lunes, 15 de marzo de 2010

Sermones del guardián de la devoción III - 4º

CAPITULO CUATRO


El afectuoso Kèëòa


Summer Camp with Bhakti Vikas Swami in Croatia 20

Summer Camp with Bhakti Vikas Swami in Croatia por ISKCON desire  tree.

Bhakti Vikas Swami Summer Camp Croatia Aug 2009


Summer Camp with Bhakti Vikas Swami in Croatia 21

Summer Camp with Bhakti Vikas Swami in Croatia por ISKCON desire  tree.

Bhakti Vikas Swami Summer Camp Croatia Aug 2009

Algunos poetas pueden describir muy bellamente cualquier cosa que tocan; esto es llamado kavi. Alguien puede ser un kavi reconocido, pero eso no significa que sea un Âcârya. Su vida puede ser sucia y lo que recibimos de él no es aceptable. El profesor Niäikânta Sânyâl autor del “Ärî Kèëòa Caitanya” fue un muy entusiasta, casi “ciego”, seguidor de nuestro Guru Mahârâja. Después de venir a la línea del Gauàîya Maùh, él anotó en su diario: “Quien no tiene fe en un credo en particular pero escribe y elogia esa línea de pen­samiento, es un hipócrita. Debemos ser muy cuidadosos de esto. De ver si un hombre cree realmente lo que está diciendo. Si el hombre y sus palabras son diferentes no debemos creerle, más bien debemos ser muy cuidadosos de su asociación. Él no cree lo que está diciendo, él mismo no lo cree, por lo tanto ¡él es un hipócrita de doble cara!” Esto se encontraba en el diario de Niäikânta Sânyâl.

Una vez, un doctor vino a tratarme cuando estaba enfermo, él dijo: “Has llegado a una edad avanzada y has pasado mucho tiempo vistiendo esas ropas azafranes, ¿qué has obtenido?”

Él deseaba saber: “Has pasado muchos días como el hombre que viste de azafrán, pero, ¿has conseguido algo?”

Yo dije: “Sí, y pienso que tengo suficiente como para decir con audacia que lo escrito por muchos grandes poetas que no poseen la convicción dada en sus propios grandes escritos, ¡es falso! Ellos pueden ocupar las posiciones más elevadas en la ‘cultura’ actual, pero lo que están dando es totalmente falso y sucio. ¡Eso he comprendido!”

Uno de mis antiguos amigos vino también a verme y me formuló una pregunta directa. Él preguntó: “¿Qué has conseguido? ¿Has visto a Dios?” Yo respondí, “No, todavía no lo he visto en la forma que tú piensas que Él puede ser ‘visto’”.

Luego preguntó: “¿Qué has obtenido, ya que por mucho tiempo has vivido esta clase de vida?” entonces le dije: “Los grandes y famosos kavis de nuestra tierra, no tienen nada y todo lo que dicen es falso, eso he comprendido”. Él llegó a estar muy descorazonado y se marchó. Esa clase de “visión” donde dicen “éste es Dios” y “he visto a Dios” es toda falsa y vacía. Esta es saguòa: Está dentro de mâyâ.

Hay otro ejemplo importante que me viene a la mente. Había estado en la Misión tal vez un año o más. En ese tiempo el Maùh de Calcuta estaba en una casa alquilada en Ultadingi y en el día de la aparición de Bhaktivinoda Ùhâkura hubo un festival; un pandal fue levantado en la calle y las reuniones se hicieron allí. Un respetado zâmindâr fue invitado por nuestro hermano espiritual, Gosvâmî Mahârâja, y él le pidió a Prabhupâda: “Deseo tener una conversación privada con usted”.

Era una noche obscura y se arregló un encuentro. Se colocaron dos sillas juntas; Ärîla Bhaktisiddhânta Sarasvatî Prabhupâda vino y ese caballero se sentó junto a él. Pensé que Prabhupâda no debía ser dejado sólo y así me las arreglé para tomar un sitio a poca distancia en la oscuridad. Tenía mucha curiosidad: “¿Qué tendrá él que decirle?” Luego ese hombre, muy cerca del oído de nuestro Guru Mahârâja, susurró: “¿Ha visto usted a Dios?”

