domingo, 14 de marzo de 2010

Jaiva Dharma - LAS FUNCIONES DEL ALMA - IV

CAPÍTULO III



EL DHARMA CAUSAL ES IMPERFECTO, INCONSISTENTE, ADULTERADO Y EFÍMERO

ISKCON desire tree - Panchatattva Mantra 04

ISKCON desire tree - Panchatattva Mantra 04 por ISKCON desire  tree.

Panchatattva Mantra

ISKCON desire tree - Panchatattva Mantra 02

ISKCON desire tree - Panchatattva Mantra 02 por ISKCON desire  tree.

This Panchatattva Mantra poster is prepared by ISKCON desire tree for the pleasure of Srila Prabhupada and the devotee community.



En la asamblea de las personas espiritualmente iluminadas, cualquiera está en la posición de realizar el significado de las palabras de los Shâstras. Así que no es necesario que explique el significado de los textos del Bhâgavatam. Sin embargo, me gustaría añadir que la disposición del Varna (clase social) y el Ashrama (clase espiritual) son las bases para llevar una vida de obediencia para con los mandatos de Dios. La irreligión prevalece en una nación proporcionalmente a la ausencia de esta organización de Varna y Ashrama.

Consideremos la naturaleza y aplicación de los términos nitya y naimittika con respecto al karma. Si analizamos el significado profundo de los Shâstras, no podemos resistirnos ante la conclusión de que estos términos en su aplicación al karma no son utilizados en el sentido espiritual. Mas bien se utilizan con referencia al karma en una connotación transferida o mundana. Los términos nitya dharma (deber eterno), nitya karma (actividad eterna), nitya satya (verdad eterna) etc., sólo pueden ser utilizados en forma apropiada y única, con referencia a la condición espiritual pura del alma. Por lo tanto, cuando el término nitya es utilizado con referencia al karma (actividad material) como medio para un fin, debemos comprender que el karma es apenas indicativo de la verdad eterna en este mundo; y es llamado nitya, únicamente con base a tal referencia, ya que el karma nunca es nitya o eterno. Sólo cuando el karma a través del método de karma-yoga es utilizado en la búsqueda del jñana, y éste a su vez se encamina hacia el Bhakti, es que al karma y al jñana se les considera como nitya en un sentido de transferencia. Cuando un brâhmana lleva a cabo adoración tres veces al día, a ésta se le llama nitya-karma sólo por ser un mandato Védico establecido como medio para alcanzar la realización de nuestra función eterna, y no porque en sí misma sea nitya, sino para regular las actividades de nuestro cuerpo físico; distando mucho de la actividad Bhakti que sí es eterna. Tal aplicación es conocida como Upachara.

Krishna Prema es en realidad la única función eterna del alma. Su naturaleza ontológica puede ser establecida como la actividad del principio puro cognoscitivo. Aquellas actividades que se utilizan para obtener la realización de la función espiritual, son ejecutadas para alcanzar el mismo fin. Por lo tanto, no existen discrepancias al prescribirse como eternas en este sentido. Pero desde el punto de vista absoluto es mejor denominarlas a éstas como naimittika en vez de nitya. La distinción entre nitya y naimittika como es aplicada a diferentes variedades del mismo karma, es para su conveniencia, y no tiene una significación eterna.

En consideración respecto a la verdadera entidad de las cosas, el ejercicio del principio cognoscitivo sin mezcla, es admisible por ser la única función natural eterna del alma individual. Cualquier otra función es accidental. El Varnashrama (los deberes de la organización social y espiritual), el Astangayoga (el proceso óctuplo del yoga), el Astanga-jñana (el sendero del conocimiento material) y la Tapasya (el ascetismo), son todas funciones accidentales. No habría necesidad de todas estas funciones si el alma individual no se encontrara atrapada por Maya. Debido a esta cautividad en Maya, el estado infatuado que se produce es en sí mismo una causa accidental. Todas estas funciones producto de ese accidente (cautividad), se han convertido en deberes para el alma; que desde el punto de vista absoluto son en su totalidad accidentales.

