martes, 16 de marzo de 2010

Evolución Subjetiva de la Conciencia 8º

CAPITULO OCHO


Ciencia vs. nesciencia


H H Krishna Das Swami -0025


H H Krishna Das Swami -0025 por ISKCON desire tree.

H H Krishna Das Swami -0025


H H Krishna Das Swami -0026 por ISKCON desire tree.


Estudiante: He terminado mis estudios y ahora estoy tomando un descanso, unas vacaciones.

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Por favor, no se ofenda, pero que usted esté involucrado en el sistema de educación actual, significa que está sumergido profundamente en el océano de la ignorancia.

Estudiante: ¿Qué quiere decir con eso?

Ärîdhara Mahârâja: Como un estudiante de nesciencia usted está movién­dose en dirección opuesta a la verdad. Se le está enseñando que usted y otras almas de su tipo son los sujetos, el centro del universo, y todo, todo lo demás, es un objeto destinado solamente para su explotación. Se le está enseñando que nosotros somos los explotadores y que todo el medio ambiente es para nuestra explotación. Ese es el fundamento sobre el cual el actual sistema de educación está basado; una concepción que es totalmente falsa.

En realidad, no somos los sujetos, el centro del universo. La causa está en el mundo superior. Kèëòa es la Suprema Verdad Absoluta. Simplemente por Su deseo, todo comenzó a existir. Él dijo: “Hágase la luz” y hubo luz; “Hágase el agua” y hubo agua; “Hágase la tierra” y hubo tierra. Su voluntad es todopo­derosa. Conocer esto es real educación, aprendizaje subjetivo. Lo que expe­rimentamos brotó de Su divina voluntad. Como si fuera un mago, Él puede mostrarle a usted una cosa y algo totalmente diferente a mí. El Supersujeto, el Sujeto Universal, tiene ese poder. Así que nuestra idea es completamente diferente a la de los fosilistas. No es que desde tiempo eterno el fósil se está desarrollando dentro de este mundo de experiencia, es justamente lo opuesto. De ahí que, por concebir este mundo sobre la base del fosilismo, estamos profundamente sumergidos dentro de un intenso océano de ignorancia.

Bhaktivedanta Svâmî Mahârâja pidió a varios de sus discípulos que eran investigadores del saber aplastar el fosilismo de Darwin, cuya idea es que todo viene de los fósiles. Esta idea debe ser demolida, pues no es así. Todo viene desde arriba. Lo que actualmente experimentamos es como la conse­cuencia de la hipnosis. En el proceso de hipnosis, el hipnotizador puede hacernos apartar nuestra conciencia de todo en cualquier momento y mos­trarnos otra manera de ver la realidad. De la misma forma, el Supremo es libre y lo que Él desea se vuelve realidad. Lo que Él imagina se vuelve reali­dad (satya-sankalpa). Él puede forzarnos a ver algo y cuando Él lo hace así, no podemos ver de ninguna otra manera.

Si usted puede entender este principio, puede entender cómo todo es posi­ble con la Divinidad. Entonces podrá tener algo de fe en lo que es el Supremo. Dios Supremo significa esto: El origen de la creación. Y aun esta creación es sólo una parte insignificante de Su naturaleza divina. Él tiene cualidades y actividades infinitas. Y este mundo en que vivimos es sólo una parte despreciable de la manifestación cósmica. La base completa de todo está ahí arriba. A la idea que todo se está desarrollando de abajo hacia arriba debemos decir no. Un fósil no es una cosa perfecta o lo bastante perfecta para crear todo esto. Decir que se viene de una inteligencia fósil es una concepción de tontos.

La inteligencia puede ser encontrada en cualquier lugar. A medida que analicemos, encontraremos una razón superior, una inteligencia superior. Los científicos están asombrados de encontrar la inteligencia que está dentro de la naturaleza. Ellos continúan descubriendo leyes elevadas y más elevadas y aun todas aquellas leyes ya existían. Estos tontos no tenían conciencia de ellas, pero aun así un grado extremadamente fino de orden existía mucho antes que su “descubrimiento”. Las maravillosas leyes de la naturaleza existían mucho antes de su invención. Y esto es evidente en todas partes. Las leyes físicas de la naturaleza no existen a fuerza de su creación. ¿Crearon los cientí­ficos las leyes de la naturaleza? Ellos pueden inventar muchas cosas, pero la inteligencia en la naturaleza ya existe. Y hay algo más: El poder existe en todas partes. ¿De dónde ha venido la inteligencia de los científicos para descubrir o inventar una cosa? ¿De dónde ha venido? ¿Viene del cerebro? ¿O es tan sólo una porción de carne muerta? ¿Viene la inteligencia de algún otro lado?

