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Fotos de ISKCON VrindavanAñadida el 19 de noviembre de 2009 Añadida el 17 de noviembre de 2009 Añadida el 20 de mayo de 2009 Añadida el 20 de mayo de 2009 Añadida el 20 de mayo de 2009 ADORACIÓN. Acto de homenaje o veneración a la divinidad. Estado elevado de disciplina por medio de la cual el hombre puede unirse espiritualmente con la divinidad alcanzando temporalmente el mayor grado de realización. Adoración: Adoración a Dios a través de los semidiosesTEXT 34 yasmin harir bhagavân ijyamâna ijyâtma-mûrtir yajatâê äaê tanoti kâmân amoghân sthira-jaôgamânâm antar bahir vâyur ivaiëa âtmâ yasmin—en esas ceremonias de sacrificio; hariì—el Señor Supremo; bhagavân—la Personalidad de Dios; ijyamânaì—siendo adorado; ijya-âtma—el alma de todas las deidades venerables; mûrtiì—en las formas; yajatâm—aquellos que adoran; äam—bien; tanoti—difunde; kâmân—deseos; amoghân—inviolables; sthira-jaôgamânâm—de todos los móviles e inmóviles; antaì—dentro; bahiì—fuera; vâyuì—aire; iva—como; eëaì—de todos ellos; âtmâ—alma espiritual;. TRADUCCIÓN En todas las ceremonias de sacrificio, aunque a veces se adora a un semidiós, se adora al Señor Supremo y Personalidad de Dios, porque Él es la Superalma de todos y, tal como el aire, existe tanto fuera como dentro. Así pues, es sólo Él quien otorga al adorador todo lo bueno. SIGNIFICADO A veces se observa que a semidioses tales como Indra y Candra se los adora y se les ofrecen los galardones del sacrificio, mas, sin embargo, las recompensas de todos esos sacrificios se las confiere al adorador el Señor Supremo, y es únicamente el Señor quien puede ofrecerle al adorador todo lo bueno. Los semidioses, pese a que se los adore, no pueden hacer nada sin la sanción del Señor, porque el Señor es la Superalma de todos los seres, tanto móviles como inmóviles. En El Bhagavad-gîtâ (9.23), el propio Señor lo confirma en el äloka siguiente: ye ‘ py anya-devatâ-bhaktâ yajante äraddhayânvitâì te ‘ pi mâm eva kaunteya yajanty avidhi-pûrvakam “Todo lo que el hombre ofrezca en sacrificio a otros dioses, ¡oh, hijo de Kuntî!, de hecho va dirigido únicamente a Mí, pero se ofrece sin verdadero conocimiento.” Los cierto es que el Señor Supremo ni tiene igual. No hay ningún otro Dios aparte del propio Señor. Así pues, el Señor Supremo es trascendental a la creación material eternamente. Pero hay muchos que adoran a semidioses tales como el Sol, la Luna e Indra, quienes sólo son representantes materiales del Señor Supremo. Esos semidioses son representaciones cualitativas indirectas del Señor Supremo. Sin embargo, un erudito entendido o un devoto entendido sabe quién es quién. Por lo tanto, él adora directamente al Señor Supremo, y no se deja distraer por las representaciones cualitativas materiales. Aquellos que no son tan entendidos, adoran esas representaciones cualitativas materiales, pero su adoración es poco ceremoniosa, por ser irregular. (S.B. 1º, Cap. 17, V. 34, págs. 860-862). Adoración a Viëòu:TEXT 29 iti râjña upâdiäya viprâ jâtaka-kovidâì labdhâpacitayaì sarve pratijagmuì svakân gèhân iti—así pues; râjñe—al rey; upâdiäya—habiendo aconsejado; viprâì—personas bien versadas en los Vedas; jâtaka-kovidâì—personas expertas en astrología y en la ejecución de ceremonias natales; labdha-apacitayaì—aquellos que recibieron suntuosamente como remuneración; sarve—todos ellos; pratijagmuì—regresaron; svakân—a sus propias; gèhân—casas. TRADUCCIÓN De ese modo, aquellos que eran expertos en el conocimiento astrológico y en la ejecución de la ceremonia natal, instruyeron al rey Yudhiëùhira en lo referente a la futura historia de su hijo. Luego, habiendo sido remunerados suntuosamente, todos regresaron a sus respectivos hogares. SIGNIFICADO Los Vedas son una mina de conocimiento tanto material como espiritual. Pero ese conocimiento