La condición superior de un brâhmana, sus actividades fruitivas, como las prácticas rituales de adoración diaria y plegarias, junto con la aceptación de la orden monástica de sanyasi, son todas funciones accidentales y naturales. Estos deberes son considerados en gran estima por los Dharma Shâstras (códigos de deberes sociales) y son las más de las veces consistentes en los estados apropiados del discipulado espiritual. Sin embargo, no se les puede equiparar desde el punto de vista de la fe como en igualdad con la función espiritual eterna. El Bhâgavatamchandala que se alimenta de los despojos de los perros es mejor que un brâhmana que aun cuando posee las doce buenas cualidades, experimenta aversión al servicio de los Pies de Loto de Srî Krishna. Esto es porque si la mente, las palabras, actividades y el uso que una persona le da a su dinero, están dedicados a Srî Krishna, por ello se santifica tanto su familia como su vida; mientras que un brâhmana aunque posea inmenso honor dentro de la sociedad puede no llevar a cabo las actividades de servicio antes mencionadas debido a su aversión a Srî Krishna». menciona: «Incluso un

Un brâhmana se distingue por encima de las otras órdenes, por poseer las siguientes doce buenas cualidades, las cuales son: la veracidad, el control de los sentidos, la austeridad, la ausencia de malicia, la paciencia, la carencia de envidia, el ofrecimiento de sacrificios y de caridad, constancia, estudio de los Vedas y la ejecución de trabajos piadosos solemnes. Un brâhmana que posee estas doce buenas cualidades, ciertamente atrae la reverencia de todas las personas en este mundo. Pero sin importar que posea todas estas cualidades, si sucede que no tiene una aptitud devocional por Srî Krishna el Todo-Atractivo Señor Supremo, entonces incluso a un comedor de perros o chandala se le debe considerar superior a él en todo sentido, si es que posee la inclinación para servir a Srî Krishna. El verdadero significado de este sloka, establece que sin importar el nacimiento de una persona dentro de una familia chandala, si ésta se dedica al cultivo de su naturaleza espiritual, la cual es la función eterna de todas las almas puras (jivas), a través de la purificación obtenida con la constante asociación de los sadhus (santos), por esto, se le considera superior a un brâhmana que aun cuando haya nacido en una familia piadosa asidua practicante de las funciones accidentales prescritas, no practica la función eterna de cultivar su naturaleza espiritual pura.

En este mundo se encuentran dos tipos de personas, es decir, aquéllas en las cuales el sentido de lo correcto y lo incorrecto se ha despertado a la actividad, y aquéllas en las cuales este sentido se encuentra dormido. Se puede decir que el mundo está casi lleno de esta última clase. Las personas cuyo juicio ético se encuentra dormido, consideran que la adoración diaria y las plegarias que son deberes apropiados para los que poseen la disposición de los brâhmanas, es también, entre otras funciones, la más elevada que ejecutan este tipo de personas. Las personas en las cuales el sentido moral se ha despertado en forma apropiada hasta el estado de actividad, son también conocidas como Vaishnavas. La conducta de los Vaishnavas debe presentar necesariamente puntos de diferencia con la conducta de las personas cuyo sentido acerca de lo correcto y lo incorrecto se encuentra dormido. Pero aun cuando la conducta de los Vaishnavas es diferente, ésta no se opone al espíritu de las reglas establecidas para guiar a las personas que poseen un sentido ético dormido (smarta). El espíritu que alienta las regulaciones de los Shâstras, es el mismo en cada caso. Las personas cuyo sentido moral se encuentra dormido están sujetas a permanecer confinadas en una porción particular de las provisiones elementales de los Shâstras. Las personas que poseen un sentido moral activo, extienden su amigable bienvenida al espíritu de los Shâstras. No existe ninguna diferencia en cuanto al espíritu a pesar de la diferencia en los actos. Para las personas que son elegibles, la conducta de las personas poseedoras de una conciencia despierta les parece estar en oposición con la conducta de las personas en general. Mas es un hecho que el significado encubierto incluso de tales aparentemente diferentes conductas es uno y lo mismo.

A juicio de las personas que poseen las facultades éticas despiertas en forma apropiada, es correcto enseñar la función accidental a las personas en general. Pero la función temporal es sin embargo, verdaderamente imperfecta y adulterada con ingredientes inconsistentes e impermanencia.

