martes, 16 de marzo de 2010

Evolución Subjetiva de la Conciencia 3º

CAPITULO TRES


Conciencia y evolución


H H Krishna Das Swami -0010

H H Krishna Das Swami -0010 por ISKCON desire tree.


H H Krishna Das Swami -0008

H H Krishna Das Swami -0008 por ISKCON desire tree.


El prakèti, la naturaleza material, no desarrolla la conciencia como dice el fosilismo. Al contrario, ambas están dentro de la conciencia. No hay necesi­dad de movimiento para el alma aquí. El alma es inactiva, indiferente, pasiva en este plano de disfrute. Esa es otra concepción original. El alma no toma su lugar en el lado negativo; está destinada para el lado positivo. Pero aceptando que el alma está en el trasfondo, el prakèti o energía material, el cuerpo, trabaja en su beneficio. Las relaciones entre el cuerpo y el alma son como las relaciones entre un menor de edad y sus falsos guardianes. Es algo como lo que sucede cuando el propietario de una hacienda es un menor de edad y el administrador se aprovecha de su juventud para robar y disfrutar la hacienda. El baddha-jîva alma está en la posición del menor de edad. El alma no puede controlar estos administradores rebeldes, los cinco sentidos. Él únicamente necesita tener el contacto de un alma mayor. Con la ayuda y guía del alma mayor, puede subyugar sus administradores y obtener dominio sobre su propia propiedad. La posición de un alma caída es como la de un propietario menor de edad. Está desamparado. Él no hace nada: Los administradores lo hacen todo usando sus propios recursos; ellos están haciendo todo en el nombre del propietario. El alma es inactiva, no cooperante. Pero el cuerpo, mente, inteligencia y ego falso están trabajando en beneficio del alma, el ego real, como si estuvieran de su lado. Pero si su verdadero interés interior es despertado por un alma mayor que está conectada con Paramâtmâ y con Bhagavân, entonces el alma encontrará ahí su propio campo. Él controlará los sentidos y la mente y los utilizará en el servicio del Señor. Él dirá: “Todo es para Kèëòa, nada para mí”.

De esta manera, Kèëòa dice: sarva-dharmân parityajya mâm ekaê äaranaê vraja, “abandona todos tus deberes y ven a Mí. Y tus deberes actuales buenos o malos, cualquier cosa que concibas desde tu posición actual, abandona todo y ven directo hacia Mí. Yo soy todo para ti”. Esto es conciencia de Kèëòa. Kèëòa está diciéndonos: “Tú me perteneces, eres Mi propiedad. De igual forma como tú puedes decir que eres el amo de alguna propiedad, así tú eres Mi propiedad, Mi esclavo”. Esa es la verdad y por aceptar esa verdad vivire­mos en un plano superior. Seremos los ganadores, llegaremos a nuestra posi­ción normal. Ahora, en una posición anormal estamos sufriendo por pensar: “Soy el amo, el monarca de todo lo que veo”. Pero ese ego es nuestro peor enemigo si queremos progresar en el servicio devocional.

Y el servicio a Kèëòa es de diferentes variedades. Hay servicio en general y después hay servicios de un tipo particular: äânta, dâsya, sakhya, vâtsalya, mâdhurya. Y luego hay también divisiones de acuerdo con la devoción si es calculada o espontánea. De esta manera, hay una jerarquía en el desarrollo de la condición devocional. El más elevado desarrollo es ujjvala-rasa. Ujjvala-rasa significa super excelente, lo más brillante, lo sobresaliente, donde encon­tramos a Kèëòa en relación conyugal sin consideración de ninguna ley. Relación conyugal autocrática. Y esta naturaleza y conducta particular se describe en un libro escrito por Rûpa Gosvâmî titulado Ujjvala-nîlamaòi. La primera parte de la devoción es dada en el Bhakti-rasâmèta-sindhu. En ese libro desde el verdadero comienzo de una ordinaria vida religiosa civilizada, Rûpa Gosvâmî nos lleva a las diferentes relaciones devocionales: äânta, dâsya, sakhya, vâtsalya y mâdhurya-rasa. Pero los detalles del mâdhurya- rasa, la relación más elevada con Kèëòa, han sido descritas por Rûpa Gosvâmî en el Ujjvala-nîlamaòi. Nîlamaòi, Kèëòa en Su brillo más elevado: Ujjvala. Nîlamaòi en relación conyugal. ¿Y cuáles son las características de Kèëòa? ¿Cómo Él juega con Sus enseres en el mâdhurya-rasa? Eso ha sido descrito en detalle en el Ujjvala-nîlamaòi.

