lunes, 15 de marzo de 2010

Sermones del guardián de la devoción III - 3º

CAPITULO TRES


Vislumbres personales


Summer Camp with Bhakti Vikas Swami in Croatia 18

Summer Camp with Bhakti Vikas Swami in Croatia por ISKCON desire  tree.

Bhakti Vikas Swami Summer Camp Croatia Aug 2009


Summer Camp with Bhakti Vikas Swami in Croatia 19

Summer Camp with Bhakti Vikas Swami in Croatia por ISKCON desire  tree.

Bhakti Vikas Swami Summer Camp Croatia Aug 2009

Devoto: Por favor, podría decirnos ¿cómo fue que usted encontró a su Ärîla Guru Mahârâja, Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Ùhâkura?

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Existe un antecedente a nuestro primer encuen­tro. Cuando estaba en el colegio tenía algo de aprecio por los estudiantes de Bengala Oriental, porque yo había escuchado de uno de mis primos sobre su sacrificio por su país y demás. Así, durante mis días de universidad solía permanecer en el hotel donde ellos generalmente vivían. Cuando llegué a la asociación de los estudiantes, allí encontré que había dos grupos. Muchos estaban estudiando medicina. Si un paciente era admitido o se requería algún otro servicio médico, un grupo solía correr inmediatamente a suplir esos requerimientos. Otra sección era inclinada a estar ocupada en la meditación, el canto de los Santos Nombres, hacer sandhyâ (adoración) y demás, pero solían odiar el atender a algún paciente u otra actividad similar.

Mi propia naturaleza era inclinada a ambas clases de deberes y cuando era estudiante de cuarto año encontré a un muchacho de primer grado que estaba similarmente inclinado. Él solía ocuparse en meditación, sandhyâ, etc. Solía cantar el Santo Nombre y recitar alabanzas al Señor, pero también, si algún paciente era admitido, él olvidaba su clase y estudios y lo atendía. Eso me atrajo a él y traté de ganarme su asociación.

Una mañana fuimos a la jungla para recoger ramitas con el fin de limpiar nuestros dientes y en el transcurso de nuestra charla él me comentó acerca de su padre. Se refirió a él como: “Ese caballero”. Yo le refuté diciéndole que era irrespetuoso usar tal término para su respetable padre. Entonces él dijo: “Sí, no debería haberlo dicho en tu presencia pero realmente es así. ¿Dónde estaba yo en mis vidas previas? Él es sólo un ‘caballero’ para mí porque sólo en esta vida vine a su casa”.

De alguna forma eso tocó una fina cuerda en mí y comencé a pensar: “Sí, eso es correcto. Nadie puede permanecer aquí; ni el padre, ni la madre, ni los hermanos, ni siquiera esta casa. Todo está temporalmente conectado y yo estoy vagando en la eternidad”. Esa clase de impresión vino a mí de una forma muy intensa y el mundo entero llegó a estar para mí completamente vacío. En ese tiempo ese muchacho me conectó de alguna manera con la vida de Mahâprabhu.

Luego me fue dada una publicación acerca de Ärî Caitanyadeva por el caballero que fundó el periódico “Amèta Bâzâr Patrikâ”. Con mi mente sedienta bebí plenamente la vida de Mahâprabhu con mucho placer y mi atención fue dirigida hacia Él. Pienso también, que de mi vida anterior había cierta atracción. Encontré que la familia de mi madre tenía alguna conexión con Mahâprabhu pero la familia de mi padre era anti-Gaurâôga. Ellos eran estrictos smârta-brâhmaòas, adoradores de la Äakti o la Diosa y lógicos de la escuela nyâya. Pero de algún modo yo tenía alguna conexión con Gaurâôga y luego llegué a desear una buena conexión con Sus devotos. Yo busqué al sâdhu que aceptaría como mi Gurudeva, pero no estuve satisfecho y con el tiempo me fui a estudiar leyes en Calcuta. Luego, abandonando la universi­dad me uní al movimiento de no cooperación de Gândhî. Me uní temporal­mente porque consideraba que mi destino ya estaba atado a Mahâprabhu y no podría dar a nadie más la energía total de mi vida. Después de seis años el movimiento me permitió un retiro temporal.

