martes, 16 de marzo de 2010

La Búsqueda de Sri Krishna, la más Hermosa Realidad 1º

CAPITULO UNO



Conciencia de Kèëòa:

Amor y belleza


ISKCON desire tree - Sri Advaita Appearance 02

ISKCON desire tree - Sri Advaita Appearance por ISKCON desire  tree.

This Festival poster is prepared by ISKCON desire tree for the pleasure of Srila Prabhupada and the devotee community.

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A comienzos del siglo veinte, el poeta bengalí Hemacandra escribió: “Hay tantos países que están destacándose: Este, aquel... Japón es un país muy pequeño, pero está despuntando como el sol. Sólo la India está bajo el eterno sopor”. Cuando mencionó la otra parte del mundo dijo: “América asciende vigorosamente, como si fuera a tragarse el mundo; algunas veces grita como en son de guerra y el mundo entero tiembla. Su entusiasmo es tan grande e intenso, que le quiere arrebatar el mundo al sistema solar y darle un nuevo molde, una nueva forma”. Así es como Hemacandra se refirió a América. De la misma manera, Bhaktivedanta Svâmî Mahârâja vino a darle al mundo una nueva forma, a través de la conciencia de Kèëòa. En una ocasión, él dijo: “Debemos ir allá y construirlo de nuevo, con conciencia de Kèëòa”.

¿Qué es conciencia de Kèëòa? Conciencia de Kèëòa quiere decir verdadero amor y belleza. El verdadero amor y la verdadera belleza deben predominar, no el egoísmo o la explotación. Por lo general, siempre que vemos belleza pensamos que debemos explotarla, pero en realidad la belleza es la explota­dora, la belleza es la dueña, la belleza es la controladora.

¿Qué es amor? Amor significa sacrificarse por otros. No deberíamos creer que hemos de explotar el sacrificio. ¿Quién es el destinatario del sacrificio? ¿Somos nosotros? No. Pertenecemos al grupo de los que se sacrifican, al grupo negativo predominado, al grupo Mahâbhâva. El sacrificio es el princi­pio fundamental del amor, pero ¿sacrificio por quién? ¿Quién es el beneficia­rio? El amor es el beneficiario. Todos han de contribuir al Centro, pero nadie debería extraer energía de Él. “Morir para vivir”; con este espíritu debemos cooperar y trabajar con el verdadero amor y la verdadera belleza.



El estandarte del amor



Y la belleza saldrá victoriosa en todo el mundo. El amor vencerá en todo el mundo. Lo sacrificaremos todo para asegurarnos que el estandarte del amor divino ondee por doquier, pues una partícula de ese amor podrá distribuir y mantener la paz en todas las direcciones. Así como los combatientes lo dedi­can todo y ofrecen la vida para que sus compatriotas se beneficien en el futuro, nosotros deberíamos sacrificar nuestras vidas y trabajar para darle a todos la paz verdadera.

En Vèndâvana, la tierra de Kèëòa, el nivel de sacrificio es ilimitado. Los devotos están dispuestos a arriesgarlo todo por Kèëòa. Si ese principio de sacrificio es entronizado, la paz hará su aparición automáticamente.

La conciencia de Kèëòa debe ser entronizada por encima de todos los demás conceptos. Todos los demás conceptos deben estar subordinados a la conciencia de Kèëòa. El ideal de Vèndâvana, la morada de Kèëòa, está por encima de los demás ideales. En teísmo comparado, el concepto de los pasa­tiempos del Ärî Caitanya Mahâprabhu es superior a todos los demás. Allí el teísmo alcanza su cenit. Esta es nuestra meta más elevada y paso a paso esta debe ser expuesta, meditada, aceptada y predicada.



Falacia científica



Sin esto, ¿qué tipo de beneficio están esperando de sus actuales ocupacio­nes? Sólo la muerte les espera. Se vanaglorian tanto y están tan orgullosos de esta civilización científica, pero la muerte, ya sea automática o natural, les está esperando. No podrán vencer a la muerte. Un poeta inglés escribió:


Los alardes de aristocracia, la pompa del poder y toda la belleza,

todo lo que la riqueza alguna vez otorgó, esperan por igual la hora inevitable.

Los senderos de la gloria no conducen sino a la tumba.

Thomas Gray “Elegía en un cementerio rural”.