La respuesta de Ärîla Prabhupâda fue: “Cuál es la utilidad de decir que lo he visto o no lo he visto; Mientras usted no sepa cómo ver o no conozca qué es necesario para ver a Dios, no puede lograr ningún beneficio por la sola afirmación de ‘he visto’ o ‘no he visto’. Usted está ciego para ambas cosas. La primera cosa es que debe aprender cómo ver a Dios, debe conseguir esa clase de ‘ojos’ para ver a Dios. Sin eso, cualquier hombre puede decir: ‘Yo lo he visto’. ¿Pero qué es eso para usted? ¡Usted puede ser engañado! Y si yo digo: No, no he visto su ‘Dios’, lo que ha concebido dentro de usted como Dios, eso también lo confundirá”.

Mientras Prabhupâda trataba de decir esto, el zâmindâr repetidamente preguntaba: “¿Lo ha visto? ¿Lo ha visto?” Pero Prabhupâda firmemente insistió en su propio punto: “Eso no será de utilidad para usted. Debe conocer qué es Dios, cómo verlo y cuál es su naturaleza; todo esto debe estudiarlo por sí mismo, de otra forma será engañado por cualquiera. La simple afirmación no tiene valor”. Tal fue el encuentro del que fui testigo.

En otra ocasión nuestro Mâdhava Mahârâja, que era llamado antes Haya­grîva Brahmacârî, fue con su primo hermano Nârâyaòa Mukhârjî a visitar Katva con el fin de ver el Ärî Mûrti de Mahâprabhu. De ahí fueron a Mâyâpura y luego donde Ärîla Prabhupâda. Prabhupâda vio a los dos jóvenes de bella complexión aproximándose y les preguntó: “¿Dónde han estado?” Hayagrîva respondió, “Fuimos a Katva a tomar el daräana del Ärî Vigraha de Mahâprabhu”.

Escuché del mismo Mâdhava Mahârâja que Prabhupâda les insistió: “¿Lo vieron? ¿Pudieron ver a Mahâprabhu?” Ellos dijeron: “Sí, ordinariamente lo hemos visto”. Pero la forma en que formuló la pregunta e insistió: “¿Tomaron su daräana?” Despertó cierta inquietud en sus mentes, “¡oh! Él quiere decir algo más. La visión real”. Entonces reflexionaron: “Sí, hemos visto lo que los hombres ordinarios ven, pero esa no es la visión apropiada. Si deseamos verle, tenemos que conseguir tal visión acudiendo al Guru”.


oê ajñâna-timirândhasya jñânâñjana-äalâkayâ

cakëur unmîlitaê yena tasmai ärî-gurave namaì


Estaba ciego en la oscuridad de la ignorancia, pero mi Maestro Espiritual me aplicó el ungüento del conocimiento espiritual apropiado y así abrió mis ojos. Le ofrezco a él mis respetuosas reverencias”. Todas estas cosas venían de las enseñanzas de Prabhupâda.

Hayagrîva Prabhu, quien era antes Herambo Baharjee, relató que había estado trabajando en una compañía europea privada, cuando de repente por leer un libro de Äaôkarâcârya sintió una intensa indiferencia a la vida mun­dana.

Entonces corrió a Haèdvâra y trepó hasta muy lejos en las colinas donde permaneció por tres días y tres noches bajo un árbol, comiendo sólo algo de fruta bael. Luego, como me contó: “Escuché un sonido: ‘Parte ya, encontrarás un Guru verdadero, un Sad-guru. Tú lo encontrarás, ahora debes partir’”. Él regresó y consecuentemente llegó a la Misión gauàîya. Ése era Herambo Banerjee, llamado más tarde Ganeäa, luego Hayagrîva Brahmacârî y final­mente Mâdhava Mahârâja.

Así la pregunta es: “¿Cómo ver?” El ojo apropiado es necesario y esto es llamado divya-daräana. En el Bhagavad-gîtâ (11.8), Kèëòa le dice a Arjuna:


na tu mâê äakyase draëùum, anenaiva sva-cakëuëâ

divyaê dadâmi te cakëuì, paäya me yogam aiävaram


Con tus ojos actuales no serás capaz de verme. Por eso, te daré la visión sobrenatural con la cual podrás ver Mi todopoderoso poder místico”. Pero aquí encontramos otra consideración extraordinaria: Arjuna ya tenía la capa­cidad de visión superior (para ver al Señor en su forma original como humano de dos brazos), entonces, el divya-daräana que fue dado aquí a Arjuna con el fin de ver esa Forma Universal del Señor, significa que Él descendió a un nivel inferior. Él tuvo que descender para tener esa clase de daräana del Señor, que no es el más elevado. Luego, cuando Arjuna no pudo tolerar ese divya-daräana, dijo: “No puedo soportarlo, por favor ven a mi nivel, como te experimentaba antes”. Entonces, el Señor llegó a ser primero catur-bhuja (la forma de cuatro brazos de Nârâyaòa) y luego dvi-bhuja (la forma de apariencia humana de dos brazos de Kèëòa) y Arjuna dijo:


