jueves, 24 de diciembre de 2009

El Devoto pide al Señor Sri Krishna que aparte Su refulgencia

El Devoto pide al Seïor Çré Kåñëa que aparte Su refulgencia


En Çré Éçopaniñad (15) se ora pidiendo que el Seïor aparte Su refulgencia deslumbrante, de modo que el devoto pueda ver la verdadera realidad. Ello se dice de la siguiente manera:


hiraëmayena pätreëa

satyasyäpihitaà mukham

tat tvaà püñann apävåëu

satya-dharmäya dåñöaye


“¡Oh, Seïor!, Tú eres el sustentador de todo, tanto de lo material como de los espiritual, y todo florece por Tu misericordia. Tu servicio devocional, o bhakti-yoga, es el verdadero principio de la religión, satya-dharma, y yo estoy dedicado a ese servicio. Por favor, retira, pues, el velo de Tus rayos brahmajyotis, de modo que yo pueda ver Tu forma de bienaventuranza y conocimiento eterno.”


(2.4.14, signif)


Mantra Quince


hiraëmayena pätreëa

satyasyäpihitaà mukham

tat tvaà püñann apävåëu

satya-dharmäya dåñöaye


hiraëmayena—por un resplandor dorado; pätreëa—por una cubierta deslumbrante; satyasya—de la Verdad Suprema; apihitam—cubierta; mukham-la cara; tat—esa cubierta; tvam— Tú Mismo; püñan—¡oh sustentador!; apävåëu—por favor remueve; satya—puro; dharmäya—al devoto; dåñöaye—para exhibir.


TRADUCCIÓN


¡Oh mi Seïor!, sustentador de todo lo que vive, Tu verdadera cara está cubierta con Tu resplandor deslumbrante. Por favor, remueve esa cubierta y muestrate ante Tu devoto puro.


SIGNIFICADO


En El Bhagavad-gétä (14.27), el Seïor explica de la siguiente manera Sus rayos personales (brahmajyoti), o sea, el resplandor deslumbrante de Su forma personal:


brahmaëo hi pratiñöhäham

amåtasyävyayasya ca

çäçvatasya ca dharmasya

sukhasyaikäntikasya ca


“Y Yo soy el fundamento del Brahman impersonal, el cual es la posición constitucional de la felicidad última y es inmortal, imperecedero y eterno”.


Brahman, Paramätmä y Bhagavän son los tres aspectos de la misma Verdad Absoluta. Brahman es el aspecto que puede percibir más fácilmente el principiante. A Paramätmä, la Superalma, lo comprenden aquellos que han progresado más, y la comprensión de Bhagavän es la comprensión final de la Verdad Absoluta. Esto se confirma en El Bhagavad-gétä donde el Seïor dice que El es el concepto final de la Verdad Absoluta, y que es la fuente del brahmajyoti y tambien del Paramätmä omnipenetrante. Kåñëa dice en El Bhagavad-gétä (10.42) que El es el manantial fundamental del brahmajyoti, el cual es el concepto impersonal de la Verdad Absoluta, y que no hay necesidad de explicar Sus potencias ilimitadas:


athavä bahunaitena

kià jïätena tavärjuna

viñöabhyäham idaà kåtsnam

ekäàçena sthito jagat


“Pero, ¿que necesidad hay, Arjuna, de todo este conocimiento detallado? Con un solo fragmento Mío, penetro y sostengo todo este universo”. Así, el Seïor mantiene la creación cósmica material total mediante una de Sus expansiones plenarias, el Paramätmä omnipenetrante. El tambien mantiene todas las manifestaciones del mundo espiritual; por eso en el çruti-mantra de El Çré Éçopaniñad se le menciona como püñan, el sustentador final.