apunta hacia la perfección de la autorrealización. En otras palabras, los Vedas constituyen la guía para todos los aspectos de la vida del hombre civilizado. Como la vida humana es la oportunidad de liberarse de todos los sufrimientos materiales, el conocimiento de los Vedas la guía debidamente en las cuestiones relativas tanto a las necesidades materiales como a la salvación espiritual. La clase específica de hombres inteligentes que se consagraban en particular al conocimiento de los Vedas, se denominaban los vipras, o los graduados en conocimiento védico. En los Vedas hay diferentes ramas del conocimiento, de las cuales la astrología y la patología son dos de las más importantes y necesarias para el hombre común. De modo que, para guiar a la sociedad, los hombres inteligentes, conocidos por los general como brâhmaòas, se encargaban de todas las diferentes ramas del conocimiento védico. Esos hombres inteligentes se encargaban incluso del departamento de la educación militar (Dhanur Veda), y los vipras también eran maestros de esa sección del conocimiento, como en el caso de Droòâcârya, Kèpâcârya, etc. La palabra vipra que se menciona aquí, es significativa. Hay una pequeña diferencia entre los vipras y los brâhmaòas. Los vipras son aquellos expertos en karma-kâòàa, o actividades fruitivas, y guían a la sociedad hacia la satisfacción de las necesidades materiales de la vida, mientras que los brâhmaòas son expertos en el conocimiento espiritual acerca de la trascendencia. Este departamento del conocimiento se denomina jñâna-kâòàa, y por encima de éste se halla el upâsanâ-kâòàa la constituye el servicio devocional del Señor Viëòu, y cuando los brâhmaòas alcanzan la perfección, reciben el nombre de vaiëòavas. La adoración de Viëòu es la más elevada de las formas de adoración. Los brâhmaòas elevados son vaiëòavas que están dedicados al trascendental servicio amoroso del Señor, y por eso El Ärîmad-Bhâgavatam, que es la ciencia del servicio devocional, les es muy querido a los vaiëòavas. Y como se explica al comienzo de El Ärîmad-Bhâgavatam, éste es el fruto maduro del conocimiento védico, y es una materia superior que se encuentra por encima de los tres kâòàas, es decir, el karma, el jñâna y el upâsanâ.
Entre los expertos en karma-kâòàa, los vipras expertos en jâtaka eran buenos astrólogos que, simplemente mediante los cálculos astrales del tiempo (lagna), podían predecir toda la historia futura de un niño recién nacido. Esos expertos vipra-jâtaka estaban presentes durante el nacimiento de Mahârâja Parîkëit, y su abuelo, Mahârâja Yudhiëùhira, los recompensó lo suficiente con oro, tierras, aldeas, granos y otras cosas valiosas e indispensables en la vida, entre las cuales también se incluían vacas. En la estructura social existe la necesidad de dichos vipras, y el Estado tiene el deber de mantenerlos cómodamente, tal como se concibe en el proceso védico. Como esos expertos vipras eran remunerados suficientemente por el Estado, podían prestarle a la gente un servicio gratuito, y de esa manera este departamento del conocimiento védico podía estar a la disposición de todos. (S.B. 1º, Cap. 12, V. 29, págs. 608-610). Adoración a los semidiosesTEXTO 20 eëa dâtâ äaraòyaä ca yathâ hy auäînaraì äibiì yaäo vitanitâ svânâê dauëyantir iva yajvanâm eëaì—este niño; dâtâ—dador de caridad; äaraòyaì—protector de los entregados; ca—y; yathâ—como; hi—ciertamente; auäînaraì—el país llamado Usinara; äibiì—Äibi; yaäaì—fama; vitanitâ—propagador; svânâm—de los parientes; dauëyantiì iva—como Bharata, el hijo de Duëyanta; yajvanâm—de aquellos que han ejecutado muchos sacrificios. TRADUCCIÓN Este niño será un munífico dador de caridad y protector de los rendidos, como el famoso rey Äibi del país de Uäînara. Y él expandirá el nombre y la fama de su familia, tal como Bharata, el hijo de Mahârâja