Aun los más grandes eruditos literarios quedan pasmados al encontrar cómo el amor divino ha sido analizado tan fina y elaboradamente en este libro de Rûpa Gosvâmî. Los puntos sutiles, son analizados, organizados y distribuidos en ese libro. Y los más grandes eruditos quedan pasmados cuando se enteran de tales declaraciones. Como dice el Bhâgavatam: muhyanti yat sûrayaì. En la introducción, el Bhâgavatam proporciona esta advertencia, esta precaución para los sabios: “Ustedes quedarán totalmente pasmados cuando intenten venir a este plano. La erudición no les permitirá prosperar aquí”. La natura­leza de ese plano es tan misteriosa que aun los grandes eruditos no serán considerados aptos para entrar ahí.

Únicamente las almas rendidas pueden entender y sentir estos puntos sutiles de la devoción. Los que miran desde afuera, quienes permanecen como indagadores e investigadores objetivos, no pueden tener una entrada aquí. Es la esfera subjetiva superior, la esfera supersubjetiva. Ese plano está arriba aun del plano del alma. Y para entender esto, debemos primero indagar acerca del alma. Primero hay mente, manaì, luego inteligencia, buddhi, luego el alma, âtmâ. El alma es imperecedera: No muere. El alma es eterna, cons­tante. Se dice en los Upaniëads y en el Gîtâ: “Si aunque sea una vez podemos encontrar nuestra alma, entonces un cambio diametralmente opuesto llegará a nuestra vida”. En ese momento quedaremos atónitos al darnos cuenta: “¡Oh una cosa tan altamente calificada está aquí dentro de mí! En ignorancia, consideraba que este cuerpo perecedero y esta mente fluctuante, eran mi verdadero ser. Pero los sentidos materiales y la mente son invasores, ellos tienen una tendencia hostil hacia mi verdadero ser. Yo soy alma: No tengo necesidad de todas estas cosas. ¡Yo puedo vivir sin estas cosas materiales innecesarias! El alma no necesita ninguna comida de la jurisdicción de este plano material. El alma es independiente ¡qué existencia maravillosa tengo! En realidad soy un alma y la naturaleza del alma es tan noble, tan elevada, tan buena”. Un cambio diametralmente opuesto de conciencia vendrá en este punto y uno tratará de entrar en esa esfera superior. Lo que es necesario para nosotros es la realidad espiritual. Nosotros somos el alma, somos indepen­dientes de la materia. Estamos hechos de tal existencia transcendental. Nada puede amenazar la existencia del alma: Ni la bomba atómica, guerra nuclear, relámpagos, truenos, ni terremotos. Todos los problemas de este mundo material se limitan a este cuerpo que es un caparazón extraño, una represen­tación inventada de mi verdadero ser. Mi verdadero ser existe en el plano espiritual, en un nivel superior. Si realmente podemos tener un toque de esa realización, un vislumbre de nuestra propia identidad, si podemos sentir dentro que el alma es independiente de la materia, luego un cambio revolu­cionario tendrá lugar en nuestras mentes. Entonces nuestro intento de progreso en la vida espiritual se volverá totalmente genuino. De otra manera, nuestro progreso es sospechoso, dudoso. Nosotros lo entendemos intelectual­mente y pensamos: “Sí déjenme tratar. Por supuesto, estoy escuchando que tengo un buen prospecto en la vida espiritual; por mi inteligencia puedo entender algo. Déjenme tratar”. Pero progreso en el plano intelectual es sola­mente progreso vacilante. Sin embargo, cuando uno venga al plano de su propia alma, encontrará su propio ser y se realizará: “¡Estoy aquí!” En ese momento todas las concepciones falsas que han sido sostenidas por tanto tiempo se desvanecerán como un sueño. Todas ellas se acabarán y uno pensará: “Estoy para empezar una nueva vida”. Y el nuevo prospecto se abrirá para hacer progreso en el plano superior.

El alma está cerca. Podremos tratar de averiguar lo que es el alma si pode­mos eliminar los elementos materiales. Este es el proceso de los Upaniëads y se menciona en el Bhagavad-gîtâ (3.42): indriyâni parâòy âhuì. Primero debemos entender que nuestros sentidos son primordiales. Si mis sentidos son removidos, el mundo completo de nuestra experiencia será nada para mí. Solamente a través de mis sentidos yo puedo estar consciente de la existencia del mundo exterior. Sin los sentidos, ojos, oídos, el mundo no será aparente para mí. Luego, arriba de los sentidos está la mente. ¿Qué es la mente? La mente trata con aceptación y rechazo: sankalpa vikalpa. En otras palabras, “yo quiero esto, yo no quiero eso”. Trata con apego y aversión. La mente determina quién es enemigo y quién es amigo, esto es mío, eso es suyo. Si queremos entender a la mente tenemos que mirar dentro, inquirir dentro: ¿Cuál es ese elemento en mí que busca amigos y evita enemigos? ¿Dónde está? Algunas veces la mente es aparente, luego otras veces se esconde. Debo averiguar dónde existe la mente; de qué sustancia está compuesta. Por análi­sis podemos entender cuál aspecto de mi ser interno es la mente. Entonces, teniendo alguna idea de lo que la mente es, puedo analizar esa parte de mí que trata con la razón, la inteligencia. ¿Dónde está la inteligencia?