La función accidental no atenta a la cultura dirigida por nuestra propia naturaleza espiritual. Y será siempre aceptada en sus formas compatibles con la cultura espiritual. Así, tal función se considera como un medio para alcanzar como fin a la apropiada cultura espiritual. Claro que los medios dejan de ser seguidos cuando se alcanzan los fines. Por esta razón los medios en sí mismos no se consideran como completos. Los medios son únicamente una sección aparte de la verdad de la cosa, que es el fin. Por lo tanto, la función accidental nunca puede ser perfecta. Por ejemplo, los deberes diarios de adoración y plegarias que efectúa un brâhmana son temporales y dependientes de la observancia de las reglas apropiadas; y precisamente de la misma forma en que lleva a cabo sus otros deberes seculares. Tales actividades no proceden de su disposición natural y espiritual. Después de que la persona se acostumbra al curso de tales actividades reguladas por un amplio período y llega a sentir un gusto por la cultura espiritual dirigida en la forma de cantar el Nombre de Srî Hari, purificando su mente a través de la asociación activa con devotos puros, los deberes de diaria adoración y plegarias en la forma de ocupaciones seculares, ya no son necesarios. La ejecución del canto del Nombre de Srî Hari es la cultura espiritual más completa. El llevar a cabo la adoración prescrita de adoración y plegarias en forma periódica es el único medio para alcanzar el fin antes mencionado. Tales actividades nunca alcanzan las características de una actividad completa.

La función accidental se encuentra adulterada con factores indeseables; sin embargo, es un hecho que ésta merece ser estimada por apuntar hacia el verdadero fin. El principio espiritual es el único consistente. La materia y su asociación son inconsistentes para el alma individual. La función accidental contiene una gran porción del principio material. Tal función trae consigo una profusión de resultados irrelevantes que atrapan al alma entre ellos. Por ejemplo, es ciertamente algo bueno para un brâhmana el que adore a Dios; pero un falso egotismo en la forma de creencias como, ‘yo soy un brâhmana y otras almas son inferiores a mí...’ pueden acarrear consecuencias indeseables para su adoración. Similarmente, un subproducto objetable de la función del sendero óctuplo del yoga que comúnmente es llamado bibhuti (poderes místicos) es extremadamente dañino para el alma individual. Bhukti (disfrute mundano) y mukti (liberación) son compañeros inevitables de la función accidental. Una persona puede salvarse de las ataduras de estos falsos enemigos si tiene la oportunidad de alcanzar la función espiritual apropiada, la cual es el objeto fundamental de tales actividades. Pero debemos tener presente que dentro de la función accidental, respecto al verdadero propósito del alma individual, el factor indeseable es preponderante.

La función accidental es intermitente. No permanece en todas las ocasiones, ni en todas las condiciones de la jiva. Por ejemplo, el Brahma de un brâhmana, el kshatra de un kshatrya, etc., son accidentes; éstos desaparecen tan pronto su causa termina. Una persona puede nacer como un chandala sin importar que en su nacimiento previo lo hiciera en una familia brahmânica. En su segunda vida la función accidental correspondiente al Varna como brâhmana ya no es más su función apropiada o suadharma (deberes propios). El término suadharma utilizado con referencia a la función accidental, tiene también un significado de transferencia. Después de cada nacimiento, la función apropiada y específica o suadharma sufre un cambio. Pero la función eterna de la jiva nunca cambia en ningún nacimiento. Sólo la eterna función es verdaderamente el suadharma de la jiva. Y la función accidental es temporal.

Por lo tanto, cuando tú preguntas, ‘¿qué es la Religión Vaishnava o cuál es la función de un Vaishnava?’, la respuesta es que la función de un Vaishnava o la Religión Vaishnava es la Eterna Función de la jiva. Ella en su estado libre de la ataduras de la energía material, practica el Amor a Srî Krishna en su forma espiritual pura. La jiva al despertar a su función apropiada en el estado condicionado, acepta agradecida cada forma que obtiene como entidad material junto con las relaciones mundanas que la conducen a su cultivo espiritual, y rechaza aquéllas que van en detrimento de la misma. Ella no lleva a cabo mecánicamente los mandatos y tabúes de los Shâstras, sino que le da la bienvenida al mandato shâstrico que la conduce al servicio de Dios, despreciando al que se opone al mismo. La actitud de un Vaishnava respecto a las prohibiciones de los Shâstras es también exactamente la misma. El Vaishnava es la única verdadera entidad y la esencia de toda la bondad en el mundo, y por eso, el mejor amigo de éste, así como la única fuente de bienestar para él. Con toda humildad te he planteado lo que puedo decir ante los Vaishnavas reunidos aquí hoy. Imploro sinceramente su bondadoso perdón para todas mis ofensas.’