La Personalidad de Dios, Çré Kåñëa, siempre, goza de bienaventuranza trascendental (änandamayo ‘bhyäsät). Cuando El estuvo presente hace cinco mil aïos en Vndävana, India, siempre gozó de bienaventuranza trascendental, aun desde el comienzo de Sus pasatiempos infantiles. Para El, la matanza de diversos demonios —tales como Agha, Baka, Ptanä y Pralamba— eran simplemente excursiones placenteras. En la villa de Vndävana El disfrutó con Su madre, hermano y amigos, y cuando aceptó el papel de un travieso ladrón de mantequilla, todos Sus asociados disfrutaron bienaventuranza celestial con Sus robos. El renombre del Seïor como un ladrón de mantequilla no es cosa reprochable, porque con Sus robos de mantequilla proporcionó placer a Sus devotos puros. Todo lo que el Seïor hizo en Vndävana fue para el placer de Sus asociados de allí. El Seïor creó estos pasatiempos para atraer a los especuladores áridos y a los acróbatas del supuesto sistema de haöha-yoga quienes habían venido a encontrar la Verdad Absoluta.


Çukadeva Gosvämé dijo en El Çrémad-Bhägavatam (10.12.11) lo siguiente acerca de los juegos infantiles del Seïor con Sus compaïeros de juego, los pastorcillos de vacas:


itthaà satäà brahma-sukhänubhütyä

däsyaà gatänäà para-daivatena

mäyäçritänäà nara-därakeëa

säkaà vijahruù kåta-puëya-puïjäù


“La Personalidad de Dios, quien es percibido como el bienaventurado Brahman impersonal, quien es adorado por los devotos como el Seïor Supremo, y quien es considerado por los mundanos como un ser humano ordinario, jugó con los pastorcillos de vacas que habían alcanzado sus posiciones despues de acumular muchas actividades piadosas”.


Así, el Seïor siempre está ocupado en amorosas actividades trascendentales con Sus asociados espirituales en las diversas relaciones de çänta (neutralidad), däsya (servidumbre), sakhya (amistad), vätsalya (afecto paternal o maternal), y mädhurya (amor conyugal).


Al decirse que el Seïor nunca abandona Vndävana-dhäma, uno puede preguntarse cómo maneja El los asuntos de la creación. La respuesta está en El Bhagavad-gétä (13.14): el Seïor penetra toda la creación material por medio de Su parte plenaria llamada la encarnación puruña. Aunque el Seïor no tiene nada que ver personalmente con la creación, el mantenimiento y la destrucción materiales, El provoca que todas estas cosas sucedan a traves de Su expansión plenaria, el Paramätmä o Superalma. Todas las entidades vivientes reciben el nombre de ätmä —alma— y el ätmä principal que las controla es el Paramätmä, la Superalma.


Este sistema para alcanzar la comprensión de Dios es una gran ciencia. Los materialistas únicamente pueden analizar y meditar en los vienticuatro factores de la creación material, debido a que tienen muy poca información sobre el puruña, el Seïor. Los trascendentalistas impersonales simplemente están confundidos con el brillante resplandor del brahmajyoti. Si uno quiere ver a la Verdad Absoluta en Su plenitud, debe traspasar los veinticuatro elementos materiales y tambien el brillante resplandor. El Çré Éçopaniñad seïala este objetivo orando para que sea removido el hiraëmaya-pätra, la cubierta deslumbrante. A menos que esta cubierta sea removida de manera que uno pueda percibir a la Personalidad de Dios tal como El es, nunca se alcanzará la verdadera comprensión de la Verdad Absoluta.


El aspecto Paramätmä de la Personalidad de Dios es una de las tres expansiones plenarias llamadas colectivamente el Viñëu-tattva. El Viñëu-tattva que se encuentra dentro del universo (una de las tres principales deidades —Brahmä, Viñëu y Çiva) recibe el nombre de Kñérodakaçäyé Viñëu. El es el Paramätmä omnipenetrante de todas las entidades vivientes individuales. El Garbhodakaçäyé Viñëu es la Superalma colectiva que está dentro de todas las entidades vivientes. Además de estos dos está el Käraëodakaçäyé Viñëu que yace en el oceano Causal. El es el creador de todos los universos. El sistema de yoga enseïa al estudiante serio cómo encontrarse con los Viñëu-tattvas despues de superar los veinticuatro elementos materiales de la creación cósmica. El cultivo de la filosofía empírica ayuda a comprender el brahmajyoti impersonal, el cual es el brillante resplandor del cuerpo trascendental del Seïor Çré Kåñëa. Esto se confirma en El Bhagavad-gétä y tambien en El Brahma-saàhitä (5.40):