dèëùvedaê mânuëaê rûpaê, tava saumyaê janârdana

Bhagavad-gîtâ 11.51


¡Oh Ärî Kèëòa! Viendo esta encantadora forma humana Tuya de dos brazos, mi corazón está satisfecho y apacible. Ahora he vuelto a mi posición normal”.

Luego El Señor dijo:


sudurdaräam idaê rûpaê, dèëùavân asi yan mama

devâ apy asya rûpasya, nityaê daräana-kâôkëiòaì

Bhagavad-gîtâ 11 52


¡Oh Arjuna! La oportunidad de verme como me estas viendo ahora es muy raramente alcanzada. Aun los dioses aspiran constantemente por un vislumbre de esta forma de apariencia humana plena en verdad, conciencia y belleza”.

Comúnmente se puede pensar que el divya-daräana, la visión de la Forma Universal, es la que raramente es conseguida. Pero por el uso específico de las palabras dèëùavân así, en presente, y no dèëùavân, la cual está en pasado, nuestros intérpretes dicen que se está haciendo referencia a la forma de apa­riencia humana. El Señor está diciendo, devâ apy asya rûpasya, nityaê daräana-kâôkëiòaì: “Actualmente, como me estas viendo es Mi forma de dos brazos. Pero el público no puede entender, ellos generalmente miran Mi catur-bhuja-rûpa, Mi forma de cuatro brazos o miran como la más elevada a divya-rûpa, la cual contiene la manifestación cósmica completa; pero ésa es una confusa forma Mía. Ésta no es natural, si no que es como Mi juego en el papel de un mago: ¡Todo está en Mí, mira esto y esto y ahora esto!” Esta no es aprâkèta, sino que es llena de diferentes tipos de majestuosidad, mezclados juntos”.

Pero la aprâkèta-rûpa es dvi-bhuja, la forma de dos brazos. Dijo Kèëòa a Arjuna:


sudurdaräam idaê rûpaê, dèëùavân asi yan mama

devâ apy asya rûpasya, nityaê daräana-kâôkëiòaì

Bhagavad-gîtâ 11.52


Esta forma Mía de Sac-cid-ânanda con apariencia humana, la cual estas viendo, es muy raramente vista. Aun los semidioses constantemente aspiran por un vislumbre de esta forma”.

De todos los pasatiempos del Señor, el más elevado está muy cerca al del tipo humano aprâkèta. Éste es como la forma humana de vida, más bien, la vida humana ha sido moldeada de Su forma más elevada de pasatiempo. El modelo está allí en el original, la forma más elevada de vida, y la sociedad humana ha sido creada después de eso.

En la Biblia también se dice: “Dios hizo al hombre a Su propia imagen”. Y el Vèndâvana-lîlâ parece más humano y ordinario, hasta el punto donde el Señor actúa como un rufián y engañador, robando, mintiendo y haciendo cualquier cosa. Todo en la más dulce forma. Si esto no fuera así dispuesto, aquellos que sirven al Señor en los diferentes rasas no podrían mantener sus posiciones. ¡Tal vez si Él no robara ni creara tal alboroto, madre Yaäodâ mo­riría!

Así, tal picardía e impertinencia se encuentran allí. A pesar que exterior­mente Yaäodâ está enojada, aun así su misma constitución es tal que si esa impertinencia estuviera ausente ¡ella no podría vivir! Una parte importante del vâtsalya-rasa es el placer esencial de tolerar la impertinencia del niño.