Fui en busca de un Gurudeva. El fundador del Âärama Bhârat Sevâ tenía la misma edad que yo. Su nombre era Paramânanda. El muchacho que conocí en la universidad estaba relacionado con él y así yo también me reuní con él, pero él era un karmî. Él trató al máximo de entregarme a su grupo. Yo le respondí: “No, mi cabeza ya está vendida a Gaurâôga Mahâprabhu”.

Él dijo: “Sí, yo también reconozco a Gaurâôga Mahâprabhu como el más elevado, pero primero es necesario seguir el vairâgya, la indiferencia y la renunciación de Buda, luego la discusión sobre el Vedânta de Äaôkara, y después de eso está como lo más elevado el prema de Ärî Caitanyadeva. Sin seguir cada paso, ese prema será mal interpretado por la sección ordinaria”.

Él lo explicó de esa manera y, de hecho, yo estaba muy complacido de escuchar que le daba tal posición a Mahâprabhu. Pero yo le pregunté: “Usted dice que primero tenemos que pasar a través de las etapas dadas por Buda y luego Äaôkara y sólo entonces llegar a Caitanyadeva, pero Caitanyadeva no dijo: ‘Si deseas venir a Mí ven a través de Buda y Äaôkara y después a Mí’. Más bien Él dijo: ‘Desde donde te encuentres puedes tomar el nombre en la compañía del sâdhu y de esa forma vendrás a Mí’. Él no dijo: ‘Primero vuél­vete budista, luego äaôkarita y luego vendrás a Mí’. Él no dijo eso”. Él se quedó callado.

Yo le pedí: “Si tienes algún siddhi, por favor indícame donde está mi Guru­deva”. Luego él me dio una idea: “Ve donde este caballero en particular”. Por su indicación fui allí, pero este hombre no se encontraba.

Luego un día, encontré que había un cartel anunciando un festival de un mes en la Gauàîya Maùh, en el No. 1 Ultadingi junction road cerca al templo de Poreäanâtha. Fui a visitar ese lugar pensando que al tener el nombre “Gauàîya”, debían tener alguna conexión con Ärî Caitanyadeva, y me di cuenta: “Sí, ellos son hombres educados. Esta es una asociación de caballeros y ellos son bien versados en las Escrituras además de ser muy buenos practi­cantes”.

En nuestra familia por supuesto, no existía intoxicación y se seguían muchas otras prácticas puras, y encontré que esa conducta se seguía también allí en el Gauàîya Maùh. Pero lo que más me atrajo fue su profundo conocimiento de las Escrituras. Yo había hecho algunos estudios, pero todavía me sentía en una posición inferior en relación con el conocimiento del Bhagavad-gîtâ, el Ärîmad-Bhâgavatam, etc. Su elevado aprecio por las Escrituras me atrajo mucho. Empecé a ir allí para escuchar y gradualmente ser inspirado.

Tenía algunas objeciones al comienzo pero me di cuenta que lo que aque­llos devotos daban era lo correcto y que mi concepción estaba errada. De esta forma yo gané cada vez más inspiración y entendimiento al escuchar más y más.

Siempre que se les comentaba algo de las Escrituras solían escuchar muy cuidadosamente. Pero si algo era dicho citando a Aurobindo, Vivekânanda, Râmakèëòa, Gândhî, etc., esto era rápidamente rechazado: “No, no tenemos tiempo para perder. No perderemos nuestro tiempo escuchando todo esto”. Pero siempre que había referencia a alguna Escritura, su reacción era: “Sí, ¿qué es lo que dices? Por favor dímelo”.

Lo que más me atrajo era que todos ellos tenían tan devota apreciación por las Escrituras y por los èëis al igual que yo, tal vez a un grado excesivo. Por este medio descubrí gradualmente el significado real del Bhagavad-gîtâ y del Ärîmad-Bhâgavatam, por los cuales tenía gran aprecio y veneración. Estaba complacido de ver que ellos eran parte importante de esta Misión y aprendí de ellos, entre otras cosas, que Ärî Caitanyadeva y el Ärî Caitanya-caritâmèta son la autoridad suprema.

