martes, 16 de marzo de 2010

La Búsqueda de Sri Krishna, la más Hermosa Realidad 4º

CAPITULO CUATRO



El origen del alma


ISKCON desire tree - Sri Advaita Appearance 08

ISKCON desire tree - Sri Advaita Appearance por ISKCON desire  tree.

This Festival poster is prepared by ISKCON desire tree for the pleasure of Srila Prabhupada and the devotee community.


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Desde tiempo inmemorial, el hombre se ha preguntado por el origen del alma. En este capítulo, Ärîdhara Mahârâja responde la más vital de todas las preguntas: “¿Quién soy yo? ¿De dónde he venido?”


¿Cómo aparece el alma por primera vez en este mundo? ¿De qué estado de existencia espiritual cae ella dentro de este mundo material?” Esta es una extensa pregunta que requiere alguna información básica.

Hay dos clases de almas, jîvas, que vienen a este mundo. Una clase viene de los planetas espirituales Vaikuòùha por la exigencia del nitya-lîlâ, los pasa­tiempos eternos de Kèëòa. Otras vienen por necesidad constitucional.

El Brahmajyoti, el plano marginal no diferenciado, es la fuente de infinitas almas, jîvas, partículas espirituales atómicas de carácter no diferenciado. A los rayos del cuerpo trascendental del Señor se les conoce como Brahmajyoti y un hacecillo luminoso de un rayo del Brahmajyoti es la jîva. El alma jîva es un átomo de esa refulgencia y el Brahmajyoti es el producto de un número infi­nito de átomos jîva.

En general las almas emanan del Brahmajyoti, el cual está vivo y en creci­miento. Dentro del Brahmajyoti, el equilibrio de las almas es perturbado de algún modo y comienza el movimiento. De la no diferenciación, comienza la diferenciación. Las unidades conscientes individuales crecen desde un plano puro, sin mezcla. Y debido a que las jîvas son conscientes, están dotadas de libre albedrío; por lo tanto, desde la posición marginal ellas escogen el partido de la explotación o el partido de la dedicación.

Kèëòa bhuli sei jîva anâdi bahirmukha. Anâdi significa aquél que no tiene comienzo. Cuando entramos en el terreno de la explotación, nos introducimos en el factor espacio-tiempo-pensamiento. Y cuando llegamos a explotar, comienzan la acción y la reacción en el terreno negativo de los empréstitos. Aunque competimos para volvernos los amos y señores, en realidad nos convertimos en perdedores.

A los servidores de Goloka y Vaikuòùha se les ve también en la jurisdicción de Brahmâòàa, el universo material, pero es sólo un juego, un lîlâ. Ellos llegan desde aquel plano más elevado tan sólo para tomar parte en los pasa­tiempos del Señor y luego retornan. Las almas caídas llegan desde la posición marginal dentro del Brahmajyoti y no desde Vaikuòùha.

La primera posición del alma en el mundo material será como Brahmâ, el creador; luego su karma puede llevarla a ella al cuerpo de una bestia como un tigre, por ejemplo, donde se encuentra rodeada por una mentalidad feroz, o al cuerpo de un árbol o una enredadera, donde pueden rodearla diferentes impresiones. De este modo, uno es envuelto en la acción y la reacción. La situación es compleja y analizar los detalles de la historia de un átomo particu­lar es innecesario. Nos interesa el asunto en general: Cómo es que la transformación del concepto material proviene de la conciencia pura.



Electrones de conciencia



La materia no es independiente del espíritu. En el Brahmajyoti estamos equilibrados en la potencia marginal como un número infinito de puntas de alfiler de rayos espirituales, electrones de conciencia. Conciencia significa dotado de libre albedrío, porque sin libre albedrío no puede concebirse nin­guna conciencia. Un punto de alfiler atómico de conciencia posee un libre albedrío exiguo y por el mal uso de su libre albedrío algunas jîvas han acep­tado su suerte en el mundo material. Ellas se negaron a someterse a la Auto­ridad Suprema; quisieron dominar. Por lo tanto, la jîva entra en este mundo de explotación con esta idea germinal de dominación. En el Bhagavad-gîtâ (7.27) se afirma:


icchâ-dvesa samutthena, dvandva-mohena bhârata

sarva-bhûtâni saêmohaê, sarge yânti parantapa


Dos principios se despiertan en la jîva en forma inacabada: El aborreci­miento y el deseo; luego, poco a poco, el alma baja a mezclarse con el mundo material”. Al comienzo, se desarrollan la simpatía y la apatía en forma inaca­bada, tal como cuando un retoño brota con dos hojas. Y poco a poco estas dos cosas nos ayudan a sumergirnos a profundidad dentro de este mundo material.

Al retirarse del mundo de la explotación, el alma puede retornar a su posi­ción anterior en el Brahmajyoti como espíritu. Pero si el alma ha obtenido la tendencia de la dedicación a través de sus actividades devocionales previas, ella no se detiene allí, ella se abre paso a través del Brahmajyoti y se dirige a Vaikuòùha.

¿Por qué tiene que ir el alma al mundo de la explotación y no al mundo de la dedicación? Esto puede ser atribuido a su naturaleza innata, la cual está dotada de libre albedrío. Es una elección libre, esto se confirma en el Bhaga­vad-gîtâ (5.14):


na kartèvaê na karmâni, lokasya sèjati prabhuì

na karma-phala-saêyogam, svabhâvas tu pravartate


El alma es responsable de su ingreso en el terreno de la explotación”. La responsabilidad es del alma, de otro modo, el Señor sería responsable de la condición angustiosa del alma. Pero Kèëòa dice que el libre albedrío innato del alma es el responsable de este enredo en el mundo material. El alma es consciente y conciencia significa dotado de libertad, debido a que el alma es atómica, su libre albedrío es imperfecto y vulnerable. El resultado de esa libre escogencia es que algunas vienen a este mundo material y algunas están yendo al mundo espiritual. Por lo tanto, la responsabilidad es del alma indivi­dual.



El derecho a equivocarse



Una vez, el líder político hindú Äyâmasundara Cakravarti, le preguntó a nuestro Maestro Espiritual, Prabhupâda:

- ¿Por qué le ha otorgado el Señor tal libertad a la jîva?

- Tú estás luchando por la libertad, ¿no conoces el valor de la libertad? Sin libertad, el alma es sólo materia -respondió Prabhupâda.

La libertad nos ofrece la alternativa de actuar correcta o incorrectamente; una vez, Gandi le dijo a las autoridades británicas:

- Queremos la libertad.

- Ustedes no están preparados para tener un gobierno propio. Cuando estén preparados, se lo daremos -respondieron ellos.

- Queremos la libertad de equivocarnos -les dijo él, finalmente.

Por lo tanto, la libertad no garantiza actuar sólo de la forma correcta; la libertad posee su valor, independiente de lo correcto e incorrecto.

El libre albedrío es absoluto sólo en la Verdad Absoluta. Debido a que somos finitos nuestro libre albedrío es infinitesimal. Se presenta entonces la posibilidad de cometer errores. Nuestra primera elección fue dominar y por lo tanto, poco a poco hemos entrado en el mundo de la dominación. Como resultado de esta primera acción, se han desarrollado todas las demás cosas. De este modo, en diferentes grados, las especies han sido divididas descen­diendo desde los semidioses hasta los árboles y las piedras. Y los cuerpos acuosos, los cuerpos gaseosos y cualquier cosa que encontramos aquí, se ha desarrollado de ese modo. El principio activo, en cualquier forma de desarro­llo embriológico, es el alma y a partir del alma se han desarrollado todas las cosas.



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