martes, 16 de marzo de 2010

Sri Guru y Su Gracia 12º

CAPITULO DOCE


El sirviente del sirviente


H H Indadyumna Swami - 11

H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.



H H Indadyumna Swami - 12


H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.


H H Indadyumna Swami - 13


H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.


H H Indadyumna Swami - 14


H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.


H H Indadyumna Swami - 15

H H Indadyumna Swami  por ISKCON desire tree.



Devoto: Hoy es mi cumpleaños. De acuerdo con el almanaque es el día más inauspicioso del año.

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: No. Este es el día más feliz y afortunado porque en este día usted vino al Guru y a Kèëòa. Han pasado muchos cumpleaños pero este cumpleaños lo puso en asociación con Kèëòa. Así que este día debe ser respetado no solamente por sus discípulos, amigos y parientes sino que usted también debe respetar este día. Kèëòa lo ha bendecido a usted.

El tiempo también se describe en el Caitanya-caritâmèta en un verso anotado por Râmânanda Râya: ye kâle svapane dekhainu vaêäi vadane. Ärîmatî Râdhârâòî dice: “Cuando estuve en trance llegué a tener una visión divina de Kèëòa, aparecían dos enemigos sorpresivamente, el éxtasis y un sentimiento que corresponde al amor extremo en rendición completa en ese estado, yo no podía ver a Kèëòa muy claramente. Estos dos enemigos me confundían. El éxtasis era mi enemigo porque me hacía olvidadiza y mi avaricia por Su caricia era mi otro enemigo. Ellos no me permitieron tener una visión clara de Kèëòa, así que mi sed de verlo no era saciada”.


Una visión divina de Kèëòa


Si por buena suerte tengo otra oportunidad de tener Su daräana, Su visión divina, entonces, ¿qué debería hacer? Evitar a Kèëòa, en lugar de eso trataré de adorar al tiempo. Adoraré ese momento, ese minuto, ese segundo en el cual he tenido la visión divina de Kèëòa. Trataré de propiciar el tiempo, para que ese tiempo se quede por un rato. Trataré de adorar al tiempo y no a Kèëòa con guirnaldas, pasta de sándalo y joyas. Si el tiempo se queda quieto al propiciarlo con mi comportamiento respetuoso, entonces Kèëòa se quedará. De está manera trataré de inmovilizar el tiempo, ‘por favor quédate aquí por algún tiempo. Kèëòa se está dejando ver. Tiempo, tú eres eterno aquí’. De otra manera, igual que el relámpago, Kèëòa aparece y desaparece”.

Nosotros adoramos el tiempo, la tierra, el lugar, la parafernalia de Kèëòa. Cualquier cosa que esté en conexión con Kèëòa es cinmaya, trascendental. La parafernalia de Kèëòa merece nuestra adoración. De hecho tenemos que honrar la parafernalia de Kèëòa aun más que a Kèëòa mismo. Esta es la clave del éxito. La morada de Kèëòa, Su parafernalia y Sus devotos tienen una relación con Kèëòa: Kèëòa-sambandha. Ellos son devotos de Kèëòa y Él está a su disposición. Por lo tanto, si podemos propiciarlos, ellos tomarán interés en nosotros y nos llevarán a ese reino. De otra manera estamos desamparados.

Se dice en el Padma Purâòa:


ârâdhanânâm sarveëâê, viëòor ârâdhanaê param

tasmât parataraê devi, tadîyânâm samârcanam


Una vez, Pârvatîdevî le preguntó al Señor Äiva: “¿Cuál es la mejor adora­ción entre todas las clases que hay?” Entonces el Señor Äiva contesto clara­mente: “La adoración y el servicio devocional al Señor Nârâyaòa, Viëòu, son lo más elevado”. Entonces Pârvatî se sintió algo perturbada y frustrada, pensando: “Pero yo estoy sirviendo a Äiva, así que estoy en una posición baja”. Luego viene la línea siguiente: tasmât parataram devî tadîyânâm samârcanam, “pero más elevada que la adoración a Nârâyaòa es la adora­ción a los devotos del Señor Nârâyaòa. Esto es incluso más alto que la devoción al Señor mismo”. Entonces Pârvatî sonrió, pensando: “Luego yo estoy sirviendo a un devoto del Señor. Äiva es un devoto: vaiëòavânam yathâ äambhuì. Por lo tanto estoy haciendo lo mejor”.