Luego entré en la Misión. Cualquier mal entendido que tenía gradualmente desapareció. Yo fui convertido, tanto que los hombres mayores solían pedirme: “Por favor repítenos para nuestra aclaración lo que Ärîla Prabhu­pâda dijo”. Y yo lo repetía, reproduciendo para ellos lo que había escuchado de Ärîla Prabhupâda y ellos quedaban muy satisfechos. De esta forma llegué a tal posición que generalmente el grupo escolástico empezó a decir: “Ärîdhara Mahârâja puede presentar las cosas muy bien”.

Un respetable caballero dijo de manera similar: “En forma concisa él puede presentar la esencia misma y sin ninguna agitación”.

Hay algunos que cuando dicen algo muestran síntomas de agitación, pero de una manera grave yo trataba de entregar la esencia usando sólo unas pocas palabras. Yo no era muy insistente o atrevido, más bien mi naturaleza era la de permanecer atrás. No trataba de adelantarme o permanecer al frente, sino que era como si estuviera jugando desde atrás. Esa era mi natura­leza, mantenerme atrás y ocupado en mis propias realizaciones en cuanto a los significados de los diferentes älokas del Ärîmad-Bhâgavatam, Ärî Caitanya-caritâmèta, etc. Generalmente, solía meditar en el significado de los diferentes älokas. Algunas veces quizás recibía alguna nueva comprensión y entendi­miento relativo al significado, desde el plano superior. De esta forma pasé mis días.

Me crucé por primera vez con Svâmî Mahârâja poco después, en Allahabad, cuando él era agente de la Cartee Bose de Químicos de Bengala. Luego en el Maùh de Bombay tuve también su compañía por largo tiempo. Pero la princi­pal asociación la tuve cuando él estaba en Calcuta, después de la partida de nuestro Guru Mahârâja. Yo abrí un centro allí en una casa próxima a la suya, que era también de su propiedad. En el sótano había un laboratorio y en el primer piso habían cuatro cuartos que tomé subarrendados de él. Permanecí allí por algún tiempo. Él solía venir casi todos los días y nosotros teníamos discusiones acerca de los significados esenciales y las enseñanzas del Bha­gavad-gîtâ. Discutíamos brevemente otras cosas también, pero principalmente nuestras conversaciones estaban basadas en el Bhagavad-gîtâ. Govinda Mahârâja estuvo allí todo el tiempo. Hari Charan Prabhu era un recién llegado en ese entonces y también estuvo allí por algún tiempo. Govinda Mahârâja era muy querido por Svâmî Mahârâja quien a menudo mencio­naba: “Lo veo a él como mi hijo”.

Así es como llegué a conectarme con el Gauàîya Maùh y me uní a la misión.

Devoto: Ärîla Guru Mahârâja, ¿qué lo inspiró a componer el libro Ärî Ärî Prapanna-jîvanâmètam?

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Mucho después, cuando dejé la asociación de los discípulos de nuestro Ärîla Prabhupâda para vivir solo, sentí alguna clase de desamparo dentro de mí. Yo sabía que äaraòâgati, rendición, es la necesidad indispensable en la vida de un devoto y sentí: “Yo he abandonado o de una forma u otra estoy excluido de la compañía, de la asociación de Prabhupâda. Yo estoy desamparado, pero äaraòâgati puede venir en mi ayuda”. Así, empecé a pensar especialmente: “äaraòâgati es la base, pero ¿qué es äaraòâgati?”

Al leer el libro de Bhaktivinoda Ùhâkura, Äaraòâgati, este punto me impre­sionó sobre manera. Él escribió:


ëaà aôga äaraòâgati haibe yâôhâra

tâôhâra prarthanâ äune ärî nanda-kumâra


Si deseas a Nanda-kumâra debes tener estas seis ramas de äaraòâgati”.

Las seis ramas de äaraòâgati son: 1) Aceptación de lo favorable; 2) rechazo de lo desfavorable; 3) plena fe en la protección del Señor; 4) aceptar al Señor como nuestro único sostén; 5) plena autorrendición y 6) rendición en hu­mildad.

Deseaba cultivar eso, así que, en ese tiempo mientras vivía sólo, recopilé todo lo que había asimilado en mi vida en el Maùh y también consulté acerca de äaraòâgati en el Hari-bhakti-vilâsa, en el Bhakti-sandarbha de Jîva Gosvâmî y en los escritos de la Râmânuja-sampradâya. Luego traté de poner todo esto junto y arreglarlo en una forma particular como pensaba que era lo mejor. De esta forma empecé a escribir el libro Ärî Ärî Prapanna-jîvanâmètam para que ayudara a otros que pudieran encontrarse en la misma posición. Esa fue la razón verdadera.