Al concluir su discurso, Vaishnava das ofreció sus reverencias respetuosas a la asamblea de los Vaishnavas; acto seguido volvió a su asiento que se encontraba al fondo, mientras todos los devotos conmovidos y con lágrimas en los ojos se lo agradecieron unánimemente. Los bosques de Srî Godrum también respondieron con la ofrenda de su gratitud.

El brâhmana que había presentado la pregunta y que era un cantante consumado, pudo también percibir la verdad más profunda en el curso de la exposición, aunque experimentara a su vez cierto grado de duda respecto a algunos de sus puntos. Sin embargo, la semilla de la firme convicción acerca de la veracidad respecto a la Religión Vaishnava implantada en su corazón, fue rápidamente vigorizada en forma vital por lo que había escuchado. A continuación y con las manos juntas el brâhmana dijo, ‘Grandes devotos; yo no soy un Vaishnava, pero me he convertido en uno por escuchar el Nombre de Hari, si ustedes se complacen en instruirme a su gusto y debido a su misericordia, despejarán mis dudas que son muchas’.

Srî Prema dâs Bâbaji Maharaj, dio su agraciada respuesta, ‘te pido que te asocies para tu conveniencia con Srîmad Vaishnava das; él es muy versado en todos los Shâstras. Tras recibir la orden de sanyasa, residió en Benares después de estudiar profundamente el Vedanta shastra. El Querido Señor de nuestras vidas, Srî Krishna Chaitanya, al manifestar Su inconmensurable misericordia, le ha traído aquí a Nâvadwip. Ahora se ha vuelto muy versado en los principios de la Religión Vaishnava desarrollando un profundo Amor por el Srî Hari-Nama’.

El que hacía estas preguntas era Srî Kâlidas Lahiri. Después de escuchar estas palabras de Bâbaji Maharaj, mentalmente él aceptó a Vaishnava das como a su maestro espiritual preceptor (Guru). Y pensó para sí mismo, ‘él nació dentro de una familia brahmânica y ha aceptado sanyas; por lo tanto, está capacitado para instruir a un brâhmana. Además, encuentro que posee un gran conocimiento acerca de los principios Vaishnavas. Puedo con toda confianza esperar de él gran cantidad de luz respecto al Vaishnavismo’. Con esta clase de pensamientos en su mente, Lahiri Mahasaya ofreció sus reverencias respetuosas a los pies de Vaishnava das y le dijo, ‘reverendo señor, tenga misericordia de mí’. Vaishnava das le respondió, después de devolverle las reverencias a Lahiri Mahasaya, ‘si usted se complace siendo misericordioso conmigo, el deseo de mi corazón podrá efectuarse’.

En el transcurso del atardecer a la noche, todas las personas reunidas ese día, partieron a sus respectivos hogares.

El lugar en donde Lahiri Mahasaya vivía se encontraba oculto en un lugar apartado de la aldea. Era también una arboleda (kunja), cuyo centro estaba ocupado por un huerto de mâdhavis y una plataforma para Srî Vrindadevi (Tulasi). Su casa constaba sólo de dos cuartos uno junto al otro. El patio se encontraba delimitado por plantas de Chita. Un árbol de Bela y otro de Nim, aunados con plantas florales, le daban cierto encanto al bosquecillo.

Mâdhava das Bâbaji, era el vicario (adhikari) del kunja. Este Bâbaji al principio había sido en verdad una buena alma. Pero su naturaleza Vaishnava había sufrido un gran deterioro debido a los efectos negativos de malas asociaciones. Sus prácticas devocionales se habían visto grandemente impedidas a causa de vicios contraídos por las compañías equivocadas. Así mismo, la intolerable comodidad en su forma de vivir le trajo dificultades monetarias que le impedían desahogar sus gastos. Solía practicar la mendicidad indiscriminadamente (prohibido por las escrituras) y alquilaba uno de sus cuartos para tener más dinero. Lahiri Mahasaya era el inquilino que le arrendaba.