Kèëòa confirma también esto en el Âdi Purâòa:


ye me bhakta-janâì partha, ne me bhaktaä ca te janâì

mad bhaktânâê ca ye bhaktâs, te me bhaktatamâ mataì


Aquéllos que me adoran directamente no son devotos verdaderos; los devotos genuinos son aquellos que están entregados a Mis devotos”. Y este principio es verdad en nuestra experiencia propia. Se dice: “Si usted me ama, ame a mi perro”. Cuán intenso tiene que ser el amor de uno por su amo para poder amar a su perro. Y él ama al perro solamente por que es el perro del amo, no es que él quiera llevarse al perro para él mismo. Él lo ama no con la idea de un amor independiente por el perro, sino porque es el perro del amo.

Esta es una prueba más alta de amor que amar simplemente al amo. Esto probará si somos amantes de verdad. Kèëòa está más satisfecho si ve que están sirviendo a Su sirviente. ¿Por qué? Porque Su sirviente siempre lo sirve, pero no toma nada de Kèëòa a cambio. Kèëòa trata de darles algo a Sus devo­tos, pero ellos no lo tomarán. Ellos no tienen que colmar ninguna aspiración, ni tienen que hacer petición alguna en el curso de su servicio. Lo único que ellos quieren es servicio ciento por ciento. Allí Kèëòa no tiene la menor posibi­lidad de otorgar alguna remuneración; Él no puede encontrar la más ligera falla en su servicio devocional a través de la cual pueda promover alguna clase de remuneración. Sus devotos son sirvientes al por mayor y nada más.

Kèëòa hace lo mejor por darles algo a Sus devotos a cambio de su servicio, pero Él fracasa. Por lo tanto cuando Él ve que Su pretensión de premiar a Sus devotos está siendo realizada por alguien más, Él se siente en deuda con esa persona, pensando: “Lo que Yo quería hacer por Mi sirviente, él lo esta haciendo. Yo quería hacer eso, pero fracasé: No fui aceptado. Pero alguien está haciendo ahora lo que Yo quería hacer”. Kèëòa es más favorable al devoto que sirve a Su sirviente. Entonces Kèëòa viene a servirlo. Ése es el propósito fundamental de su decir: “Aquéllos que son devotos de Mi devoto, ellos son los devotos reales de Mi corazón”. Por lo tanto bhakta pûjâ, la ado­ración de los devotos, es la mejor clase de adoración. Esta afirmación se confirma en el Ärîmad-Bhâgavatam, en los Vedas y en el Caitanya Bhâgavata de Vèndâvana Dâsa Ùhâkura, amâra bhakta-pûjâ, amâ haite bala. Bhakta-pûjâ, la adoración de los devotos, es apoyada en todas partes. Al mismo tiempo, tenemos que tratar de entender quién es un devoto. Eso también tiene que ser descubierto. ¿Cuál es la señal de un devoto verdadero?

Kèëòa dice: “Aquellos que dicen que están dedicados directamente a Mí no son los devotos apropiados, aquéllos que son devotos de Mis devotos son Mis devotos verdaderos”. Debemos tratar de seguir el principio de este decir. No es una observación pervertida sino que hay una razón genuina en ella. Si miramos su significado interior llegaremos a la conclusión anunciada por nuestro Guru Mahârâja. Él dijo: “Nosotros somos äuddha äakta, adoradores de la potencia pura no de la potencia mundana. Adoramos a la potencia que está dedicada totalmente al potente sin retener en lo absoluto su indepen­dencia individual como una entidad separada del todo, que es dependiente de Kèëòa en un ciento por ciento. Dicha potencia como tal se concibe muy, muy rara vez”.

El acercamiento directo a Kèëòa es inapropiado. Uno debe aproximarse a Él a través del canal adecuado, a través de los devotos. Esa es la aproximación genuina. Por lo consiguiente, el Gauàîya Maùh ha descartado a Mirabhai y muchos otros, quienes eran aparentemente grandes devotos, de la categoría de devotos verdaderos, porque aunque ellos glorificaron desesperadamente a Kèëòa no tuvieron el menor cuidado por los devotos reales de Kèëòa.


Burocracia espiritual


Kèëòa no está sólo. Un rey se presenta siempre con su cortejo, su gran aparato institucional. Si uno se va a aproximar realmente al rey tiene que hacerlo a través del canal apropiado. Kèëòa siempre está rodeado por una gran jerarquía, una gran burocracia y uno no puede acercarse a Kèëòa direc­tamente. Aquél cuyo acercamiento es verdadero tiene que seleccionar un canal adecuado. Él no puede sino glorificar a esos devotos y reverenciarlos por su magnanimidad. Es únicamente por su ayuda que podemos obtener la proximidad de Kèëòa. ¿Podemos pensar que sea posible que uno pueda saltar a través de todo el sistema y acercarse al rey? Esto es ilusorio.

