo esto sea muy bueno, pero tales actividades no tienen ningún valor espiritual. El fundamento de semejante actividad es la complacencia de los sentidos, ya sea personal o extendida. Sólo se puede llamar mahâtmâ o persona comprensiva, a aquel que complace los sentidos del Señor Supremo.

En el verso de El Bhagavad-gîtâ recién citado, las palabras daivîê prakètim se refieren al control que ejerce la potencia interna, o sea la potencia dadora de placer, de la Suprema Personalidad de Dios. Esta potencia dadora de placer se manifiesta como Ärîmatî Râdhârani o como la expansión de Ella, Lakëmî, la diosa de la fortuna. Cuando las almas individuales jîva están bajo el control de la energía interna, su única actividad es satisfacer a Kèëòa, o sea Viëòu. Esa es la posición del mahâtmâ. Si uno no es un mahâtmâ, entonces es un durâtmâ, o sea una persona de mentalidad tullida. Tales durâtmâs mentalmente tullidos son puestos bajo el control de la potencia externa del Señor, mahâmâyâ.

Todas las entidades vivientes dentro de este mundo material están en realidad bajo el control de mahâmâyâ, cuya tarea es someterlas a las tres clases de sufrimientos: adhidaivika kleäa (los sufrimientos que causan los semidioses, tales como las sequías, los sismos y las tormentas), adhibhautika-kleäa (los sufrimientos causados por otras entidades vivientes, tales como los insectos o los enemigos), y adhyatmika-kleäa (los sufrimientos causados por el cuerpo y la mente de uno, tales como las enfermedades físicas y mentales). Daiva-bhûtâtma-hetavaì: las almas condicionadas sufren diversas dificultades, al estar sujetas a estos tres sufrimientos debido al control de la energía externa.

El principal problema al que se enfrentan las almas condicionadas es la repetición del nacimiento, la vejez, las enfermedades y la muerte. En el mundo material uno tiene que trabajar para mantener juntos el cuerpo y el alma, pero, ¿cómo realizar ese trabajo de manera que favorezca la ejecución del proceso de conciencia de Kèëòa? Todo el mundo requiere posesiones tales como granos alimenticios, ropa, dinero y otras cosas necesarias para mantener el cuerpo, pero uno no debe acumular más de lo que necesite para satisfacer sus verdaderas necesidades básicas. Si se sigue este principio natural, no habrá ninguna dificultad para mantener el cuerpo.

Las entidades vivientes inferiores de la escala evolutiva, por arreglo de la naturaleza, no comen ni acumulan más de lo necesario. En consecuencia, en el reino animal generalmente no hay ningún problema económico ni escasez de los artículos de primera necesidad. Si se deja un saco de arroz en un lugar público, los pájaros vendrán a comer unos pocos granos y se irán. Sin embargo, el ser humano se llevará todo el saco. El se comerá todo lo que le quepa en el estómago, y luego tratará de guardar lo que sobre. Según las Escrituras, está prohibido este acto de acumular más de lo necesario (atyâhâra). El mundo entero está sufriendo ahora debido a eso.

El acumular y comer más de lo necesario también ocasiona prayâsa, o sea un esfuerzo innecesario. Por disposición de Dios, cualquier persona de cualquier parte del mundo puede vivir muy pacíficamente si tiene alguna tierra y una vaca lechera. El hombre no necesita trasladarse de un lugar a otro para ganarse la vida, ya que puede producir granos alimenticios localmente y obtener leche de las vacas. Con eso se pueden resolver todos los problemas económicos. Afortunadamente, el hombre ha recibido una inteligencia superior para cultivar conciencia de Kèëòa, o sea la compresión de Dios, su relación con él y la meta final de la vida: amor a Dios. Desafortunadamente, el supuesto hombre civilizado, sin darle importancia a la comprensión de Dios, utiliza la inteligencia para adquirir más de lo necesario y comer sólo para satisfacer la lengua. Por disposición de Dios, hay suficientes facilidades para producir leche y granos para los seres humanos de todo el mundo, pero en vez de usar su inteligencia superior para cultivar conciencia de Dios, los supuestos hombres inteligentes emplean mal su inteligencia produciendo muchas cosas innecesarias e indeseables. Por ello se abren fábricas, mataderos, burdeles y licoreras. Si se le aconseja a la gente que no acumule demasiados bienes, ni coma en exceso, ni trabaje innecesariamente para adquirir comodidades artificiales, ellos pensarán que se les está aconsejando regresar a una forma de vida primitiva. A la gente generalmente no le gusta adoptar la vida sencilla con pensamientos elevados. Así es su desafortunada situación.