La conciencia, el espíritu, lo penetra todo. Está presente aun en los árboles, piedras, tierra, éter, aire, en todas partes. Y para conocer la verdad debemos conectarnos con el principio consciente del Infinito. ¿Qué es el Infinito? Él es todopoderoso, omnisciente, omnipotente, todocompasivo, todoamoroso. Nuestra verdadera aspiración debe ser tener una conexión directa con Él, dejando a un lado el encanto de Su sustancia creada. Deberíamos querer negociar cómo podemos tener una conexión con el mismo Creador.

Y Su posición no es simplemente la de creador. Este mundo es una crea­ción de un orden inferior. Pero también existe una creación superior en un plano de la realidad que es infinitamente más elevada que este mundo de experiencia. Deberíamos inquirir si nos es posible tener una vida en ese terreno. Deberíamos tratar de entender lo que son los estratos de la realidad en esa esfera de conciencia, cómo podemos ir más alto y más alto en ese plano. Deberíamos indagar acerca de eso y encontrar cómo podemos entrar ahí. Debemos tratar de entender cuál es la clave para la entrada en esa morada trascendental. Esta debería ser la base de nuestra búsqueda de la verdad. Deberíamos indagar cómo volvernos libres del plano de la renuncia­ción y del plano de la explotación.

Una vez, Kèëòa fue a la corte de los Kauravas, al campo de Duryodhana y Dhètarâëùra, para hablar de paz. En esa oportunidad, Karna, Duryodhana y los otros en la reunión intentaron amarrarlo y llevarlo a prisión. Pensaban que si Kèëòa era prisionero, entonces todo el campo Pâòàava sería automática­mente acabado. Ellos sabían que Kèëòa era la vida y el alma, así como el consejero de sus enemigos, los Pâòàavas. Ellos pensaron: “Ahora tenemos a Kèëòa en nuestro poder; debemos llevarlo a prisión inmediatamente”. Fueron a atarlo pero Kèëòa manifestó Su Forma Universal. En aquella ocasión, Él reveló Su naturaleza divina y los hombres que iban a atarlo quedaron perple­jos. Ellos pensaron: ¡Quien es Él! Cuando Kèëòa manifestó Su Forma Univer­sal de miles de cabezas, manos y piernas, pensaron: “¡Esto es una cosa gigante! Aquí en esta forma encontramos a Baladeva en un lado, Arjuna en otro y Bèghu en otro. ¿Dónde aplicaremos la cuerda? !No podemos!” Estaban perplejos.

En esa ocasión, cuando Kèëòa mostró Su Forma Universal en la asamblea de los Kurus en Hastinapura, aquellos que estaban presentes comenzaron a cantar en alabanza a Kèëòa. Bhîäma, Drona, Nârada y Vyâsa estaban presen­tes en esa oportunidad en que, en la asamblea, comenzaron a alabar al Señor. Escuchando sus voces el rey ciego Dhètarâëùra quedó hechizado y oró a Kèëòa: “No puedo verte; yo estoy ciego. Pero escucho a estas grandes personas cantando Tus glorias al ver Tu forma maravillosa. Tú puedes hacer cualquier cosa, puedes hacerlo todo. Así por esta vez, por favor remueve mi ceguera; déjame ver Tu figura y color. Déjame contemplar la belleza que ellos tanto alaban. Después de quitar mi ceguera Tú puedes dejarme ciego nue­vamente”. Kèëòa replicó: “No es necesario que tu ceguera sea removida. Sólo necesito mandar que me veas y tú podrás verme”.

Esa es la real naturaleza de verlo. Nuestra visión del Supremo depende de Su voluntad. No es el ojo lo que puede verlo, no el oído lo que puede escu­charlo. Él está sobre la experiencia sensorial. Sólo por Su voluntad puede Él ser visto. Él dijo, “tú podrás verme” y Dhètarâëùra lo vio. Aunque él era ciego, pudo ver la divina forma de Kèëòa. Entonces, ¿qué es Kèëòa? Si un sordo puede oírlo y un ciego puede verlo ¿cuál es la naturaleza de la divina sustan­cia que es Kèëòa?

En otra ocasión, cuando Arjuna quería ver la Forma Universal de Kèëòa, el Viävarûpa, Kèëòa dijo: ¡Sí, Arjuna, mírame! Arjuna contempló Su Forma Universal. Kèëòa le preguntó: “¿Qué ves?” Y Arjuna replicó: “¡Estoy viendo tantas maravillosas manifestaciones divinas. Es una maravilla de maravillas!” De esta manera la dulce voluntad de Kèëòa es la base de todo. Estamos viviendo en correlación con ese absoluto poder. No hay estabilidad en el medio ambiente donde vivimos actualmente. Todo lo importante está en la divina voluntad del Supremo. Él es la causa de todas las causas. Desde Él este mundo es emanado y por Él se mantiene.