No se preocupan por resolver el peligro más importante, dicen que son grandes pensadores, grandes hombres, y que merecen el respeto de la socie­dad, pero aquí el problema general e inevitable para todos los átomos es la muerte. ¿Cuál es su contribución para resolver el peligro más grave, que está esperando para devorar a todos, sean científicos, insectos o virus? ¿Cuál es su solución para la muerte? ¿Han dado algún paso para solucionar ese peligro universal? Lo que ahora están haciendo es explotar y como reacción están alentando una vida inferior. Explotan la naturaleza y todos aquellos que están disfrutando los beneficios tendrán que pagar hasta el último céntimo con intereses.

Toda acción produce una reacción igual y opuesta”. Esto es lo que dicen, pero, qué han hecho para resolverlo? Están arriesgando el destino del mundo con sus fascinantes proposiciones de comodidad aparente. ¿Qué es eso? Están evadiendo el peligro más grave e inevitable, por lo que su vida es una labor negativa e inútil. En cierto sentido son traidores a la sociedad. Vengan con valor para afrontar y resolver el verdadero problema, el problema más común y peligroso. De no ser así, abandonen el campo y márchense. Déjenlo a nosotros y probaremos que el mundo es una morada de felicidad perfecta: viävam purna sukhâyate



Sumérjanse en la realidad



Pero para comprender esto tienen que sumergirse profundamente, no en el plano del cuerpo y la mente, sino en el plano del alma. Tienen que sumer­girse de lleno en la realidad que hay dentro de cada uno de ustedes. No es algo foráneo que debe adquirirse mediante un préstamo, sino que el alma está dentro de todos, incluso dentro de los insectos y árboles. Así pues, tienen que elevarse al nivel del alma. Desháganse de sus revestimientos físicos y mentales y encuentren su propio ser. Allí hallarán la clave, la pista para el mundo verdadero, donde vale la pena vivir la vida.

La solución está allí; hasta cierto punto muchos Mahâjanas, grandes santos de todas la sectas religiosas, han dado indicaciones, pero nosotros afirmamos que en el Bhagavad-gîtâ y en el Ärîmad-Bhâgavatam, la India ha aportado el concepto más elevado del mundo espiritual. Por ello los retamos, no somos soñadores, somos pensadores muy prácticos. No evitamos ningún problema diciendo: “¡Oh! ¡No tiene solución!” No pertenecemos al grupo que quiere obtener fama y prestigio fáciles. No queremos clasificarnos con esos engaña­dores. Vengan y averigüen si pueden hallar el plano de la realidad. No se les pide que empleen menos energía en sus quehaceres, sino que acepten nues­tro programa; pruébenlo y verán.

¿Dónde estamos? ¿Quiénes somos? ¿Cuál es la verdadera naturaleza del mundo? En el Corán, en la Biblia, en los Vedas y en todas las demás Escritu­ras se han dado esperanzas e indicaciones acerca de la vida real. ¿Es todo eso un fraude? ¿Qué aliciente han ofrecido los materialistas? Ese aliciente es únicamente para aquellos que se autoengañan y los está arrastrando al país del préstamo y la deuda, al país donde ‘toda acción produce una reacción igual y opuesta’. Debemos diseñar una civilización divina en este plano, tenemos que probar el sendero que ha sido sugerido por los grandes santos y las Escrituras. No es algo irrazonable, no es una locura. Vengan, aquí también puede aplicarse la razón.

Ärî Caitanya Mahâprabhu, con un ejemplo alegórico, ofreció una solución para todos nuestros problemas. Él dijo: “Vemos que eres pobre, pero hay una solución satisfactoria. Tu riqueza está bajo el suelo de tu propia habitación y todo lo que tienes que tratar de hacer es desenterrarla. No te acerques a ella por el lado sur, con el método del karma, dame y toma, pues entonces todo lo que hagas te causará alguna reacción que te atrapará y perturbará y no ten­drás tiempo para alcanzar la solución apropiada. Si te acercas a ese tesoro escondido por el oeste, a través del sistema del yoga, manipulando las fuerzas sutiles de la naturaleza para obtener poderes místicos sobrenaturales, ellos te hechizarán y desviarán tu atención de la meta deseada. Tu propia actividad en la dirección equivocada obstaculizará tu realización”.







El fantasma del samâdhi


Si con la ayuda de lógica Vedânta mal interpretada, te aproximas al tesoro por el norte, la parte del gran brahmâsmi, el concepto impersonal, entonces estarás en samâdhi eterno. Ese gran fantasma te tragará, tu existencia se desvanecerá y ¿quién llegará a disfrutar la paz que se obtiene al lograr la riqueza? Sólo si te acercas por el este, con la ayuda de la devoción, consegui­rás alcanzarla fácilmente. Esa es la dirección de la salida del sol, la dirección de donde procede la luz. Esa luz no la preparan tus propias manos, esa luz proviene de la fuente de toda luz, la verdad revelada; es enviada de un lugar que nos es desconocido. Esa luz es conocimiento revelado, bhakti, el sendero de la devoción”.