Devoto: ¿Cuál es el significado de su título?

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: El título Ärî Ärî Prapanna-jîvanâmètam significa: prapannânâê, jîvane, amèta svarûpaê: “El néctar en la vida de las almas rendidas”. Esta fue mi concepción desde el principio, prapanna-jîvanâmètam, que aquellos que han venido a tomar de esto lo sientan como si fuera néctar. Para aquellos que se han rendido, esto será como néctar, pero los demás, las personas ordinarias, no podrán apreciarlo.

Este será néctar en la vida de aquellos que se han rendido, aquellos que tienen el real adhikâra, la calificación apropiada de fe para recibirlo. Ärîla Jîva Gosvâmî escribió: “Aquellos que tienen fe en el Veda, en el Ärîmad-Bhâgava­tam y estas cosas, ellos tienen que leer este libro; de otra parte, yo pongo una maldición, que aquellos que no tienen tal fe no podrán leer mi libro”. Jîva Gosvâmî lo escribió de esta forma: “Ustedes incrédulos no se atrevan a tocar mi libro. Porque éste no es para los incrédulos. Éste es sólo para aquellos que tienen fe en estas cosas. Otros están descartados. Ustedes, el público ordina­rio, está descartado. Ustedes no deben tocar mi libro porque no podrán com­prenderlo”.

Es también un asunto de adecuado comportamiento. Si alguien se aventura a leer tales cosas, al menos debe aproximarse con alguna precaución y no en la modalidad de curiosidad: “¡Oh! ¿Por qué él dice esto?” Porque sería peli­groso. Entonces, adhikârî niròaja, cualquiera que trate de leer el Veda sin haber logrado el estándar apropiado, lo malinterpretará o mutilará.

Parokëa-vâdo vedo ‘yaê, bâlânâm anuäâsanam (Ärîmad-Bhâgavatam 11.3.44). “El significado védico está presentado de una manera indirecta o velada con el fin de instruir a las personas indisciplinadas, puerilmente tontas”.

En su Uttara-mîmâêsâ del Vedânta-sûtra, Vedavyâsa ha escrito athâto brahma-jijñâsâ. Ärî Äaôkarâcârya dice en relación a este aforismo, que athâto significa anantaram: “Después de esto”. ¿Después de qué? “Después que uno ha logrado äama, dama, titikëâ; todas estas calificaciones. Alguien que tiene calificaciones como la de haber controlado sus sentidos y sus especulaciones mentales (äama, dama), teniendo un espíritu muy tolerante y perseverante (titikëâ), de esta manera, él podrá estudiar este libro. Después que él ha adquirido un cierto grado en tales cualidades, él podrá estudiarlo. Esto no es para las personas ordinarias pues lo malinterpretarán, malentenderán y muti­larán creando así perturbación en la sociedad”. De esta manera, para el beneficio de la sociedad, Äaôkarâcârya dijo que sólo tales personas podrían acercarse y lograr un claro y apropiado entendimiento. Luego lo predicarán esto al público en sesiones particulares y todos serán beneficiados.

Râmânuja dice: “¡No! Athâto no significa eso. Athâto significa: Después de finalizar el pûrva-mîmâêsâ de Jaimini”. Existe pûrva-mîmâêsâ (enseñanza primaria) y uttara-mîmâêsâ (enseñanza superior). “Así, después que uno ha terminado el curso de pûrva-mîmâêsâ, esto es, niëkâma varòâärama-dharma, entonces llegará a entender el estudio de este uttara-mîmâêsâ. Cuando ha terminado exitosamente el karmâdhikâra entonces entrará en jñânâdhikâra y esto será beneficioso para él”. Esta es la opinión de Râmânuja.

Y Baladeva Vidyâbhûëâna dice: “Sin importar quién sea, ya sea un karmî o un jñânî, athâ significa que él debe obtener sat-saôga, sâdhu-saôga. Desde cualquier posición, si él puede conseguir la asociación del sâdhu adecuado, Él estará calificado para estudiar este libro y entenderá el significado verdadero”.

