lunes, 15 de marzo de 2010

Sermones del guardián de la devoción I - Capítulo XI

CAPITULO ONCE


La familia del guardián guía


ISKCON desire tree - Rupa Goswami Appearance 04

ISKCON desire tree - Rupa Goswami Appearance 04 por ISKCON desire  tree.


ISKCON desire tree - Rupa Goswami Appearance 03

ISKCON desire tree - Rupa Goswami Appearance 03 por ISKCON desire  tree.


El vaiëòava lo es todo, y yo no soy nada”. Semejante sentimiento crece ilimitadamente en el vaiëòava. “No soy nada, pero él lo es todo, él es un vaiëòava; el Guru y el vaiëòava verdaderamente sostienen el Kèëòa-bhakti. Ellos son los proveedores. Pero yo tengo las manos vacías; no tengo nada”. Esa es la naturaleza de la asociación del finito con el Infinito. Mientras tenga­mos una verdadera aproximación hacia el Infinito, no podremos sino conside­rarnos el más indigno de los indignos. El modelo de la califica­ción vaiëòava (vaiëòavatâ) es medido en esta forma. Y esto no es de labios para afuera, sino un comportamiento sincero desde lo más profundo del corazón. Cuando Ärîla Kèëòadâsa Kavirâja Gosvâmî dice, purîsera kîùa haite muñi sei laghiëùha: “Yo soy más bajo que un gusano en el excremen­to”, esta no es una simple imita­ción, sino que es su sentida verdad. Âcârya-abhimâna, la afirmación del Guru sobre su discípulo es una postura diferente. Esa es una afirmación, pero sola­mente por el servicio al vaiëòava; ahí se mantiene la sinceridad. La afirma­ción del Guru no es una afirmación egoísta, es sólo a fin de salvar al público y defender el prestigio del vaiëòava. Éste es un ajuste apropiado con la realidad en sentido doble: Establecer la posición verdadera de un vaiëòava y al mismo tiempo salvar a las personas ordinarias del peligro y la reacción de supuestos intentos o falsos pensamientos. Así que ese tipo de afirmación no es egoísta. Por el contrario, debemos conocer eso como un sacrificio en sentido dinámico.

En la Viäva-vaiëòava-râja-sabhâ, nuestro Guru Mahârâja con mucho tacto se dirigía en esta forma: Él pedía a uno de sus discípulos que dijera algo en alabanza y aprecio a otro discípulo. Y especialmente, él pedía esto a discípu­los que eran un poco antagónicos entre ellos. Él les pedía: “Hablen algo en alabanza a su ‘amigo’”. ¿Por qué? para tratar de señalar el lado brillante, el svarûpa, e ignorar el lado aparente. Él instruía: “Traten de hablar algo en alabanza a su amigo, su supuesto oponente”. La orden del Guru era ésta y así el discípulo tenía que hablar algo en alabanza. La necesidad es la madre de los inventos; él tenía que sumergirse en el lado brillante de esa persona y tratar de extraer ese lado. Con lo cual, la atmósfera vaiëòava de dar y recibir era despertada y el lado aparente (mâyiko) era gradualmente ignorado, desa­tendido y disuelto. Algo similar también pasa en el kîrtana. ¿Por qué el kîrtana es tan poderoso? Porque cuando se nos pide que hablemos algo, no podemos sino prestar nuestra mejor atención para hablar. Tenemos que mantener nuestra mejor capacidad en el intento de juntar la información apropiada para hablar algo acerca del Señor Supremo. Así también en el caso de los vaiëòavas, como en el del Señor, tenemos que aproximarnos al svarûpa, al aspecto interno, al lado brillante, e ignorar el lado aparente; y así prosperare­mos. Allí se despertará la verdadera relación mutua. Era la costumbre de nuestro Guru Mahârâja dirigir una reunión una vez al año en el santo dhâma de Ärî Caitanya Mahâprabhu bajo el estandarte de la Viäva-vaiëòava-râja-sabhâ (La Asamblea Universal de los Devotos Puros), y allí su método era: “Trata de elogiar al vaiëòava”.

Por lo tanto, apreciar la nobleza de un vaiëòava puede ser difícil, pero si podemos hacerlo, tendremos la oportunidad de acercarnos al verdadero estándar de devoción hasta cierto punto. En el Âdi Purâòa el Señor dice: “Quien sólo me ama, realmente no me ama; pero quien ama a Mis sirvientes tiene un amor real por Mí y de carácter absoluto y verdadero”. Tenemos que tratar de apreciar el carácter y la conducta del vaiëòava y así podremos elevar el estándar de nuestra vida de dedicación.