Duëyanta. SIGNIFICADO Un rey se vuelve famoso por sus actos de caridad, por sus ejecuciones de yajñas, por la protección de los rendidos, etc. Un rey këatriya se siente orgulloso de brindarles protección a las almas entregadas. Esta actitud del rey se denomina îävara-bhâva, o verdadera capacidad de proteger la causa justa. En El Bhagavad-gîtâ, el Señor les indica a los seres vivientes que se entreguen a Él, y les promete absoluta protección. El Señor es todopoderoso y fiel a Su palabra, y, en consecuencia, jamás deja de brindarles protección a Sus diferentes devotos. El rey, siendo el representante del Señor, debe poseer esta actitud de darles protección a las almas entregadas, cueste lo que cueste. Mahârâja Äibi, el rey de Uäînara, era un amigo íntimo de Mahârâja Yayâti, el cual pudo llegar a los planetas celestiales junto con Mahârâja Äibi. Mahârâja Äibi estaba consciente del planeta celestial al que habría de ser trasladado después de su muerte, y la descripción de ese planeta celestial se da en El Mahâbhârata (Âdi-parva, 96.6-9). Mahârâja Äibi tenía una disposición tan caritativa, que la posición que había adquirido en el reino celestial se la quiso ceder a Yayâti, pero éste no la aceptó. Yayâti fue al planeta celestial junto con grandes èëis, tales como Aëùaka y otros. A pedido de los èëis y cuando todos se hallaban camino del cielo, Yayâti hizo una descripción de los actos piadosos de Äibi. Éste se ha vuelto un miembro de la asamblea de Yamarâja, el cual se ha convertido en su deidad venerable. Como se confirma en El Bhagavad-gîtâ, el adorador de los semidioses va a los planetas de los semidioses (yânti deva-vratâ devân); así que, Mahârâja Äibi se ha vuelto un asociado de Yamarâja, la gran autoridad vaiëòava, en ese preciso planeta. Mientras se hallaba en la Tierra, se hizo muy famoso como protector de las almas entregadas y como dador de caridades. Una vez, el rey del cielo adoptó la forma de un pájaro cazador de palomas (un águila), y Agni, el dios del fuego, adoptó la forma de una paloma. Mientras el águila perseguía a la paloma, ésta se refugió en el regazo de Mahârâja Äibi, y el águila cazadora le pidió al rey que se la devolviera. El rey quiso darle al ave cazadora otra carne que comer, y le pidió que no matara a la paloma. El ave cazadora rehusó aceptar la oferta del rey, pero luego se llegó al acuerdo de que el águila aceptaría carne del cuerpo del rey en una cantidad equivalente al peso de la paloma. El rey comenzó a cortar carne de su cuerpo y a ponerla en la balanza para equilibrar el peso de la paloma, pero la paloma mística siempre seguía siendo más pesada. El rey se puso entonces a sí mismo en la balanza para equilibrar a la paloma, y los semidioses se complacieron con él. El rey del cielo y el dios del fuego revelaron sus respectivas identidades, y bendijeron al rey. Devarëi Nârada también glorificó a Mahârâja Äibi por sus grandes logros, especificamente en relación con la caridad y la protección. Mahârâja Äibi sacrificó a su propio hijo por la satisfacción de los seres humanos de su reino. Y, así pues, el niño Parîkëit había de convertirse en un segundo Äibi, en cuanto a caridad y protección se refiere. Dauëyanti BharataDauëyanti Bharata. En la historia existen muchos Bharatas, de los cuales el hermano del Señor Râma, el hijo del rey Rëabha y el hijo de Mahârâja Duëyanta son muy famosos. Y a todos estos Bhâratas se los conoce históricamente en todo el universo. Este planeta Tierra es conocido como Bhârata, o Bhârata-varëa, en honor del rey Bharata, el hijo de Rëabha; pero, según algunos, a esta Tierra se la conoce como Bhârata debido al reinado del hijo de Duëyanta. En lo que nosotros se refiere, estamos convencidos de que el nombre de Bhârata-varëa que tiene esta Tierra se debe al reinado de Bharata, el hijo de Rëabha. Antes de él aparecer, a la Tierra se