Así, en todas partes existe la consideración de adhikâra, o sea, yogyatâ o “calificación”. Él debe adquirir el estándar de la calificación, luego abordará un plano particular y él debe tener buena asociación.

Devoto: Nuestro Guru Mahârâja, Ärîla Svâmî Mahârâja Prabhupâda, solía decir que athâtho significa: “Ahora que hemos llegado a la forma humana de vida”, “después de llegar a la forma humana de vida”.

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Pero la sola forma humana de vida no es sufi­ciente. Sat-saôga, sâdhu-saôga, es necesario, sad-guru caraòâäraya. Alguien que ha recibido la gracia de un sâdhu puede tener ese néctar, mientras que, ya ‘o paàa bhâgavata vaiëòavera sthane, aun un brâhmaòa puede no estar calificado para recibir el Bhâgavatam. Ärîman Mahâprabhu dijo: “Ve donde un vaiëòava, de él obtendrás la perspectiva real del Bhâgavatam y sabrás cómo aproximarte a éste”.

Devânanda Paòàîta, un brâhmaòa verdadero de reconocida erudición, era un “profesor” del Bhâgavatam. Muchas personas solían venir a escuchar de él. Pero aunque era un escolástico su perspectiva era la de la escuela de Äaôkara.

Ärîvâsa Paòàîta también vivía en el mismo pueblo pero era un experto en las explicaciones verdaderas sobre el Bhâgavatam.

Mahâprabhu dijo de repente un día: “¡Oh! Ese Devânanda Paòàîta enseña el Bhâgavatam a tantos estudiantes, pero él mismo no conoce su verdadero significado. Él está distribuyendo veneno en el nombre del Bhâgavatam. ¡Iré allí y haré pedazos sus libros!” Inspirado un día por esto, Mahâprabhu corrió de repente hacia ese lugar, pero Ärîvâsa Paòàîta y tal vez otros, lo detuvieron diciéndole: “No, no, esto no será bien visto en Ti”.

De alguna forma, otro día, Mahâprabhu se encontró a Devânanda Paòàîta y le dijo: “Tú estás enseñando Bhâgavatam a tus estudiantes, pero tú no sabes qué está allí en el Bhâgavatam. Tú mismo no sabes qué néctar está allí”.

De una manera burlesca Mahâprabhu le dijo:


paripûrna kariyâ ye saba jane khâya

tabe bahirddeäe giyâ se santoëa pâya

Caitanya-bhâgavata, Madhya 21.73


Cuando uno ha comido y tiene el estómago lleno va a una letrina, mien­tras pasa el excremento siente algún alivio, pero ¡tú ni siquiera has conseguido esa clase de exiguo placer! En el Ärîmad-Bhâgavatam hay tan elevado néctar, tan elevado sabor, pero tú, como un ruin seguidor con tu mente mal intencio­nada, te aproximas al Bhâgavatam y lo enseñas de una manera contaminada. ¿Qué sabes tú acerca del Bhâgavatam?”

En otra ocasión, Ärîvâsa Paòàîta vino a escuchar el Bhâgavatam de la tol, escuela sánscrita de Devânanda. Mientras Devânanda estaba pronunciando los älokas, Ärîvâsa los iba entendiendo a su propia manera ocasionando así que muchos sentimientos afloraran en él; algunas veces derramaba lágrimas y otras veces temblaba. Devânanda Paòàîta le dijo a sus estudiantes: “¡Oh! Ese hombre ha venido a perturbarnos con todos esos bajos sentimientos, ¡sáquenlo!” De esta manera, sus estudiantes tomaron a Ärîvâsa Paòàîta y lo llevaron fuera; pero esto enfureció a Mahâprabhu.

Después, un íntimo devoto de Mahâprabhu, Vrakreävara Paòàîta, vino a la casa de Devânanda. Él tuvo una conversación privada con Devânanda y Devânanda fue convertido: “Sí, yo no sabía que tales significados pudieran encontrarse en el Ärîmad-Bhâgavatam. Yo estaba influenciado por las ense­ñanzas de Äaôkarâcârya que Brahman lo es todo y por lo tanto consideraba a estos tópicos del Bhâgavatam como saguòa o bajo la influencia de mâyâ”. Así, cuando Mahâprabhu después de cinco años de sannyâsa vino de nuevo a visitar esta área, Kuliyâ, aquí en Navadvîpa-dhâma, Devânanda cayó a sus pies llorando: “¡He cometido tan grandes ofensas!”

