martes, 16 de marzo de 2010

Sri Guru y Su Gracia 11º

CAPITULO ONCE


La tierra de los Gurus


H H Indadyumna Swami - 06

H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.

H H Indadyumna Swami


H H Indadyumna Swami - 07

H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.

H H Indadyumna Swami



H H Indadyumna Swami - 08

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H H Indadyumna Swami - 10

H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.

H H Indadyumna Swami




Se afirma en el Ärîmad-Bhâgavatam (11.9.31):


na hy ekasmâd guror jñânam, su-sthiram syât su-puskalam


Ciertamente uno no puede obtener conocimiento completo de un sólo Guru”. En el estado más alto de devoción, no solamente debemos ver a un Guru; tenemos que ver que el Guru está en todas partes. En la tierra de Kèëòa todos son Gurus; nuestras transformaciones deberían estar dirigidas hacia este punto. Todo en el mundo espiritual, el ambiente entero es nuestro Guru y nosotros somos sirvientes. Entrar a Vaikuòùha o Goloka significa que tenemos que ver al Guru en todas partes y ofrecerle nuestros respetos. Por supuesto que existen grados, pero todos son Guru.

Hay diferentes clases de Gurus. Todos los vaiëòavas son considerados Gurus. Si un Maestro Espiritual da aunque sea una carta a su discípulo, lo que ella contiene es infinito. El conocimiento dado por el Maestro Espiritual es Infinito. Sin embargo, para saber y entenderlo en su totalidad, se necesitan diferentes fuentes.

En la posición más alta, uno pude leer en todas partes devoción a Kèëòa. Si podemos lograr la visión apropiada entonces, todo me dará inspiración para cumplir con los deberes. Siempre que Mahâprabhu veía un bosque lo veía como Vèndâvana. Siempre que veía un río, Él veía el Yamunâ, siempre que veía una colina, la veía como la colina de Govardhana. En esa etapa elevada, donde quiera que miremos, recordaremos a nuestro Señor. Ellos nos enseña­rán, nos presionarán para que nos ocupemos en servir a Kèëòa. Ése es el deber del Guru. Dondequiera que miremos, todo lo que venga a nosotros, será únicamente para estimularnos: “Cumpla con su deber”. Esto es un Guru. Nuestro Guru es quienquiera que nos dé ímpetu para servir a Kèëòa, quien­quiera que nos ayude a mirar hacia el centro. Por lo tanto, ya que todo átomo en Vaikuòùha y Goloka nos impulsa hacia nuestro deber, todos ellos son nuestros Gurus. Los Gurus estarán ampliamente disponibles cuando poda­mos elevarnos nosotros mismos a un nivel superior.


El Guru desvanece la oscuridad


Cuando estamos en las etapas más bajas de la concepción material, todo lo que vemos nos aleja del Centro por el impulso exterior de la corriente. Todo lo que vemos nos dice: “¡Oh, ven y disfrútame!” La invitación a disfrutar se encuentra aquí en el nivel más bajo y también se encuentra la inspiración de la renunciación en una etapa particular. Los impersonalistas que desean la salvación dicen: “Todo lo que encontramos aquí es temporal. ¡Rechacémoslo todo!” Pero la devoción es el lado positivo. Del lado de la devoción, todo me arrastrará hacia el Centro, hacia Kèëòa. Y aquéllos que nos ayudan de esa manera son nuestros Gurus. Guru significa: “Uno que desvanece la oscuridad tanto del disfrute como de la renunciación”.

Kèëòa nos dice que no debemos singularizar en un punto (âcâryaê mâê vijâniyân). Hay muchos Äikëâ-gurus en la línea y es nuestra buena fortuna ver tantos Gurus, venir a la plataforma donde vemos Gurus por todas partes. En todo lado trataremos de sacar las sugerencias de la presencia auspiciosa del Supremo. Kèëòa dice: “Aquél que puede verme en todas partes y ve todo en Mí, nunca me perderá ni Yo a él”, (yo mâê paäyati sarvatra, sârvam ca mayi paäyati). Trataremos de verlo en todos los ambientes. Entonces tendremos una posición segura. No ver Guru es una posición peligrosa. Pero si podemos ver Guru en todas partes, que nos aconseje concentrar nuestra energía en el servicio de Dios, entonces estaremos seguros. Por supuesto, también hay una visión especifica de Guru, de quién puedo conseguir la máxima ayuda inme­diata. Pero en últimas Kèëòa dice: “Yo soy el Âcârya. Véanme en él”.


