Mukunda-mala-stotra - Indice
Mukunda-mala-stotra - Introducción
Mukunda-mala-stotra - SUTRA UNO
Mukunda-mala-stotra - SUTRA DOS
Mukunda-mala-stotra - SUTRA TRES
Mukunda-mala-stotra - SUTRA CUATRO
Mukunda-mala-stotra - SUTRA CINCO
Mukunda-mala-stotra - SUTRA SEIS
Mukunda-mala-stotra - SUTRA SIETE
Mukunda-mala-stotra - SUTRA OCHO
Mukunda-mala-stotra - SUTRA NUEVE
Mukunda-mala-stotra - SUTRA DIEZ
Mukunda-mala-stotra - SUTRA ONCE
Mukunda-mala-stotra - SUTRA DOCE
Mukunda-mala-stotra - SUTRA TRECE
narake va narakantaka prakamam
avadhirita-saradaravindau
caranau te marane 'pi cintayami
divi — en la morada de los semidioses; va —o; bhuvi — en la tierra, el hogar de los seres humanos; va — o; mama — mí; astu — puede ser; vasah — residencia; narake — en el infierno; va — o; naraka-antaka — O asesino del demonio Naraka; prakamam — sin embargo, Usted desea; avadhirita — que han desafiado; sarada — de la temporada de otoño; aravindau —las flores de loto; caranau — los dos pies; te —Tus; marane — en el momento de la muerte ; api — incluso; cintayami — puedo recordar.
¡Oh, Señor, asesino del demonio Naraka! Permíteme residir en el reino de los semidioses, en el mundo de los seres humanos, o en el infierno; como Tú quieras. Pido solamente que en el momento de la muerte, pueda recordar Tus dos pies de loto, cuya belleza desafía a la de la flor de loto que crece en la temporada de Sarat.
Como se dijo antes, un devoto puro del Señor no tiene nada que ver con la religiosidad mundana, el desarrollo económico, la gratificación de los sentidos, o la salvación, ni tampoco es cuestión de si su nivel de existencia material es el más alto o más bajo. Para él, el cielo y el infierno son de igual valor. No tiene miedo de ir al infierno por el servicio del Señor, ni está contento de vivir en el cielo sin el servicio del Señor. En cualquier circunstancia su conciencia se fija en los pies de loto del Señor, cuya belleza desafía a las flores de loto más bellas del mundo material.
El desafío es debido a la posición trascendental de la forma del Señor, el nombre, cualidades, pasatiempos, etc. Los sruti mantras declaran que aunque el Señor no tiene manos, puede aceptar cualquier cosa que le ofrezcamos con devoción; aunque no tiene pies, Él puede viajar a cualquier parte; y aunque no tiene ojos mundanos, Él puede ver en cualquier lugar y en todas partes sin problema. El Brahma-Samhita describe cada uno de sus sentidos como omnipotentes. El ojo mundano puede ver pero no oír, pero Sus ojos pueden ver, oír, comer, generar descendencia, y así sucesivamente. Los sruti mantras dicen que impregna la naturaleza material con las semillas de los seres vivos simplemente por depositar su mirada en ella. Él no necesita ningún otro tipo de relaciones sexuales con la madre naturaleza para engendrar a los seres vivos en su seno y convertirse en su padre.
Por lo tanto, cualquier relación del Señor con Sus muchos devotos -sea la paternidad, la filiación, o cualquier otra- no es del todo material. El Señor es espíritu puro, y sólo cuando el ser vivo está en su estado espiritual puro puede tener todo tipo de relaciones con Él. Filósofos con una base pobre de conocimientos no pueden concebir estas relaciones espirituales positivas entre el Señor y los seres completamente espirituales, y por lo tanto, simplemente piensan en términos de la negación de las relaciones materiales. De este modo, los filósofos, naturalmente, adoptan el concepto del impersonalismo.
Por el contrario, un devoto puro como el Rey Kulasekhara tiene un conocimiento completo de la materia y el espíritu. Él no dice que todo lo material es falso, aunque no tiene nada que ver con lo material, del cielo al infierno. Entiende muy bien la afirmación contenida en el Bhagavad-gita que dice que desde los planetas más bajos hasta Brahmaloka, el mayor planeta en el universo, no hay gozo espiritual, del que añoran las entidades vivientes. Por lo tanto, el devoto puro está en pleno conocimiento de la vida espiritual; al mismo tiempo rechaza las relaciones materiales y cultiva su relación espiritual con el Señor. En otras palabras, el conocimiento espiritual que un devoto posee no sólo le permite rechazar la existencia material, pero también le proporciona una comprensión de la realidad de la existencia positiva, espiritual eterna. Este es el entendimiento que el Rey Kulasekhara expresa en esta oración.
El desafío es debido a la posición trascendental de la forma del Señor, el nombre, cualidades, pasatiempos, etc. Los sruti mantras declaran que aunque el Señor no tiene manos, puede aceptar cualquier cosa que le ofrezcamos con devoción; aunque no tiene pies, Él puede viajar a cualquier parte; y aunque no tiene ojos mundanos, Él puede ver en cualquier lugar y en todas partes sin problema. El Brahma-Samhita describe cada uno de sus sentidos como omnipotentes. El ojo mundano puede ver pero no oír, pero Sus ojos pueden ver, oír, comer, generar descendencia, y así sucesivamente. Los sruti mantras dicen que impregna la naturaleza material con las semillas de los seres vivos simplemente por depositar su mirada en ella. Él no necesita ningún otro tipo de relaciones sexuales con la madre naturaleza para engendrar a los seres vivos en su seno y convertirse en su padre.
Por lo tanto, cualquier relación del Señor con Sus muchos devotos -sea la paternidad, la filiación, o cualquier otra- no es del todo material. El Señor es espíritu puro, y sólo cuando el ser vivo está en su estado espiritual puro puede tener todo tipo de relaciones con Él. Filósofos con una base pobre de conocimientos no pueden concebir estas relaciones espirituales positivas entre el Señor y los seres completamente espirituales, y por lo tanto, simplemente piensan en términos de la negación de las relaciones materiales. De este modo, los filósofos, naturalmente, adoptan el concepto del impersonalismo.
Por el contrario, un devoto puro como el Rey Kulasekhara tiene un conocimiento completo de la materia y el espíritu. Él no dice que todo lo material es falso, aunque no tiene nada que ver con lo material, del cielo al infierno. Entiende muy bien la afirmación contenida en el Bhagavad-gita que dice que desde los planetas más bajos hasta Brahmaloka, el mayor planeta en el universo, no hay gozo espiritual, del que añoran las entidades vivientes. Por lo tanto, el devoto puro está en pleno conocimiento de la vida espiritual; al mismo tiempo rechaza las relaciones materiales y cultiva su relación espiritual con el Señor. En otras palabras, el conocimiento espiritual que un devoto posee no sólo le permite rechazar la existencia material, pero también le proporciona una comprensión de la realidad de la existencia positiva, espiritual eterna. Este es el entendimiento que el Rey Kulasekhara expresa en esta oración.
Traducido al español y editado por:
Bhakta Fabián Galván y Avyaya Dasa (Alfredo García Reyes)
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