Adopta este sendero en tu búsqueda de la verdadera riqueza que hay den­tro de ti y te será fácil encontrar tu propio ser, que es muy maravilloso (aäcâryavat paäyati kaäcid enam). Al descubrir que tu propio yo es tan mara­villoso, te avergonzarás pensando: “¿Cómo pude haber sido arrastrado por el encanto de este mundo material? Yo soy alma. ¿Cómo pudo mâyâ ejercer sobre mí un poder tan hechicero, que mi propio ser, tan valioso y maravilloso, fue atraído por la ilusión? Los más grandes espiritualistas han admirado mucho la paz que hay dentro de mí, pero he estado en contacto con cosas mortales, repugnantes y putrefactas. ¿Cómo? Es muy asombroso pero fui engañado”.

Así pues, de alma a Superalma, de Vâsudeva a Nârâyaòa y de Nârâyaòa a Kèëòa, la comprensión progresiva en la realización de Dios no es poco cientí­fica; es realmente científica; esto es vijñâna, conocimiento científico:


jñânam te’ ham sa-vijñânam, idaê vakëyâmy aéëataì

yaj jñâtvâ neha bhûyo ‘nyaj, jñâtavyam avaäiëyate


En el Bhagavad-gîtâ (7.2) Kèëòa dice: “Arjuna ahora te explicaré el conoci­miento científico, no sólo acerca del alma sino también de su potencia. La mente, los sentidos y las modalidades de la naturaleza son no-âtmâ, materia­les. Hay un enfoque directo e indirecto de la realidad, que ahora te explicaré. Por favor escúchame con atención: jñânam te ‘ham sa vijñânam, “¿qué es esto? Existo Yo y Mi potencia, y la jîva, la entidad viviente, es la potencia marginal que llena todos estos mundos materiales”. Si la jîva-äakti, la potencia espiritual fuese retirada, todo sería piedra. En ese caso, ¿quién se interesaría por explotar? Si la potencia marginal, la jîva, fuese separada de la materia, toda esta agresividad, esta tendencia a la explotación se terminaría, todo quedaría muerto. El alma ha penetrado esta conciencia material y la ha con­vertido en algo móvil. Ustedes deben comprender esto apropiadamente, de un modo científico. No nos falta capacidad para ofrecerles una explicación científica.





Del autoengaño a la realidad



Aquí hay un concepto más elevado del mundo superior. Ese mundo es real y el lugar donde están esforzándose al máximo para establecerse, el sitio que consideran real, es irreal.


yâ niäâ sarva-bhûtânâê, tasyâê jâgarti saêyamî

yasyâê jâgrati bhûtâni, sâ niäâ paëyato muneì

Bhagavad-gîtâ 2.69


Estás dormido en lo concerniente a tu verdadero interés y a la verdadera realidad, mientras que estás despierto en el plano del autoengaño”. Tenemos que establecernos en el plano de la realidad y hacer todo lo posible por transmitírselo a otros.

Predicar significa lo siguiente: “Yo tengo fe sincera en la conciencia de Kèëòa y la saboreo al máximo. Veo que aquí también está mi porvenir debido a que es muy placentera, útil y saludable; he venido a entregársela a ustedes, amigos míos. Debemos guiar nuestras vidas de acuerdo con los principios de la conciencia de Kèëòa, tal y como los enseña el Maestro Espiritual; acéptenla y tendrán la fortuna de alcanzar la meta de sus vidas”.



Rasa: Éxtasis y felicidad



Así tenemos que acercarnos a todos con conciencia de Dios, conciencia de Kèëòa. Debemos mostrar que la conciencia de Dios en última instancia se funde en la conciencia de Kèëòa. Tenemos que mostrar con destreza, paso a paso, que Kèëòa es el depósito de todo placer (akhila rasâmèta murtiì). ¿Qué es conciencia de Kèëòa? Rûpa Gosvâmî ha dado una definición científica. No podemos evitar el rasa, placer. Todos buscamos rasa; todo el mundo, toda partícula, incluso la más pequeña del universo está siempre suspirando por rasa, felicidad, éxtasis, y todas las fases posibles del rasa están personificadas en Kèëòa. Traten de entender cómo funciona. ¿Qué es rasa? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cómo puede establecerse una comparación con ella? De esta manera, paso a paso, tendrán que llegar al concepto Kèëòa de Dios. No es una fábula de las antiguas Escrituras de la India. Kèëòa no es un asunto de fábula, sino un hecho. Tienen que salir a la luz y enfrentarse a ese hecho viviente, a esa realidad. Haremos todo lo posible por mostrarles que Él es un hecho. Kèëòa es un hecho, una realidad, y la realidad existe para sí misma.