Una joya en la palma de la mano


¿Quién es Âcârya? Uno quien sabe dar el respeto debido a su propio Âcârya. Baladeva Vidyâbhûëana ha explicado en uno de sus comentarios cómo Rûpa y Sanâtana Gosvâmî han mostrado al mundo a Govinda. Él dice que si uno tiene una joya en su mano, él puede mostrarla de diferentes mane­ras al sostenerla en diferentes formas. Rûpa y Sanâtana han manejado de varias maneras la joya del nombre de Govinda, quien es servido siempre por la Diosa Suprema de la Fortuna. Juntos han mostrado al mundo esa sustancia elevada, Govinda, exactamente como una joya en las palma de sus manos.

Así que no solamente en la meta suprema de vida, sino en todo lo demás, nuestro conocimiento depende de más de una fuente. Aprendemos princi­palmente de un lugar, pero es verificado y corroborado por muchas otras fuentes, así llega a ser un conocimiento apropiado. En la Nyâya Äâstra, los códigos de lógica, se mencionan los seis procesos para adquirir conocimiento: viëaya, la tesis; saêäaya, la antítesis; purva pakëa, interrogatorio; mimaêsâ, síntesis; siddhânta, la conclusión, y saêgatiì, la verificación en fuentes diferentes. Después de estos seis pasos, algo puede llegar en nombre de la verdad en este mundo. Cualquier conocimiento presupone consultar con fuentes diferentes aunque podemos conseguirlo principalmente de una fuente. Al principio preguntamos acerca de la verdad, no en una, sino en muchas fuentes. Luego nos concentramos para inquirir en una fuente particu­lar más elevada.

Nuestra primera asociación con la verdad viene de aquí y de allá en peque­ñas cantidades. Primero está jñâta-sukètî, las actividades piadosas sin cono­cimiento, luego jñâta-sukètî, las actividades realizadas con conocimiento, luego äraddhâ, la fe, y por último sâdhu-saôga, la compañía de los santos. Buscamos a Kèëòa de esta manera. Inquirimos aquí y allá. Muchos santos nos ayudan hasta cierto punto. Al final llegamos a ese Maestro Espiritual en quien encontramos la posibilidad más grande de aprender la verdad, y allí nos rendimos.

Al aceptar un Maestro Espiritual, uno encontrará que su Guru tiene muchos discípulos y de ellos también recibiremos conocimiento. Su Maestro Espiritual le recomendará algunos libros. Él dirá: “Lea el Bhagavad-gîtâ y el Ärîmad-Bhâgavatam”. Eso también nos ayudará a conseguir muchos Gurus, a través de los libros, donde encontramos muchas referencias y citas de muchos Gurus.


Todos son Guru


Todos han contribuido y, en última instancia, debemos comprender que tenemos que entrar en la tierra de los Gurus. Todo el mundo debe ser respe­tado como un Guru que me da ímpetu para buscar a Kèëòa, para servir a Kèëòa. Todos ellos me llevarán al Centro. Y ésta es la posición más afortu­nada: Ver a todos en todas partes, como Guru, ver que nadie es nuestro sirviente y que nadie nos es indiferente. Esta es nuestra fortuna más grande: Alcanzar ese ambiente espiritual superior en donde todos son nuestros Gurus. Aquí, todo el mundo es nuestro sirviente; inclusive nuestro padre y nuestra madre. Queremos sacar algo de todo el mundo en este mundo de explota­ción. Y por la renunciación todo se elimina; es una posición desolada. Si vamos a entrar en la tierra de la perspectiva eterna, entonces tenemos que aprender que todos son nuestros Gurus y nosotros somos sirvientes.

Que todos ellos son Gurus significa que son nuestros guardianes bienhecho­res. En ese plano, debemos absorber ayuda de todas partes. Su bendición y su gracia vendrán de todas partes. Todos ellos son bienhechores, guardianes, todos ellos nos guiarán al logro más alto de nuestra fortuna. No puede haber objeción alguna a eso.