Mahâprabhu dijo: “Sí, pero tú has cometido no sólo ofensas en contra mía sino de Ärîvâsa Paòàîta. Ve y pídele perdón y serás absuelto de tus ofensas”.


kuliyâ-grâmete âsi’ ärî kèëòa-caitanya

hena nâhi, yâ ‘re prabhu nâ karilâ dhanya

Caitanya-bhâgavata, Antya 3.541


De esta forma Câpâla Gopâla y muchos otros que habían hecho tan malos comentarios acerca de la conducta de Ärî Caitanyadeva, vinieron diciendo: “No podemos comprender tu destacada personalidad y superioridad, por esto hemos cometido, sin saberlo, muchas ofensas en contra tuya. Por favor perdónanos”.

Mahâprabhu los perdonó diciéndoles: “¡Oh, no, no, no hay ninguna ofensa, todo está bien! Vayan en paz ahora”.

Así también, en el caso de la lectura del Ärîmad-Bhâgavatam existe la cues­tión de adhikâra y sat-saôga. Aun un brâhmaòa puede no tener la calificación adecuada para entenderlo, qué decir de enseñar las Escrituras. Sólo sâdhu-saôga; la asociación de un buen Maestro es el requisito para entender la Äâstra.

Raghunâtha Bhaùùa era el hijo de Tapana Miära y vivía en Benarés. Tapana Miära era un devoto y escolástico. Cuando Raghunâtha Bhaùùa fue a visitar a Mahâprabhu en Purî, Mahâprabhu le dijo: “No te cases, sirve a tus padres, ellos son vaiëòavas. Cuando ellos mueran ve a Vèndâvana y vive con Rûpa y Sanâtana. Mientras tanto lee el Ärîmad-Bhâgavatam bajo la guía de un Maestro vaiëòava. De él tú obtendrás la perspectiva real desde la cual aproxi­marte con el fin de entender cuál es el tema, cuál es su fin y las demás cosas. Tal Maestro será capaz de darte verdadera guía en tu estudio de todos estos asuntos; ya’ o paàa bhâgavata vaiëòavera sthane”.

Similarmente, Baladeva Vidyâbhûëâna viene a decir que una persona puede provenir de cualquier posición, pero si se aproxima a un guía apro­piado, un Guru, puede obtener la capacidad de entrar en el significado de la Escritura.

Devoto: ¿Cuál es el significado de bhakti-rasa-pâtra en el siguiente verso?



eka bhâgavata baàa-bhâgavata-äâstra

âra bhâgavata-bhakta bhakti-rasa-pâtra

Caitanya-caritâmèta, Âdi 1.99


Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Este verso explica que existen dos tipos de Bhâgavata: El libro Bhâgavata y la persona Bhâgavata. Bhakti-rasa-pâtra significa el sâdhu, esta viviendo la vida de un Bhâgavata. Bhâgavata-rasa-pâtra significa: “Alguien que contiene rasam divino perteneciente a Bhagavân. La Escritura viviente es Bhâgavata y el vaiëòava es Bhâgavata. El Ärîmad-Bhâgavatam es la Escritura y la persona Bhâgavata también es la Escritura”.

Devoto: ¿Cuál es el significado específico de bhakti-rasa-pâtra?

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Bhakti-rasa-pâtra indica a una persona que está “llena”, o una vasija que está llena con rasa: raso vaisaì. Él está lleno de ânandam. Pâtra significa “persona” como también “recipiente”. Existen dos significados de la palabra pâtra: “Pote, vaso, contenedor” y “la persona que actúa como un contenedor”.

Así, en el título de mi libro, amètam significa prapanna-jîvanâmètam o prapannânâê jîvane amèta-svarûpam: Para aquellos que están rendidos éste es el néctar en sus vidas. Éste es el néctar en la rendición del alma. Sostiene a las almas rendidas como amèta, néctar, y ellas vivirán por tomarlo; éste es su alimento y les dará sustento.

Devoto: Nos gustaría escuchar de usted, Ärîla Guru Mahârâja, cómo fue que Nityânanda Prabhu le pidió venir aquí, a Navadvîpa, y comenzar a dar iniciaciones.