El plano de la dedicación, sin embargo, es mucho más elevado que la esfera mundana. Y se nos ha dicho que por la dedicación, por la rendición, pode­mos tener una conexión directa con el centro de todo lo que es. De esta manera, nuestro consejo a los científicos es “¡médico, cúrese, usted mismo! Usted ha venido a dar muchos modelos deslumbrantes de civilización para el mundo, pero primero debería curarse a sí mismo completamente. Lo que usted ha venido a distribuir es una estafa. Las leyes de la naturaleza, que están en todo lo que nos rodea, son sólo la dulce voluntad del Supremo. Las leyes de la naturaleza no son una cosa rígida. Su base es el dulce deseo de un Autócrata. Así que lo que usted conoce, que no es nada, no es conoci­miento”. En cualquier momento las leyes de la naturaleza pueden ser cam­biadas por la dulce voluntad del Supremo Autócrata y otra serie de reglas pueden reemplazarlas completamente.

La clave para decretar el cambio en nuestra capacidad para experimentar la realidad está en Sus manos. Él puede decir fácilmente: “¡Oh Arjuna! Tú ves esto, pero Yo soy eso” y Arjuna dirá: “Sí, ahora veo que Tú eres eso”. Todo puede ser visto de una manera por Su voluntad y en el próximo momento esa visión de la realidad puede ser retirada por Él. Así que de cualquier manera el conocimiento que podemos adquirir a través de la educación materialista no tiene valor. Con esta realización deberíamos comenzar entusiastamente la búsqueda de Ärî Kèëòa, la más Hermosa Realidad.

Kèëòa es encanto en Sí mismo. Él es el Absoluto todo encantador. Nuestra necesidad innata es encontrar dulzura, belleza, rasa, ânandam, éxtasis, felici­dad. Todos quieren esto. Nadie puede decir: “No quiero felicidad”. Nadie, desde el más bajo ateo al más elevado teísta, puede negar esto. Todos dirán: “Sí, yo quiero éxtasis; quiero dulzura, felicidad, paz”. Ésta es la demanda común en cada unidad concebida. Desde el peor ateo al más grande teísta, donde quiera que haya una concepción, todos quieren una existencia pací­fica. Así nuestra necesidad directa está con Él, Ärî Kèëòa, La más Hermosa Realidad. Él es raso vai sah: Éxtasis, belleza en Sí mismo. Debemos comenzar nuestra búsqueda allí.

No pierda ni un momento. No desperdicie ni un minuto de su tiempo en una búsqueda inútil. Abandone todo. Sarva dharmân parityajya, déjelo atrás. Abandone todas las fases del deber en que está tan diligentemente ocupado. Todo es inútil. Comience la búsqueda de ese principio divino que es el crea­dor, el maestro de todo y el cumplimiento de Todo. Búsquelo directamente. Abandone todas sus así llamadas obligaciones y deberes de su posición rela­tiva. Ellas están mal concebidas, mal enfocadas desde su actual posición defectuosa. No confíe en ellas. Haga una búsqueda directa de la causa primaria, de la cual todo viene como un milagro. Él es la satisfacción de nuestras vidas. Él es la satisfacción de cada atómica existencia en todos los mundos.

Debemos tratar de marchar hacia Kèëòa con Sus bendiciones sobre nuestras cabezas. Y Sus agentes nos darán importante ayuda en esa dirección. Otros no pueden hacer nada para ayudarnos en nuestra búsqueda interior; debe­mos tomar el refugio de los santos. Debemos tomar el refugio de Su Divino Nombre, que es inseparable de Su existencia. El aspecto sonoro de la Divini­dad puede ayudarnos mucho en el camino de regreso a Dios. Su Santo Nombre es nuestro lema, nuestro grito de guerra “¡Hare Kèëòa!” Con esa consigna, marcharemos con Sus agentes genuinos. Debemos seguirlos y apartarnos de todas las otras posibilidades y promesas, todos los así llamados prospectos de vida. Ellos son nada; ellos no tienen valor.

Estudiante: Hay muchas iniquidades en el mundo; hay muchas injusticias, ¿no es verdad? ¿Qué explicación podemos darle a esto?