Alguien puede estar ocupado externamente de tal manera que parezca ser un gran devoto de Kèëòa, pero si él elimina a los devotos, esa devoción no ha tomado una forma real, es una cosa vaga. Él está lejos de Kèëòa. Suponga­mos que tomamos como ejemplo el pico más alto de los Himalayas, el monte Everest. Podemos ver desde lejos el monte Everest. Pero para aproximarnos a él tenemos que pasar por muchos picos montañosos cercanos. Cuando nues­tro acercamiento al monte Everest es genuino, no podemos evitar el descu­brimiento del nombre y las características de otros picos que rodean al monte Everest. Pero desde lejos, podemos ver solamente el monte Everest y no los demás picos que lo rodean. Por lo tanto, cuando decimos que nuestra conexión es sólo con Kèëòa, entonces estamos lejos. Si vamos a aproximarnos de verdad al rey, tenemos que hacerlo a través de su cortejo. Si vamos a aproximarnos de verdad, debemos tener conexión con los picos más cercanos que rodean el pico más alto. En consecuencia, si estamos ocupados práctica­mente en acercarnos a Kèëòa, nuestro acercamiento sólo será real cuando nos comprometamos con los numerosos devotos que hay en los diferentes depar­tamentos del servicio de Kèëòa.


La prueba real de la devoción


Yo notaba que cuando estábamos predicando en el sur de India, siempre que un hombre famoso como devoto en un lugar especifico se acercaba a nuestro Guru Mahârâja, Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Ùhâkura Prabhu­pâda, él acostumbraba a preguntarle a estos hombres: “¿Bajo la guía de quién hace usted su servicio devocional a Kèëòa?” Ellos contestaban generalmente: “No, no, yo me ocupo directamente del Señor Kèëòa y del Señor Râma”. Entonces cuando ellos se habían marchado escuchábamos que nuestro Guru Mahârâja decía: “Él no tiene devoción”. Esa persona era despedida como un devoto de imitación. Esa es una clase dudosa de devoción. No ha tomado una forma particular, porque está ignorando el âäraya, el abrigo dado por los devotos en las posiciones que rodean al Señor. Esa es la prueba más grande de la devoción.

De otra forma, sin tomar refugio en un devoto, si alguien muestra gran devoción, ¿cuál es su motivo? Ellos piensan por lo general: “Queremos libe­ración, no el servicio a Kèëòa. Para ganar la liberación tenemos que aceptar la devoción a Kèëòa”. Ésta es una forma baja de adoración; adoración mun­dana, no adoración verdadera en el plano trascendental. No es eterna, sino temporal. La devoción al Señor no debe ser subordinada a otros propósitos de la vida. El deseo de liberación es el criterio de un devoto imitacionista y otro criterio es el de descuidar a los devotos elevados. Cuando sólo se adora al Señor, también es falsedad. Estas dos clases de prácticas devocionales aparentes, las cuales se ven generalmente en el mundo, se deben rechazar. Pero el mundo no recibe ninguna noticia sobre estas cosas.

Devoto: ¿Entonces al Maestro Espiritual se le llama âäraya vigraha, la perso­nalidad en quien tenemos que refugiarnos?

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Sí. Exactamente como al principio uno ve lejos el bosque, pero al final uno entra al círculo interior del bosque, así desde la distancia sólo Kèëòa parece ser el âäraya, el que da refugio, pero cuando nos acercamos más a Kèëòa, encontramos nuestro abrigo entre Sus numerosos devotos. Nuestro refugio verdadero se encuentra en el círculo interior de servidores, no en Kèëòa directamente.

Nosotros somos de una naturaleza viciada, pero están aquellos que bajo ninguna circunstancia se desvían de Kèëòa Ellos son la parafernalia eterna del Señor. Ellos no son como nosotros, están asociados eternamente con Kèëòa, pero nosotros algunas veces venimos y otras nos alejamos, somos sirvientes en quienes no se puede confiar. Esa es nuestra posición, así que no podemos reclamar la misma posición como sirvientes absolutos del Señor. Bajo su guía nos pueden dar la oportunidad de servicio, así que tenemos que aceptar esa posición. Somos reclutas, no estamos entre los servidores permanentes de Kèëòa. Tenemos que realizar nuestro servicio bajo el cuidado de un superior fidedigno. Los seguidores nuevos tienen que acomodarse gradualmente bajo los servidores fidedignos y permanentes en la tierra de Kèëòa.



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jueves 11 de marzo de 2010

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