Tienen que pagar para llegar a la meta, deben “morir para vivir” y de esta forma percibirán que no es un engaño. Lo notarán cuando progresen a lo largo del sendero (bhakti paraktir anyatra ca). Con cada paso adelante expe­rimentarán tres cosas: Satisfacción, sustento y erradicación del hambre. Sus anhelos en general disminuirán. Por lo general pensamos: “Quiero esto, quiero aquello, lo quiero todo; pero aun así, no he saciado mi hambre”. “Sentirán que su hambre se apacigua a medida que progresen en la concien­cia de Kèëòa, y las cosas que consideraban que les aliviaban les abandonarán automáticamente. Su comercio cesará; todo se retirará. Su tendencia natural hacia el avance espiritual aumentará de un modo espontáneo y verán cómo su progreso se hace más rápido. Podrán experimentar estas tres cosas en la práctica. Vengan y acepten lo que decimos”. Así tenemos que acercarnos a todos, dejándole los resultados al Señor.



El dueño de los frutos



Tan sólo somos agentes y estamos trabajando porque Él nos lo ha orde­nado. Debemos recordar qué es bhakti, qué es verdadera devoción. El sueldo que yo gane, por cualquier cosa que haga, no debe venir a mí, pues no soy más que un agente. El beneficio debe ir al propietario, a mi Amo, Kèëòa. Hemos de actuar con esta idea y eso será verdadero bhakti. De no ser así estaremos ocupados en karma-kâòàa: A la caza del fruto. Quiero disfrutar del beneficio del karma por mi cuenta, pero ese resultado debe ir a mi Amo. Yo soy Su sirviente y trabajo siguiendo Sus ordenes. Yo soy Su esclavo, no el amo. Por ello no soy la persona apropiada para ser el destinatario de los frutos de la energía. El dueño de la energía es el Señor Supremo y todos los frutos de la misma deben ir a Él, sin que por el camino haya interferencia alguna. Esta debe ser la actitud de todo trabajador y eso será bhakti auténtico, no somos los destinatarios, Él es el destinatario. Siempre debemos ser cons­cientes que Él es el único beneficiario. Sólo entonces somos devotos; no somos los beneficiarios, sino trabajadores desinteresados. Se dice en el Bhagavad-gîtâ (2.47):


karmaòy evâdhikâras te, mâ phaleëu kadâcana

mâ karma-phala-hetur bhûr, mâ te saôgo ‘stv akarmaòi


Tienes derecho a desempeñar tu deber prescrito, pero no a disfrutar de los resultados de tu trabajo”. Esta es una gran advertencia. Kèëòa dice: “No pien­ses jamás que debido a que no eres el beneficiario de los frutos de tus actos, no tienes por qué molestarte trabajando tanto”. Pensar: “No voy a trabajar porque no soy el beneficiario”, es la maldición más atroz. Incluso las activida­des desinteresadas pertenecen a una categoría inferior. Más bien, debemos ejecutar actividades piadosas para la satisfacción del Señor Supremo. Esto es bhakti o devoción y en el bhakti también hay una gradación: Hay una gran división entre vidhi-bhakti y râga-bhakti, devoción calculadora y devoción espontánea.



Autócrata, déspota y mentiroso



Dios no es un rey constitucional, sino un autócrata. Trabajar para un autó­crata es el concepto más elevado del sacrificio. ¿Qué grado de desinterés y valor se necesita al trabajar para un autócrata, un déspota, un mentiroso que trama cualquier cosa? No sólo eso; tal es Su posición normal. No es un tem­peramento pasajero, sino Su naturaleza interior eterna. Kèëòa es un autócrata debido a que la ley emana de Él. Un autócrata está por encima de la ley. La ley hace falta cuando son muchos, pero no cuando hay uno solo. Kèëòa es un déspota, pero al mismo tiempo Él es el Bien Absoluto. El mundo saldría per­diendo si en algo restringe Su despotismo. La bondad tiene que fluir plena­mente. ¿Eso está mal? ¿Puede haber alguna objeción? La bondad debe tener la libertad de fluir por todo lugar. Si decimos que Dios es el bien absoluto, ¿qué perdemos entonces dándole autocracia? ¿Debe la autocracia estar con los necios e ignorantes? No, el Bien Absoluto debe poseer autocracia plena; no es que la ley vaya a atar Sus manos, pues en ese caso saldríamos perdiendo. Y a fin de atraernos, Kèëòa miente, debido a que no podemos comprender toda la verdad, Kèëòa se ha convertido en un mentiroso, para atraernos poco a poco hacia Él.