Ärîla Ärîdhara Mahârâja: Algún tiempo después de la partida de Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Prabhupâda, me fue solicitado por algunos miem­bros líderes que tomara la posición de Âcârya; pero desde el comienzo no tenía intención o aspiración de serlo. Sin embargo, cuando estaba solo surgía siempre cierta clase de duda en mí sobre que mi Guru Mahârâja no gustaba de nirjana-bhajana, la vida de practicante solitario. A él le gustaba que los devotos se asociaran y se ocuparan en kîrtana. Pero si vivía en asociación eso significaría que habría prédica y que muchas personas nuevas se unirían, pero ¿quién les daría iniciación? Ellos me pidieron que empezara la labor de iniciar, pero yo no sentía ninguna inspiración interna para hacerlo. No sentía ningún apremio para eso, pero yo estaba de alguna manera pasando mis días en el cultivo de la conciencia de Kèëòa.

Desde antes de ir a Vèndâvana, sabía que no permanecería allí. Siento que Vèndâvana es para los devotos elevados pero yo soy de orden inferior. Los caídos deben tomar refugio en Mahâprabhu, en el aparâdha-bhañjan-pâùh (el lugar donde todas las ofensas son perdonadas) en Navadvîpa, así que estaba decidido de antemano que tomaría refugio en Navadvîpa y no en Vèndâvana.

Por la gracia de Nityânanda Prabhu podemos recibir la gracia de Mahâpra­bhu. No hay otra alternativa para nosotros, las almas caídas, especialmente los principiantes. Heno nitâi bine bhâi, râdhâ-kèëòa pâite nâi, por la gracia de Nityânanda recibiremos la gracia de Gaurâôga y por la gracia de Gaurâôga recibiremos la gracia de Râdhâ-Govinda. Ese es el camino general. La gran carretera troncal que fue mencionada por el señor Brahmâ, kèëòa bhakta haya yadi balavâna, bidhîra kalama kâùhi kore khân khân: “Si un devoto de Ärî Kèëòa es muy poderoso, él puede fácilmente cortar en pedazos aquello que está señalado como su destino”.

Luego, cuando vine de Vèndâvana a tomar mi residencia permanente aquí en este aparâdha bhañjan pâùh, Koladvîpa, pensé: Estoy yendo a tomar mi refugio en Navadvîpa permanentemente. Pero Dhâmeävara, el Maestro del dhâma, es Nityânanda Prabhu, por eso antes de ir al lugar de nacimiento de Mahâprabhu, debería visitar el lugar de nacimiento de Nityânanda Prabhu en Ekacakrâ y pedir su permiso. Si Él es propicio entonces podré vivir fácilmente en Navadvîpa, de otra forma será imposible”. Así, antes de venir aquí, fui derecho al lugar de nacimiento de Nityânanda Prabhu y ofrecí mis reveren­cias postradas con la oración: “Tú eres Patita-pâvana, el Salvador de los caídos, y yo ansío Tu misericordia. Por favor, dame permiso de permanecer permanentemente en Koladvîpa, en Navadvîpa-dhâma, que yo pueda tomar mi refugio allí”. En ese tiempo yo ya había elegido este lugar de Gupta Govardhana.

Siempre que caía tendido con esta oración una duda surgía en mi mente: “Tú estás orando por la gracia de Nityânanda Prabhu como Patita-pâvana, pero tú eres apático a los patitas caídos, entonces ¿cómo puedes esperar tener Su compasión?” Esto vino de repente a mi mente. “Nityânanda Prabhu es Patita-pâvana pero yo no gusto de extender mi mano de ayuda a otros, entonces ¿cómo puedo esperar Su gracia y misericordia?” Tan fuerte reflexión vino a mí y de todas maneras presenté mi posición ante Él y vine aquí. Tam­bién me presionaba siempre la naturaleza de nuestro Ärîla Prabhupâda: Él estaba siempre en contra de nirjana-bhajana, pero yo estaba yendo a hacer exactamente eso.

De todos modos, yo vine aquí y por dos rupias al mes renté un cuarto cerca y permanecí allí. Durante el día leía la Äâstra y por la tarde solía cantar el Santo Nombre, y después de cantar un lakh de nombres (100.000) me iba a la cama.