El objetivo de la vida humana es comprender a Dios, y el ser humano recibe una inteligencia superior para lograrlo.

Los que creen que ésta inteligencia superior tiene por objetivo alcanzar un estado superior, deben seguir las instrucciones de las Escrituras védicas. Cuando alguien recibe esas instrucciones dadas por las autoridades superiores, puede situarse realmente en el estado donde hay conocimiento perfecto, y darle un verdadero significado a la vida.

En El Ärîmad-Bhâgavatam (l.2.9) Ärî Sûta Gosvâmî describe de esta manera el dharma humano correcto:


dharmasya hy âpavargyasya

nârtho 'rthâyopakalpate

nârthasya dharmaikântasya

kâmo lâbhâya hi smètaì


"Ciertamente que el propósito de todas las actividades ocupacionales (dharma) es alcanzar la liberación final. Nunca deben efectuarse éstas para obtener una ganancia material.

Además, aquel que está dedicado al servicio ocupacional más elevado (dharma), no debe utilizar nunca la ganancia material para cultivar la complacencia de los sentidos."

El primer paso de la civilización humana lo componen las actividades ocupacionales efectuadas según los mandatos de las Escrituras. La inteligencia superior del ser humano debe ser entrenada para que comprenda el dharma básico. En la sociedad humana existen diversos conceptos religiosos descritos como hindú, cristiano, hebreo, mahometano, budista, etc., ya que sin religión, la sociedad humana no es mejor que la sociedad animal.

Como se afirmó antes(dharmasyahy âpavargyasya nârtho rthâyopakalpate), la religión existe para alcanzar la emancipación, y no para conseguir pan. A veces la sociedad humana manufactura algún supuesto sistema de religión encaminado a lograr el progreso material, pero eso está lejos del objetivo del dharma verdadero. Religión significa comprender las leyes de Dios, ya que la ejecución correcta de estas leyes lo conduce a uno finalmente fuera del enredo material. Ese es el verdadero propósito de la religión.

Desafortunadamente la gente adopta la religión para prosperar materialmente, esto debido a atyâhâra, o sea un deseo excesivo por alcanzar esa prosperidad. Sin embargo, la verdadera religión educa a la gente para que esté satisfecha con lo indispensable en la vida mientras cultiva conciencia de Kèëòa. Aunque necesitamos el desarrollo económico, la verdadera religión lo permite únicamente para que provea lo más indispensable de la existencia material. Jîvasya tattva-jijñâsâ: el verdadero propósito de la vida es preguntar sobre la Verdad Absoluta. Si nuestro esfuerzo (prayâsa) no es para preguntar acerca de la Verdad Absoluta, únicamente incrementaremos el esfuerzo por satisfacer nuestras necesidades artificiales. El aspirante espiritual debe evitar el esfuerzo mundano.

Otro impedimento es prajalpa, el hablar innecesariamente. Cuando nos reunimos con algunos amigos, de inmediato comenzamos a hablar innecesariamente, lo cual suena igual a unos sapos que croan. Si tenemos que hablar, debemos hablar acerca del movimiento de conciencia de Kèëòa. Aquellos que no pertenecen al movimiento de conciencia de Kèëòa se interesan en leer montones de periódicos, revistas y novelas, en resolver crucigramas, y en hacer muchos otros disparates. De este modo la gente simplemente pierde su valioso tiempo y energía. Los ancianos de los países occidentales, retirados de la vida activa, juegan a los naipes, pescan, ven televisión y tienen debates sobre ideas socio-políticas inútiles. Todas estas actividades frívolas y otras más, están incluidas dentro de la categoría de prajalpa. Las personas inteligentes interesadas en desarrollar conciencia de Kèëòa, nunca deben participar en tales actividades.

El término jana-saôga se refiere a asociarse con personas que no están interesadas en desarrollar conciencia de Kèëòa. Uno debe evitar estrictamente semejante compañía. Por eso Ärîla Narottama dâsa Ùhâkura nos ha recomendado vivir sólo en compañía de los devotos conscientes de

Kèëòa (bhakta-sane vâsa). Uno siempre debe dedicarse a servir al Señor en compañía de los devotos del Señor. El asociarse con gente dedicada a un tipo similar de actividad es muy conducente a progresar en dicha actividad. En consecuencia, las personas materialistas forman diversas asociaciones y clubes para intensificar sus esfuerzos. Por ejemplo, en el mundo de los negocios encontramos instituciones tales como la bolsa de valores y la cámara de comercio. En forma similar, nosotros hemos establecido la Sociedad Internacional para la Conciencia de Kèëòa, para darle a la gente la oportunidad de asociarse con aquellos que no han olvidado a Kèëòa. Esta compañía espiritual que ofrece nuestro movimiento "ISKCON" está incrementando día a día. Mucha gente de diferentes partes del mundo está uniéndose a esta Sociedad, para despertar su conciencia de Kèëòa latente.

Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Ùhâkura escribe en su comentario Anuvètti, que el esfuerzo excesivo hecho por los especuladores mentales o los filósofos áridos para adquirir conocimiento, cae dentro de la categoría de atyâhâra (acumular más de lo necesario). Según El Ärîmad-Bhâgavatam, es enteramente vano el esfuerzo que hacen los especuladores filosóficos al escribir muchísimos libros sobre filosofía árida carente de conciencia de Kèëòa. El trabajo de los karmîs que escriben muchísimos libros sobre el desarrollo económico, también cae dentro de la categoría de atyâhâra. Quedan también incluidos dentro del control de atyâhâra todos los que no tienen ningún deseo por desarrollar conciencia de Kèëòa, y que únicamente se interesan en poseer más y más cosas materiales, ya sea en la forma de conocimiento científico o de ganancia monetaria.

Los karmîs sólo trabajan para acumular más y más dinero para las generaciones futuras, debido a que desconocen su propia posición futura. Estando interesados únicamente en conseguir más y más dinero para sus hijos y nietos, dichos tontos ni siquiera saben cuál será su propia posición en la próxima vida. Hay muchos incidentes que ilustran este punto. Una vez un gran karmî acumuló una inmensa fortuna para sus hijos y nietos, pero más tarde, conforme a su karma, él nació en la casa de un zapatero situada cerca del edificio que había construido en su vida anterior para sus hijos. Sucedió que cuando ese mismo zapatero fue a su antigua casa, sus hijos y nietos pasados lo golpearon a zapatazos. A menos que los karmîs y los jñânîs se interesen en el proceso de conciencia de Kèëòa, solamente continuarán desperdiciando su vida en actividades infructuosas.

Se llama niyama-âgraha al hecho de adoptar algunas reglas y regulaciones de las Escrituras para derivar algún beneficio inmediato, tal como lo abogan los utilitarios; y se llama niyama-âgraha al hecho de no seguir las reglas y las regulaciones de las äâstras destinadas al desarrollo espiritual. La palabra âgraha significa "afán por adoptar," y agraha significa "no adoptar." Agregando cualquiera de estas dos palabras a la palabra niyama ("reglas y regulaciones"), se forma la palabra niyamâgraha. Así pues, el término niyamâgraha tiene un significado doble que se entiende conforme a la combinación particular de palabras. Los interesados en el proceso de conciencia de Kèëòa no deben ansiar adoptar reglas y regulaciones con la finalidad de mejorar económicamente; en vez de eso deben adoptar muy fielmente las reglas y regulaciones de las Escrituras para avanzar en el sendero de conciencia de Kèëòa. Ellos deben seguir estrictamente los principios regulativos evitando la vida sexual ilícita, comer carne, los juegos de azar y drogarse o embriagarse.

Uno debe evitar también asociarse con mâyâvâdîs, quienes solamente blasfeman en contra de los Vaiëòvas (devotos). Se clasifica como atyâhârîs a los bhukti-kâmîs, que se interesan en la felicidad material, a los mukti-kâmîs, que desean liberarse al fundirse en la existencia del Absoluto carente de forma(Brahman), y a los siddhi-kâmîs, que desean perfeccionar la práctica del yoga místico. No es conveniente en absoluto asociarse con tales personas.

Quedan incluidos dentro de la categoría de avaricia (laulya), los deseos de desarrollar la mente al perfeccionar mediante la práctica del yoga místico, al fundirse en la existencia del Brahman o al desarrollar una prosperidad material caprichosa. Todos los intentos por adquirir semejantes beneficios materiales o supuesto avance material son estorbos en el sendero de conciencia de Kèëòa.

La moderna guerra que libran los capitalistas y comunistas, se debe a que han eludido el consejo de Ärîla Rûpa Gosvâmî referente a atyâhârâ. Los capitalistas modernos acumulan más riqueza de la necesaria, y los comunistas, envidiando su propiedad, quieren nacionalizar todas las riquezas y propiedades. Desafortunadamente los comunistas no saben cómo resolver el problema de la riqueza y su distribución. En consecuencia no se soluciona nada cuando la riqueza de los capitalistas cae en manos de los comunistas.