la conocía como Ilâvèta-varëa, pero justo después de la coronación de Bharata, el hijo de Rëabha, esta Tierra se hizo famosa como Bhârata-varëa. Más, a pesar de todo esto, Bharata, el hijo de Mahârâja Duëyanta, no era menos importante. Él es el hijo de la famosa beldad Äakuntalâ. Mahârâja Duëyanta se enamoró de Äakuntalâ en el bosque, y así se concibió a Bharata. Después de eso y debido a la maldición de Kaòva Muni, Mahârâja se olvidó de su esposa Äakuntalâ, y el niño Bhârata fue criado en el bosque por su madre. Incluso en su infancia el niño era tan poderoso, que desafiaba a los leones y elefantes del bosque y peleaba con ellos, tal como los niñitos juegan con gatos y perros. A raíz de que el niño se había vuelto tan fuerte, más que el llamado Trazan de la actualidad, los rëis del bosque lo llamaban Sarvadamana, o aquel que es capaz de controlar a todo el mundo. En El Mahâbhârata, Âdi-parva, se da una descripción completa de Mahârâja Bharata. A los Pâòàavas, o los Kurus, a veces se les llama Bharata por haber nacido en la dinastía del famoso Mahârâja Bharata, el hijo del rey Duëyanta.(S.B. 1º, Cap. 12, V. 20, págs. 593-595). Adoración a los semidioses vs. a DiosTEXTO 12 yat-tejasâtha bhagavân yudhi äûla-pâòir vismâpitaì sagirijo ’stram adân nijaê me anye ’pi câham amunaiva kalevareòa prâpto mahendra-bhavane mahad-âsanârdham Otra cosa significativas de este verso es que, por la gracia del Señor Kèëòa, Arjuna, pudo llegar al planeta celestial incluso con su mismo cuerpo, y fue honrado por Indradeva, el semidiós celestial, sentándose con él en un asiento semielevado. Uno puede llegar a los planetas celestiales en virtud de los actos piadosos que se recomiendan en los äâstras en la categoría de las actividades fruitivas. Y, como se declara en El Bhagavad-gîtâ (9.21), cuando las reacciones de esos actos piadosos se terminan, el que disfrutaba de ellos es de nuevo degradado y enviado a este planeta terrenal. La Luna también está en el mismo nivel que los planetas celestiales, y únicamente a las personas que sólo han realizado actos virtuosos - celebrando sacrificios, dando caridad y haciendo severas austeridades -, sólo a ellas puede permitírseles entrar en los planetas celestiales al terminarse el plazo de la vida del cuerpo. A Arjuna se le permitió entrar en los planetas celestiales con el mismo cuerpo simplemente por la gracia del Señor, pues, de lo contrario, eso no es posible. Los actuales esfuerzo de los científicos modernos para tratar de entrar en los planetas celestiales, sin duda que demostraran ser inútiles, porque estos científicos no están en el nivel de Arjuna. Ellos son seres humanos ordinarios, sin ningún recurso en la forma de sacrificios, caridad o austeridades. El cuerpo material es influido por las tres modalidades de la naturaleza material, es decir, la bondad, la pasión y la ignorancia. A la población actual la influyen más o menos las modalidades de la pasión y la ignorancia, y los signos de esa influencia se manifiestan en que la gente se vuelve muy lujuriosa y codiciosa. Estos degradados sujetos difícilmente pueden acercarse a los sistemas planetarios superiores. Por encima de los planetas celestiales, existen además muchos otros planetas, que sólo aquellos que están influidos por la bondad pueden alcanzar. En los planetas celestiales y otros planetas del universo, los habitantes son todos sumamente inteligentes, muchas más veces que los seres humanos, y todos ellos son piadosos y se hallan bajo la influencia de la bondad superior y de la bondad máxima. Todos ellos son devotos del Señor, y aunque su bondad no deja de estar adulterada, aun así se les conoce como semidioses que poseen buenas cualidades en la máxima cantidad posible dentro del mundo material. (S.B. 1º, Cap. 15, V. 12, págs. 738-739). 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