Yo llevé a Giridhâri conmigo desde Vèndâvana y la mantenía en un pequeño trono en el cuarto. Solía cocinar sólo una vez al día, ofrecer a Giridhâri y luego tomar algo de prasâda. En la tarde solía tomar también un poco de prasâda, pasando de esta forma mis días. Completamente descono­cido del público vine a este lugar, pero gradualmente mis hermanos espiritua­les comenzaron a buscarme y me encontraron; ellos comenzaron a venir una y otra vez. Algunos empezaron a quedarse y no deseaban partir.

En ese tiempo mientras repasaba los libros de Jîva Gosvâmî encontré que él había escrito que aquellos que tienen dinero y no lo usan para el Señor, cometen vitta-äâùhya. Similarmente, aquellos que poseen algún conocimiento y experiencia acerca de bhakti, acerca de Kèëòa y Sus devotos, pero que no gustan de ayudar a otros, ellos cometen jñâna-äâùhya. Al mismo tiempo llegó a mi memoria una historia de mis primeros días sobre los Purâòas, donde se menciona a un brâhmaòa en particular que era un gran escolástico pero no prestaba ayuda o educación a nadie. Como resultado, en su próxima vida, recibió el cuerpo de un árbol de mango que producía muy bellas frutas pero ni un solo pájaro solía tocarlas. Luego un día, Anantadeva notó este árbol mientras iba a ver a Dios. Cuando preguntó acerca de esto, el Señor respon­dió: “Él era un gran paòàîta pero no dio instrucción ni compartió su erudición con nadie. Era tan mezquino en lo que respecta a compartir su conocimiento que en su próximo nacimiento fue puesto en la posición de este árbol”.

Otra cosa que venía a mi mente es que un doctor no es omnisciente, ¿pero no debería él tratar de hacer lo máximo para curar a un paciente? En tanto le sea posible él debería tratar de ayudar, de otra forma el mundo se paralizaría. No es que todos dirán: “Sólo cuando posea conocimiento completo me acer­caré a ayudar a otros”, porque eso no es posible en este mundo. Todos tienen alguna posición relativa. Con esto en mi mente empecé de manera gradual a ayudar. Decidí no ocuparme en amplia escala en predicar y hacer discípulos, pero si alguien venía trataría como mínimo de educarlo en esta línea espiritual o iniciarlo. Con este espíritu asumí mi posición aquí, recordando la inspiración de Patita-pavana Nityânanda Prabhu que venía hacia mí: “Debes tratar al máximo de ayudar a aquellos que en tu consideración son caídos”.

Yo no estaba completamente reacio, pero no estaba haciendo ningún gran intento, porque también es mencionado en el Bhakti-rasâmèta-sindhuì que está prohibido abrir muchos templos y muchos programas en gran escala:


bahu-grantha kalâbhyâsa vyâkhyâvâda-vivarjanam

vyava hâreha pyakârpaòyaê äokâdyavaäavartitâ

Bhakti-rasâmèta-sindhuì, Madhya 2.79.76


Cuando nuestro Guru Mahârâja estaba dando estas conferencias del Bhakti-rasâmèta-sindhuì sobre las 64 clases de devoción, yo noté: “El esta­blecer templos y programas a gran escala está prohibido allí, pero nuestro Ärîla Guru Mahârâja está haciendo eso mismo. A gran escala él está haciendo propaganda y dinero, y estaba gastando también en grandes cantidades para construir templos y otras cosas. En el Bhakti-rasâmèta-sindhuì, Rûpa Gosvâmî ha prohibido esto, pero aun así nuestro Guru Mahârâja había llevado a cabo todas estas cosas. ¿Qué diría él cuando este punto saliera a discusión?”

Luego, encontré que en una o dos palabras él explicó todo el asunto. Él dijo: “Esto es cuestión de capacidad personal. Un hombre puede manejar un imperio y aun así puede encontrar el tiempo para esparcimiento, mientras que otro hombre es difícilmente capaz de dirigir a su familia y no puede encontrar ningún tiempo libre”. Entonces, depende de la capacidad individual si algo es considerado grande o pequeño. Esto es una cuestión de capacidad personal y de acuerdo con nuestra capacidad haremos nuestro mejor esfuerzo.



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jueves 11 de marzo de 2010

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