Kèëòa es siempre aprâkèta. Prâkèta significa “mundano” y aprâkèta significa similar en apariencia al plano mundano pero justamente lo opuesto. Él parece ser similar al paciente pero no lo es.


kèëòera yateka khelâ sarvottama nara-lîlâ

nara-vapu tâhâra svarûpa

gopa-veäa veòukara nava kiäora naùavara

nara-lîlâ haya anurûpa

kèëòera madhura-rupa äuna sanâtana

ye rûpera eka kaòa àubâya saba tribhuvana

sarva-prâòi kare âkarëaòa

Caitanya-caritâmèta, Madhya 21.101, 102


La Forma Suprema de Dios es Kèëòa, quién actúa exactamente como un ser humano en Sus eternos pasatiempos divinos. Es siempre un joven pastor de Vèndâvana, que realiza Sus pasatiempos constantemente tocando Su flauta. Su belleza es tan encantadora y dulce que el Universo entero es inun­dado por un átomo de ésta y todos los seres son arrastrados irresistiblemente hacia Él”.

Ha sido mencionado en las Escrituras que entre todos los pasatiempos del Señor, los pasatiempos en forma de apariencia humana son los mejores. Su comportamiento como humano, ha sido considerado como la más elevada y sabrosa concepción. El tipo más elevado no es el divino, grave y majestuoso, sino que la simplicidad de Su aparente comportamiento ordinario como humano ha sido considerada ser la mejor de todas y la más original. Gran­diosidad, majestuosidad, admiración y reverencia, no son del gusto de los devotos del tipo más elevado. Estas cualidades implican una relación más distante, mientras que las relaciones como humano, son más intensas, íntimas y cercanas, como si fuera nuestro igual; y ésta, se dice, es la misericordia más elevada.

Cuando Él muestra tales pasatiempos misericordiosos, ésta es realmente Su posición más alta. Allí Él aparece del mismo rango de Sus servidores y así Él es tan misericordioso, amoroso y afectuoso. Algunas veces madre Yaäodâ lo castiga y Él llora, y algunas veces carga las sandalias de Su padre sobre Su cabeza, y otras veces Sus amigos suben sobre Sus hombros. A través de este afecto, Él, en muchas formas, se muestra muy sencillo, muy familiar. Su mag­nanimidad, amor y afecto es de tal grado que Él se vuelve tan familiar.

La esfera “aprâkèta” debe ser el origen de todo. No puede sino ser así. Aquí en la India tenemos nuestra cultura y tradición védica, pero los paòàîtas de hoy en día, los eruditos Europeos, dicen: “No, el origen de la civilización está localizado en Asia Menor o Babilonia o en alguna otra dirección”. Los escola­res empíricos son de una opinión particular, pero nosotros no accedemos a eso. Si podemos aceptar que la esfera aprâkèta es el origen de todo, entonces cualquier cosa que este allí, aunque parezca simple y sencilla, contiene dentro toda la grandeza de Vaikuòùha. En el Ärî Caitanya-caritâmèta existe una des­cripción de la charlas entre Svarûpa Dâmodara Gosvâmî y Ärîvâsa Paòàîta en el día de Herâ-pañcamî. Ärîvâsa Ùhâkura era una encarnación de Nârada Muni. Con el fin que la verdad fuera conocida al público y así otros pudieran entender, él se declaró de parte del partido de oposición. Él habló en favor de la supremacía de Vaikuòùha con toda su grandeza y esplendor. En respuesta, Svarûpa Dâmodara dijo: “Esto no es así realmente, pero, Ärîvâsa, tú, estando en el temperamento y carácter de Nârada Muni, puedes apreciar más acerca de la majestuosidad y grandeza de Vaikuòùha. No sabes, no puedes recordar, que aunque las ratnam, las joyas, etc., están todas en Vèndâvana en forma contenida, sus habitantes no gustan de estas cosas”.

Aquellos que son pobres adoran el oro y las joyas mientras que aquellos que tienen suficiente de tales riquezas prefieren las flores, los árboles y todas las cosas simples y naturales. Similarmente, la grandeza de Vaikuòùha es suprimida en el mundo aprâkèta, donde existen kalpa-vèkäas, árboles de deseos, y donde todo es hecho de cintâmaòi, piedra de toque. ¡Cualquier cosa puede convertirse en cualquier otra cosa en ese lugar original! Así, una vez admitimos eso como la posición original, por deducción veremos que todo, aunque esplendoroso y digno, debe provenir de allí. Y esa es la cúspide. Por análisis y lógica debemos regular nuestros pensamientos en esa dirección.



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Volumen II - Capítulos | | | | | | | | | | 10º | 11º | 12º
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jueves 11 de marzo de 2010

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