En oposición a estas dos filosofías, la ideología consciente de Kèëòa afirma que toda la riqueza le pertenece a Kèëòa. Así que, no podrá solucionarse el problema económico de la humanidad, a menos que toda la riqueza pase a ser administrada por Kèëòa. No puede resolverse nada al poner la riqueza en manos de los comunistas o de los capitalistas. Si hay un billete de cien dólares tirado en la calle, puede que alguien lo recoja y lo guarde en su bolsillo, pero esa persona no es honesta. Puede que otro hombre vea el dinero y decida dejarlo ahí, pensando que no debe tocar la propiedad ajena.

Aunque este segundo hombre no se roba el dinero, ignora su uso correcto. El tercer hombre que ve el billete de cien dólares, puede que lo recoja, encuentre al hombre que lo ha perdido y se lo entregue. Este hombre no se roba el dinero para gastárselo, ni lo abandona permitiendo que se quede en la calle. Este hombre es tanto honesto como sabio al tomarlo y entregarlo a la persona que lo ha perdido.

El simple hecho de transferir la riqueza de los capitalistas a los comunistas no puede resolver el problema de la política moderna, pues se ha demostrado que cuando un comunista obtiene dinero, lo utiliza para complacer sus sentidos. La riqueza del mundo, en realidad, le pertenece a Kèëòa, y toda entidad viviente, hombre y animal, tiene derechos por nacimiento de usar la propiedad de Dios para su propia manutención. Cuando alguien toma más de lo necesario para mantenerse - ya sea él un capitalista o un comunista- se convierte en un ladrón, y como tal, está sujeto al castigo de las leyes de la naturaleza.

Se debe utilizar la riqueza del mundo para el bienestar de todas las entidades vivientes, ya que ése es el plan de la Madre Naturaleza. Todos tienen derecho de vivir usando la riqueza del Señor. Cuando la gente aprenda el arte de utilizar científicamente la propiedad del Señor, no usurpará más los derechos de los demás. Entonces se podrá formar una sociedad ideal. El primer mantra del Ärî Îäopaniëad enuncia el principio básico de dicha sociedad espiritual:


îäâvâsyam idaê sarvaê

yat kiñca jagatyâê jagat

tena tyaktena bhuñjîthâ

mâ gèdhaì kasya svid dhanam


"El Señor posee y controla todo lo animado e inanimado que hay en el universo. Por eso, uno debe aceptar solamente las cosas que necesita para sí mismo, las cuales están reservadas como su cuota, y no debe aceptar otras cosas, sabiendo bien a quien pertenecen."

Los devotos conscientes de Kèëòa saben muy bien que el Señor ha concebido este mundo material con una disposición perfecta, de manera que satisfaga todas las necesidades vitales de todos los seres vivientes, sin que unos tengan que inmiscuirse en las vidas de otros o usurpar sus derechos.

Esta disposición perfecta le provee a todo el mundo la cuota adecuada de riqueza conforme a sus verdaderas necesidades, para que todos puedan así vivir pacíficamente conforme al principio de "llevar una vida sencilla con pensamientos elevados." Los materialistas que desafortunadamente no tienen fe en el plan de Dios, y que tampoco aspiran a lograr un desarrollo espiritual superior, emplean mal la inteligencia que Dios les ha dado, sólo para acrecentar sus posesiones materiales. Ellos ingenian muchos sistemas -tales como el capitalismo y el comunismo materialista- para mejorar su posición material. Ellos no están interesados en las leyes de Dios, ni en una meta superior. Ansiando siempre satisfacer sus deseos ilimitados por complacer sus sentidos, ellos sobresalen por su habilidad para explotar a los otros seres vivientes.

Cuando la sociedad humana abandone estas faltas primarias que enumera Ärîla Rûpa Gosvâmî (atyâhârâ, etc.), cesará toda la enemistad que existe entre los hombres y los animales, los capitalistas y los comunistas, etc. Además, se resolverán todos los problemas debidos al desequilibrio y a la inestabilidad política y económica. Esta conciencia pura se despierta mediante la educación y prácticas espirituales adecuadas que ofrece científicamente el movimiento de conciencia de Kèëòa.

Este movimiento de conciencia de Kèëòa propone crear una sociedad espiritual que pueda traerle paz al mundo. Todo hombre inteligente debe purificar su conciencia y liberarse de los seis factores ya mencionados, que impiden la ejecución del servicio devocional, refugiándose de todo corazón en este movimiento de conciencia de Kèëòa.



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jueves 11 de marzo de 2010

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