La gracia es dada de acuerdo con la necesidad


El infinitesimal y el Infinito están muy estrechamente conectados. La conciencia del infinitesimal se describe en esta línea:


ye yata patita haya, tava dayâ tata tâya,

tate âmi supâtra dayâra

Gîtamâlâ, Yâmuna-bhâvâvali 19


Ärîla Bhaktivinoda Ùhâkura dice: “Tu gracia es dada de acuerdo con la necesidad de aquellos que realmente la merecen. Considerando esto, yo tengo algo que reclamar. De los caídos, yo soy el más caído, así que imploro Tu gracia”. Esa debe ser la actitud de los sirvientes. Incrementar el lado nega­tivo. “Yo soy el más merecedor porque soy el más indigno de los indignos, el más pobre de los pobres”. Debemos desarrollar e incrementar nuestro cono­cimiento hacia ese lado: “Soy tan bajo, tan vil, tan necesitado, en todo aspecto”. Esa conciencia lo atraerá hacia ti; La masa de energía reunida (karma) o el intento por conocerlo a Él (jñâna) no pueden lograrlo (jñâna-karmâdy-anâvèttam). Pensar: “Yo puedo conocerte, puedo medirte”; eso es imposible, una búsqueda inútil, y esto ha sido declarado por el Ärîmad-Bhâgavatam. Nunca lo podrás conocer. Mientras más te acerques al límite de tu conocimiento, más encontrarás que Él lo ha sobrepasado. Nada puede atarlo. Esto fue mostrado en el intento de madre Yaäodâ. Cuando ella intentó atar a Dâmodara, Kèëòa, alrededor de la cintura, siempre le faltaban dos centímetros a la cuerda.


yad âsit tad api nyûnaê, tenânyad api sandadhe

tad api dvy-aôgulaê nyûnam, yad yad âdatta bandhanam

Ärîmad-Bhâgavatam 10.9.16


Esa cuerda siempre resultaba corta en la medida de dos dedos (después de juntar la cuerda original con otra). Entonces ella unió mas cuerda y también resultó corta en la misma medida. En esta forma, sin importar cuanta cuerda ella juntara, siempre resultaba corta en dos dedos”.

Matemáticamente esto es imposible, pero así era. Similarmente, tenemos que conocer que el Absoluto es subjetivo, no objetivo. Ejemplos como éste nos muestran el fracaso del cálculo objetivo. No calcules la verdad trascen­dental mediante el proceso objetivo. Nunca puede ser eliminado el factor de Su voluntad, y ese es el factor verdadero.

Si te aproximas a Él para calcularle, el pensamiento más realista que debe­rás mantener en tu mente es que esto depende de Su Suprema Voluntad. Él es abhijña, omnisciente, y svarâù, completamente independiente. Solamente Él sabe qué es qué. El monopolio está dentro de Su puño. Puedes conjeturar muchas alternativas pero todo en vano. Él sabe lo que hará y al mismo tiempo, Él no tiene obligación con nadie. Él no puede ser obligado a dar ninguna explicación de Sus actos. Solamente Él conoce qué es qué y es el Autócrata Absoluto (artheëv abhijñaì svarâù, Ärîmad-Bhâgavatam 1.1.1). Él no se guía por la consideración de otros. Si nos aproximamos a Él con esta clase de entendimiento podremos avanzar hacia el reino divino.

No tengo posibilidad de exigirle nada. No hay posibilidad de presentar ninguna demanda: “Por favor considera esto o aquello”. Al mismo tiempo, no olvidaremos que Él solamente escucha las palabras del devoto que posee dicho temperamento (ahaê bhakta-parâdhînaì, Ärîmad-Bhâgavatam 9.4.63). Esto, tampoco puede ser eliminado. ¿Pero quién es semejante bhakta? Alguien que conoce la naturaleza del Señor en esta forma, es un devoto. En otras palabras, ¡volverse sumiso a Él es mantener la propia independencia! Ser sumiso al alma rendida no equivale a sumisión, porque es someterse a una persona que es plenamente Suya. Cuando Él dice: “Yo estoy subordi­nado, trabajo bajo la dirección de Mi devoto”, entonces ¿Quienes son los devotos? Son aquellos que se han rendido ciento por ciento a Su dulce volun­tad. Además, en otras palabras, ellos son tan independientes como lo es Él. Ellos no tienen deseos independientes, pero sin embargo, por causa de los pasatiempos del Señor, el lîlâ, tales cosas son designadas por Yogamâyâ.