Cuando la mente demanda algo, la inteligencia dice: “No tomes eso, no comas aquello”. Por introspección, puedo mirar dentro y averiguar: ¿Cuál es ese principio en mí que razona? ¿Dónde está esa cosa fina? ¿Cuál es su natu­raleza, su sustancia, su existencia? Tratemos con nuestra introspección de averiguarlo sustancialmente. Si eso es posible, entonces el próximo paso nos llevará al alma. ¿Qué es esa alma que hace posible la inteligencia, la razón por la cual actuamos, que induce a la mente a querer y también le da a nues­tros sentidos el poder de conectarse con las cosas? ¿Qué es esa chispa de conocimiento? ¿Dónde está esa alma dentro de mí? ¿Cuál posición sostiene? Yo quiero verla cara a cara. Luego de esta manera podremos evaporar como el relámpago todas las concepciones erróneas de cuerpo y mente. Por encon­trar el alma a través de la introspección podemos experimentar el toque relámpago de realización.

En ese momento todo el mundo se volverá en una línea diametralmente diferente y veremos las cosas en forma diferente: “¡Oh, esta vida material es indeseable! Estos sentidos son lobos disfrazados de ovejas. Si los confronto ahora, ellos dirán que puedo tener una amistad honorable con ellos y que sin ellos no puedo vivir. Pero todo esto es un engaño”.

A partir de una realización del alma, desde el punto de ese maravilloso conocimiento, uno puede venir a ver el océano de conocimiento. Uno puede empezar a ver lo que está en el área subjetiva y anhelar la forma de venir en conexión con esa esfera divina. En ese momento, la verdadera tendencia de nuestra vida será cambiada y un cambio total vendrá en nuestra búsqueda, en nuestro prospecto de vida. Y nuestra búsqueda tomará una forma concreta en la devoción. De esta manera, debemos comenzar nuestra búsqueda de la esfera superior. ¿Y cómo entrar ahí?

Es lo opuesto de este plano de explotación. En “El paraíso perdido” de Milton, Satán dijo: “Es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo”. Pero experimentaremos justamente lo opuesto: “Es mejor servir en el cielo que reinar en el infierno”. Servir en el cielo es altamente superior que reinar en el infierno.

El asunto de la energía y el poder es importante en el mundo mortal, pero en el mundo constante y eterno este tipo de energía no tiene valor. Ese plano está compuesto de sustancia eterna, no es como este mundo de aflicción que se está siempre resquebrajando, siempre desapareciendo, que es siempre decepcionante y lleno de traición. El plano divino es constante. Allí la vida continúa sin necesidad de alimento, descanso, ni medicina. No se requiere trabajar para ganar el pan en ese alto reino, porque ninguna de estas cosas es necesaria en un plano de realidad como ése, donde todo es permanente y de valor eterno. Todos estos problemas, que debido a su estructura se activan con rapidez, en igual forma, son eliminados de un golpe. La naturaleza de ese plano es así. Si nosotros comprendemos que somos miembros de ese plano, entonces la pregunta es ¿qué hacer? ¿Cómo aprovechar ese elevado reino? Ese será nuestro problema. No podemos forzar nuestra entrada allí; se nos debe conceder una visa. No podemos dominar esa esfera tan fina, debemos permitirnos a nosotros mismos ser utilizados por ella. En otras palabras, debemos venir a la posición de esclavitud. Tendremos que entender que dominar aquí en el mundo mortal es una maldición y que la esclavitud en ese mundo elevado es una bendición.

Y el Bhâgavatam nos ayudará en nuestra marcha progresiva hacia ese plano superior:


naëùa-prâyeëv abhadreëu, nityaê bhâgavata-sevayâ

bhagavaty uttama-äloke, bhaktir bhavati naiëùhikî


Las cosas impuras e indeseables dentro de nosotros se van a desvanecer casi completamente, casi desaparecerán por nuestra asociación de servicio con el Ärîmad-Bhâgavatam y los devotos. Sâdhu y Äâstra. De esta manera, la conexión con la conciencia de Kèëòa vendrá desde adentro. Los elementos de interrupción que resultan de la renunciación y el disfrute se desvanecerán, las cubiertas desaparecerán y el flujo continuo interno, la conexión con la conciencia de Kèëòa pura vendrá.