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: La justicia e injusticia son falsas. Son como un sueño. Uno puede tener un buen sueño o un mal sueño. En cualquier caso sólo se está soñando. Así uno no debiera gastar energías para remover la injusticia y para incrementar la justicia. Justicia, injusticia, todo es falso, com­pletamente falso. En el Caitanya-caritâmèta, Antya-lîlâ (4.176) está escrito:


dvaite bhadrâbhadra-jñâna, saba- ‘manodharma

ei bhâla, ei manda, ei saba bhrama

En el mundo material, las concepciones del bien y el mal son todas maquinaciones mentales. De ahí que, decir: ‘Esto es bueno, esto es malo’, es un error”. La base de este cálculo es falsa. Nuestro interés real no está ahí. Estamos siguiendo una pista falsa. De cualquier manera, nuestra satisfacción no se encuentra en esa dirección.

En este mundo material hay una muy pequeña distinción entre justicia e injusticia. Todo en este mundo se basa en el engaño. Todos engañan. Puede haber engaño de diferentes clases, pero todos son engaños. Cualquier justicia o injusticia es una ilusión. Uno puede tener un sueño bueno y esperanzador o un sueño desastroso, pero ambos son sueños. Ambos son falsos. Y la justicia en este mundo es también falsa; es una maquinación mental. Y lo que es aparentemente malo dentro de la concepción relativa de maldad es también falso. ¿Por qué nos permitimos desperdiciar tiempo en esta búsqueda inútil? Después de todo, estas concepciones relativas de justicia e injusticia, bueno y malo, son todas falsas: Haya una buena o una mala esperanza, todas las esperanzas dentro del plano de concepción errada están basadas en una maquinación mental.

Estudiante: Pero hay mucha gente que está hambrienta en el mundo. Eso parece injusto.

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Para qué hablar de hambre, estamos en una cueva, aprisionados en una jaula. Esta situación no es deseable para un alma de todas maneras. El mundo completo, soles, estrellas, lunas, océanos, mon­tañas, todo está desvaneciéndose y nuevamente viniendo y yendo. Usted puede ser el amo de todo lo que mira, pero usted es el señor en un patio de cremación. El amo de un patio de cremación, sólo para lamentarse: “¡Oh, todo es pasajero. Cada segundo todo está desapareciendo!” En la elegía de Gray, él escribió:


El alarde de la ciencia, la pompa del poder,

y toda esa belleza y toda esa riqueza

espera del mismo modo la inevitable hora;

El sendero de la gloria no conduce sino a la tumba.

Todo aquí conduce sólo a la tumba y se terminará.


Estudiante: Supongo que lo que quiero preguntar es cómo podemos expli­car estas iniquidades. Sé que usted está diciendo que no hay distinción. Pero ¿por qué hay sufrimiento?

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: La causa es el mal uso del libre albedrío de la jîva alma. El mal uso de la riqueza entregada a usted.

Estudiante: ¿Entregada por el Supremo Poder?

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Por el Supremo Poder. Como una parte de una potencia particular, usted tiene libre albedrío existiendo eternamente en usted. Y por el mal uso de su libertad, ha elegido volverse rey en el mundo mortal. Igual como Satanás está retratado en “El paraíso perdido” de Milton. Él quería reinar en el infierno en vez de servir en el cielo. El libre albedrío (el débil, vulnerable e infantil libre albedrío) mal usado, venimos aquí a ser monarcas de todo lo que miramos. Para reinar en el infierno. La adaptabili­dad inherente es una característica innata del alma. Podíamos haber elegido el servicio en el cielo. Entonces nuestros deseos habrían sido satisfechos. Pero hemos elegido lo incorrecto. Queríamos ser monarcas. No pudimos elegir la esclavitud en la esfera superior. Elegimos la monarquía en el infierno.

Este mundo material es el infierno, el terreno de la aflicción. Y aquí enca­ramos la aflicción en formas variadas. Éstas están principalmente clasificadas en nacimiento, enfermedad, vejez y muerte. Estas cosas indeseables deben estar allá en el infierno. Hay una diferencia sutil. Si usted quiere vivir en el cielo, entonces debe vivir allí como un alma rendida. Ése es un terreno mucho más elevado que este. Y por último, vemos que servir en el cielo es infinita­mente mejor que reinar en el infierno.



Evolución Subjetiva de la Conciencia | | | | | | | | | | 10º | 11º | 12º



Página PRINCIPAL
OBRAS y AUTORES CLÁSICOS
Agradecimientos
Cuadro General

Disculpen las Molestias







jueves 11 de marzo de 2010

ENCICLOPEDIA - INDICE | DEVOTOS FACEBOOK | EGIPTO - USUARIOS de FLICKR y PICASAWEB

No hay comentarios:

Correo Vaishnava

Mi foto
Spain
Correo Devocional

Archivo del blog