Antes que nada debemos comprender que Kèëòa es sólo bondad y, en con­secuencia, todo lo que emana de Él tiene que ser bueno, si hay algún defecto, está en nosotros, somos usurpadores; Él no es un usurpador, sino que exhibe eso como Su lîlâ, Su juego. Todo le pertenece, por eso no hay falsedad, Él dijo: “Hágase la luz” y hubo luz; “Hágase el agua” y hubo agua. ¿Cómo puede haber falsedad en Él si posee semejante potencial?

Tenemos que sacrificarnos por Kèëòa, porque Él es el amor, la belleza y la bondad absoluta. Se necesita fe y desinterés a un grado tan alto. Si acepta­mos conciencia de Kèëòa como nuestro ideal más elevado, tendremos que sacrificarnos mucho; pero sacrificio significa vida: “Morir para vivir”. No hay pérdida en el sacrificio, entregándonos sólo podemos ganar.

Así pues, el kîrtana, la prédica, ha sido aceptada como el medio para llegar al fin. Hay tantos métodos mediante los cuales podemos acercarnos con kîrtana a las almas de este mundo: De persona a persona, a través de libros y ejecutando saôkîrtana, cantando el Santo Nombre en congregación. Ayu­dando a otros nos ayudamos a nosotros mismos; fomentamos nuestra fortuna y nuestra fe. Nuestro kîrtana no bendecirá sólo a los demás, sino que nosotros también nos beneficiaremos eternamente.



Vacío eterno



Kèëòa dice en el Bhagavad-gîtâ (2.47): “Nunca te apegues al incumpli­miento de tu deber (mâ te sango ‘stv akarmaòi). ¿Vas a dejar de trabajar porque se te pide que lo hagas por Mí? No te sometas a esa reacción dolo­rosa, pues entonces estarás perdido. No te apegues a detener el trabajo e ir a la huelga. No, eso es un vacío peligroso. No saltes a ese vacío eterno, trabaja para Mí y prosperarás”. Kèëòa también dice: “Abandona todo tipo de deber y ríndete a Mí (sarva dharmân-parityajya mâm ekam äaranam vraja). Esta es Mi posición: Yo soy todo para ti, tu guardián, tu amigo. En Mí has de encontrar la meta de tu vida. Créelo Arjuna, al menos no he de engañarte. Tú eres mi amigo, puedes tenerlo por seguro”.

man manâ bhava mad-bhakto, mad-yâjî mâê namaskuru

mâm-evaiëyasi satyaê te, pratijâne priyo ‘si me


Medita siempre en Mí y hazte Mi devoto, adórame e inclínate ante Mí. De este modo ciertamente vendrás a Mí. Mi querido amigo, te lo prometo bajo juramento, te estoy diciendo la verdad, Yo soy todo. Trata de venir a Mí; Yo soy la meta, la realización de la vida, no sólo para ti sino también para todos. Esta es Mi posición considerada de un modo absoluto. Tú por lo menos, eres Mi amigo; no te engañaré. Puedes creerme. Te prometo que eso es lo que soy”.

De qué manera tan desvergonzada Kèëòa se está expresando, para nuestro beneficio, Él ha venido a suplicar tanto por Sí mismo. Y para nuestra guía un acta ha sido registrada en el Bhagavad-gîtâ. Para predicar de Sí mismo, el Señor Kèëòa vino como Ärî Caitanya Mahâprabhu, como Su propio represen­tante, acompañado por Sus asociados eternos. Incluso trajo con Él a Ärîmatî Râdhârâòî, la devoción personificada, diciendo: “Os mostraré cuán encanta­dora es vuestra posición en Mi servicio, cuán digna y hermosa es la devoción de Mi otra mitad. ¡Venid conmigo!” Y Baladeva ha venido como Nityânanda para predicar y Vèndâvana ha venido para darse a conocer en Navadvîpa. Por eso estamos muy endeudados con el predicador, especialmente cuando Kèëòa mismo ha venido a predicar y a mostrar cuán sacrificado, hermoso y magnánimo es el amor Divino.



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