El sueño de Lahiri Mahasaya fue interrumpido en medio de la noche por la ponderación que hacía él mismo acerca del discurso de Vaishnava das, cuando un sonido se escuchó en el patio del bosquecillo. Al salir de su cuarto Lahiri Mahasaya se encontró a Mâdhava das hablando con una mujer en el patio; al verlo, la mujer desapareció mientras Mâdhava das permaneció en silencio, evidentemente apenado por la presencia de Lahiri Mahasaya.

Este último habló primero, ‘Bâbaji, ¿qué es lo que pasa?’

Con los ojos llorosos, Mâdhava das le respondió, ‘es mi destino fatal; ¿qué otra cosa necesito agregar? Lo que he sido en el pasado y lo que soy ahora. Me siento apenado incluso de acercarme a la presencia de usted’.

Lahiri Mahasaya dijo, ‘puedo entender su posición sin tan sólo me establece los hechos del asunto’.

Mâdhava das dijo, ‘la mujer que acaba usted de ver, era mi esposa durante mi vida de casado; un corto tiempo después de aceptar la vida de renuncia, ella vino a Srîpat Shântipur, uno de los lugares sagrados de los Vaishnavas, refugiándose en una choza construida por ella misma para tal propósito a orillas del Ganges. Muchos días pasaron de esta manera. De casualidad fui a Srîpat Shântipur y al encontrármela en la rivera del Ganges le pregunté el porqué de su renuncia a la vida familiar; por lo que me dijo, pude comprender que su vida terrenal había cesado de tener alguna atracción para ella, y debido a esto ahora vivía mendigando en ese lugar sagrado, después de haber sido privada del servicio a mis pies. Sin prolongar más esta conversación regresé a Srî Godrum y me establecí en la casa de un Sad gopa, encontrándomela en un lugar diferente cada día. Entre más trataba de evitar su acoso, ella me presionaba para entablar relaciones íntimas. Ahora hasta posee un ashram (un lugar de retiro piadoso para vivir) propio en ese lugar. Y se dedica con todas sus fuerzas a traerme la ruina, visitándome a altas horas de la noche. Mi mala fama se ha difundido por todas partes y el asociarme con ella se ha reflejado en la declinación de mis prácticas devocionales, las cuales han sufrido gran impedimento. Me he convertido en un renegado entre los sirvientes de Srî Krishna Chaitanya. Desde que el pequeño Haridas fue castigado, ahora yo me he convertido en el objeto idóneo para ser sujeto del castigo. Los Bâbajis de Srî Godrum no lo han hecho debido a su gran misericordia, pero ya no confían en mí’.

Después de escuchar su historia, Lahiri Mahasaya dijo, ‘Mâdhava das Bâbaji, ten cuidado del devenir de la maldad’. Y regresó a su cuarto. El Bâbaji hizo otro tanto retornando a su gadi (asiento) de ermitaño.

Lahiri Mahasaya no pudo conciliar más el sueño esa noche. Se decía para sí, ‘Mâdhava das Bâbaji se ha arruinado al quebrantar sus votos de recluso respecto a la castidad. No es adecuado para mí permanecer aquí por más tiempo, pues aun cuando esta situación no llegue hasta el punto de una auténtica mala asociación, lo que puede producir es una grave y mala reputación. Los Vaishnavas puros no me tratarán ya como alguien digno de su confianza’.

Así, a la mañana siguiente se dirigió al Pradyumna kunja y después de saludar adecuadamente a Srî Vaishnava das, le imploró que le permitiera residir en un pequeño cuarto localizado en el kunja. Cuando Vaishnava das le informó a Paramahansa Bâbaji de su pedido, este último le ordenó que le asignara un refugio para su estancia en un extremo del kunja. Desde entonces Lahiri Mahasaya vivió en tal refugio e hizo arreglos para obtener comida que hubiera sido ofrecida a Vishnu en la casa de algún brâhmana.




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jueves 11 de marzo de 2010

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