Sin embargo hay una gradación, así como en la existencia misma de Dios hay diferentes grados: Vâsudeva, Viëòu, Nârâyaòa, Dvârakeäa, Mathureäa, Svayam Bhagavân Kèëòa, hay tantos niveles. Allí también hay un escalafón, de acuerdo con nuestra posición interior. Por lo tanto, no debemos tener miedo.

Por supuesto que hay un tiempo, cuando estamos rodeados de un ambiente desfavorable, en que la asociación con un santo verdadero es muy rara. En ese momento debemos cuidarnos de no mezclarnos con los mâyâvâdîs, los budistas, los Äaôkaritas, los Nâgâ bâbâs y tantos otros grupos de supuestos sâdhus para que no estemos corriendo de aquí para allá tratando de encon­trar un Guru que nos aconseje. Para salvarnos de tales circunstancias desfavo­rables, para protegernos, se nos advierte: “No traten de ver Guru en todas partes”. Sin embargo en una etapa particular, cuando ya hemos tenido el gusto por la verdad genuina, somos llevados a ese plano donde todo el mundo es nuestro Guru, ayudándonos a avanzar hacia nuestro destino.

Está precaución es valiosa al comienzo porque hay tantos engañadores que desean devorarnos. En ese momento especialmente, tenemos que concen­trarnos exclusivamente en nuestro Guru para que nos ayude a continuar hacia la meta evitando a los budistas, los mâyâvâdîs, los ateos y todos aqué­llos que visten trapos rojos en el nombre de sâdhus.

Sin embargo, en cada sampradâya o tradición religiosa se ha utilizado ese truco: “Escuche solamente aquí. Quédese con las palabras de su Guru, con el consejo de su Guru. No se mezcle aquí y allá, no corra de aquí para allá buscando consejo. Hay tantos maestros que son enemigos de su Guru. Ellos no están predicando la verdad genuina”. Esta advertencia es necesaria en alguna etapa. “No trate de ver Guru en todas partes, porque en este mundo muchos de los hombres vestidos como sâdhus están haciendo una campaña baja”. Debe hacerse esta advertencia en esta etapa.


Arrojarse hacia Vaikuòùha


Y también en la etapa inferior, para mantener y desarrollar nuestra atención y devoción hacia nuestro Guru, nos debe llegar mucha ayuda de nuestros hermanos espirituales mayores.

Ellos nos ayudarán a comprender la grandeza de nuestro Guru en diferentes formas. Ellos están haciendo también el trabajo de Äikëâ-guru. Pero cuando entramos en el reino del servicio, entonces por supuesto, todo el mundo nos ayudará. Se dice también que podemos tener una atracción interior por Vèndâvana y que nuestro despertar interno puede estar al servicio de Kèëòa de Goloka, pero si nos mezclamos con los muchos sâdhus de Vaikuòùha, entonces seremos arrojados hacia Vaikuòùha.

En cierta etapa debemos cuidarnos de la mala asociación, por lo tanto en el Bhakti-rasâmèta-sindhuì (1.2.91) Ärîla Rûpa Gosvâmî ha dicho: sajâtî-yâäye snigdhe äadhau sanôgaì svato vare. ¿Con qué clase de personas santas trata­remos de mezclarnos ansiosamente? Aquéllos que estén en nuestra línea, quienes tienen nuestras mismas aspiraciones espirituales elevadas y quienes tienen una posición superior. Asociarse con esta clase de personas santas nos ayudará al máximo para progresar hacia la meta última.

Pueden haber algunos obstáculos, pero si somos sinceros de corazón, el ambiente no puede engañarnos porque la ayuda interior de Dios está allí, cooperando con nuestra necesidad interior sincera (na hi kalyâòa kèt kaäcit durgatiê tâtta gacchati). Lo que deseamos de lo más profundo de nuestro corazón, solamente se puede volver realidad porque Kèëòa lo sabe todo. Pueden haber algunos obstáculos, pero por la ayuda de Kèëòa todos serán eliminados y nuestras aspiraciones más íntimas se verán coronadas con éxito.




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jueves 11 de marzo de 2010

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