yasya prabhä prabhavato jagad-aëòa-koöi-

koöiñv açeña-vasudhädi-vibhüti-bhinnam

tad-brahma niñkalam anantam açeña-bhütaà

govindam ädi-puruñaà tam ahaà bhajämi


“En los millones y millones de universos hay innumerables planetas, y cada uno es diferente de los demás debido a su constitución cósmica. Todos estos planetas están situados en un rincón del brahmajyoti. Este brahmajyoti consiste únicamente en los rayos personales de la Suprema Personalidad de Dios a quien adoro”. Este mantra de El Brahma-saàhitä es hablado desde el plano de la verdadera comprensión de la Verdad Absoluta, y el çruti-mantra de El Çré Éçopaniñad confirma este mantra como un proceso para alcanzar la iluminación. Es una oración sencilla dirigida al Seïor para que remueva el brahmajyoti y uno pueda ver Su verdadera cara.


Conocimiento perfecto significa saber que Kåñëa es la raíz del Brahman. La raíz del Brahman es el Seïor Çré Kåñëa, y en Escrituras como El Çrémad-Bhägavatam se explica perfectamente y en detalle la ciencia de Kåñëa. En El Çrémad-Bhägavatam su autor, Çréla Vyäsadeva, ha establecido que la Verdad Suprema es descrita como Brahman, Paramätmä o Bhagavän, de acuerdo con la comprensión que se tenga acerca de El. Çréla Vyäsadeva jamás declara que la Verdad Suprema es un jéva, una entidad viviente ordinaria. Nunca se debe considerar a la entidad viviente como la Suprema Verdad todopoderosa. Si así lo fuera, no sería necesario que esta orara al Seïor para que remueva Su cubierta deslumbrante, permitiendole así ver Su verdadera forma.


La conclusión es que en la ausencia de las manifestaciones espiritualmente potentes de la Verdad Absoluta se alcanza la comprensión del Brahman impersonal. En forma similar, cuando uno comprende las potencias materiales del Seïor alcanza la iluminación Paramätmä, aunque tenga poca o ninguna información sobre la potencia espiritual. Las comprensiones Brahman y Paramätmä de la Verdad Absoluta son así comprensiones parciales. Sin embargo, cuando uno comprende en Su plena potencia a la Suprema Personalidad de Dios, Çré Kåñëa, despues de que el hiraëmaya-pätra ha sido removido, comprende que väsudevaù sarvam iti: el Seïor Çré Kåñëa, conocido como Väsudeva, lo es todo —Brahman, Paramätmä y Bhagavän. El es Bhagavän, la raíz, y Brahman y Paramätmä son Sus ramas.


En El Bhagavad-gétä hay un análisis comparativo sobre los tres tipos de trascendentalistas: los adoradores del Brahman impersonal (jïänés), los adoradores del aspecto Paramätmä (yogés), y los devotos del Seïor Çré Kåñëa (bhaktas). En El Bhagavad-gétä (6.46–47) se afirma que de entre todo tipo de trascendentalistas, el jïäné, quien ha cultivado el conocimiento vedico, es superior. Aun así, los yogés son todavía superiores a los jïänés y tambien muy superiores a los trabajadores fruitivos. Y de entre todos los yogés, aquel que sirve constantemente al Seïor con toda su energía es el más elevado de todos. En resumen, el filósofo es mejor que el trabajador fruitivo, y el místico es superior al filósofo. Y de entre todos los yogés místicos, aquel que sigue el sendero del bhakti-yoga, dedicándose constantemente al servicio del Seïor, es el más elevado de todos. El Çré Éçopaniñad nos encamina hacia esta perfección.







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