Hay dos cubiertas: La tendencia de explotación y la tendencia de renun­ciación, karma y jñâna, el espíritu de explotación y la tendencia por el cono­cimiento que conduce a la liberación. Ellos no son elementos propios de nuestra alma, de nuestra verdadera entidad; son sólo cubiertas. Y por nuestra asociación de servicio con el Ärîmad-Bhâgavatam y los devotos, ellos se descubrirán y el continuo flujo de conciencia de Kèëòa saldrá de adentro.

Niëùhâ significa nairantaja, continuo.


âdau äraddhâ tataì sâdhu, saògo ‘tha bhajana-kriyâ

tato ‘nartha-nivèttiì syât, tato niëùhâ rucis tataì

Cuando las cubiertas sean removidas, entonces encontraremos ese continuo flujo interior de la conexión con Kèëòa dentro de nosotros y naiëthikî-bhakti aparece. Eso es completamente claro, depurado. Bhaktir bhavati naiëùhikî: Luego sobre la base de niëùhâ, el flujo continuo, se hace progreso posterior en el lado positivo, âsakti, apego, luego bhâva, emoción espiritual, luego prema, amor divino; de esta manera el aspecto interno de la devoción vendrá gradualmente. Y seremos capaces de sumergirnos profundamente en la reali­dad. A medida que abandonemos las cubiertas externas, experimentaremos lo que puede ser considerado como muerte en el mundo externo, morir para vivir, entraremos en el lado interno más y más.

Pregunta: Este verso dice naëùa-prâyeëu abhadreëu, que las impurezas son casi destruidas. ¿Por qué no completamente destruidas?

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Eso significa que sucede gradualmente. El desa­rrollo gradual se describe ahí. Naëùa prâyeëu significa cuando el estado de niëùhâ viene, cuando todo lo indeseable está casi terminado, luego podremos tener un atisbo dentro de los objetos materiales. Así como antes de la salida del sol, cuando hay crepúsculo en la mañana temprano, el sol no esta ahí, pero la oscuridad ha sido disipada. La oscuridad ha sido casi totalmente removida, pero el sol aún no ha salido. De la misma manera, el Bhâgavatam está describiendo cómo bhakti se desarrolla gradualmente. Naëùa-prâyeëu: No se acaba inmediatamente; hay un proceso gradual de sâdhana, un medio para un fin. Y gradualmente, lentamente, de acuerdo con la capacidad del devoto y el esfuerzo, el sâdhana, uno desarrolla bhakti. Cuando la oscuridad casi se ha terminado, los síntomas explotativos no gentiles, anormales, que como recurso intentan salir al medio ambiente, gradualmente desaparecen. Y de esta forma, gradualmente hacemos progresos adicionales. No es que repentinamente, de un golpe, todo se aclara. Al contrario, de acuerdo con nuestro bhajana, nuestro sâdhana, nuestro intento, los elementos indeseables gradualmente desaparecerán, se irán. Y por diferentes estados alcanzaremos la meta.

Estos estados han sido descritos por Rûpa Gosvâmî de la siguiente manera en su Bhakti-rasâmèta-sindhuì (1.4.15-16):


âdau äraddhâ tataì sâdhu, saôgo ‘tha bhajana-kriyâ

tato nartha-nivèttiì syât, tato niëùhâ rucis tataì

athâsaktis tato bhâvas, tataì premâbhyudañcati

sâdhakânâm ayaê premòaì, prâdurbhâve bhavet kramaì


Al principio debe haber fe. Luego, uno se interesa en la asociación con devotos puros. Después, uno es iniciado por el Maestro Espiritual y ejecuta los principios regulativos bajo sus ordenes. Así uno es liberado de los hábitos indeseables y se vuelve firmemente fijo en el servicio devocional. Después de eso, uno desarrolla gusto y luego apego. Esta es la vía del sâdhana-bhakti, la ejecución del servicio devocional de acuerdo con los principios regulativos. Gradualmente se manifiestan emociones espirituales y se intensifican, luego finalmente hay un despertar del amor divino. Este es el desarrollo gradual del amor al Supremo por los devotos interesados en la conciencia de Kèëòa”.

Rûpa Gosvâmî dice que niëùhâ quiere decir “conexión continua”. Después de niëùhâ, el lado mundano negativo es eliminado y luego, en el lado positivo podemos hacer progreso. Entonces, después de esto existen los estados supe­riores: âsakti, bhâva y prema. En prema, hay también diferentes estados: sneha, mana, râga, anurâga, bhâva, mahâbhâva. De esta manera el bhakti se desarrolla hacia el plano más alto, mahâbhâva. Mahâbhâva quiere decir Râdhârâòî. Esa intensidad suprema de bhakti que no se encuentra en ningún otro lugar se encuentra solamente en ella. Eso es llamado mahâbhâva. De esta manera, bhakti, amor divino, se desarrolla en diferentes estados hacia el nivel más elevado.



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jueves 11 de marzo de 2010

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