El interés separado es la causa de toda anomalía


En las diferentes rasas podemos ver que el devoto y el Señor a veces toman lados opuestos. Como cuando Kèëòa quiere robar y Yaäodâ no le permite y lo castiga. Aparentemente parecen ser fuerzas opuestas, pero Yogamâyâ, la potencia interna del Señor, está actuando. De alguna manera, es el deseo de Kèëòa jugar así. El director de un drama puede ordenar a sus actores: “Tienes que decir esto y yo me opondré”. El lîlâ también es un movimiento armo­nioso hacia un punto, sin ningún disturbio. Esto es lîlâ. El lîlâ es existencia dinámica, no tiene ritmo ni razón. Es justamente lo opuesto del fósil. Y el lîlâ es de la naturaleza del rasa o ânanda, belleza y encanto son la naturaleza misma del Señor.

Desconectarse de ese fluir original es un problema causado por mâyâ. El alma condicionada está bajo la potencia de mâyâ, como si padeciera de demencia. Ha perdido su pertenencia y riqueza. Esto es mâyâ. significa ‘lo que no es’ y significa ‘eso’. La palabra mâyâ también se deriva de mîyate anayâ iti mâyâ: mâyâ es ‘eso por lo cual la medición ha sido hecha’. Los expertos en el campo espiritual nos informan que el interés separado ha sido la causa raíz de toda perturbación (dvitîyâbhiniveäataì syât). Realmente todo está bien, pero el espíritu separatista es el responsable de toda anomalía.


bhayaê dvitîyâbhiniveäataì syâd

îäâd apetasya viparyayo ‘smètiì

tan-mâyayâto budha âbhajet taê

bhaktyaikayeäaê gurudevatâtmâ

Ärîmad-Bhâgavatam 11.2.37


Una persona que se aparta del Señor se olvida de su propia e innata iden­tidad forzado por la potencia de mâyâ y su percepción se trastorna, por lo cual él piensa: ‘Yo soy el cuerpo’. Por esto él se vuelve absorto en el interés separado, identificándose con el cuerpo, los sentidos, etc. Esta es la causa de todo el temor. Por lo tanto, una persona sensata debería adorar a ese Señor Supremo con devoción exclusiva, desechando todos los deseos bastardos y con el conocimiento de que Gurudeva es el señor adorable y el amigo más querido de uno”.

Pensar: “Puedo progresar individualmente”, es ignorar la línea colectiva y buscar el interés separado. Este punto fino es el responsable de todo el disturbio: “Quiero buscar mi propio placer, separándome de la consideración de la colectividad”. La próxima etapa es iäâd apetasya viparyayo 'smètiì: Desviarme de la consideración de mi Maestro. La primera etapa es autointe­rés y la próxima es desviarse de la conciencia del guardián o perder la conciencia que: “Yo tengo mi Maestro, mi guardián”. Luego, tanmâyayâto: ¿Por qué es así? Porque yo soy taùasthâ, marginal. Del otro lado, esta mâyâ y de algún modo esa influencia ha capturado mi débil facultad de decisión. Soy una partícula infinitesimal de la conciencia con independencia diminuta. Pero sin mi cooperación, la transacción mundana o mâyika es imposible. Así mi consentimiento fue necesario.

Con el consentimiento de un menor de edad el tutor puede hacer cualquier cosa. La minoría o el carácter infinitesimal está inherente en mí y eso da lugar para este error. Tan-mâyayâto budha âbhajet taê, pero debido a que mâyâ no es independiente, también tiene que trabajar bajo la guía de la Autoridad Suprema; así, no vayas a mâyâ, más bien ve donde Él, el Amo de mâyâ. Tan-mâyayâto budha, âbhajet taê-na tu mâyâm. Aunque mâyâ está viniendo a capturar al alma a causa de su debilidad y cooperación, no obstante, budha, lo cual significa sumedha, almas piadosas, ellas irán en busca de ayuda donde el Amo de mâyâ. Esta es la decisión del Ärîmad-Bhâgavatam. Tan-mâyâ significa tasya mâyâ: Su mâyâ. Mâyâ no es la entidad más elevada. Ella también tiene su Amo, por lo tanto cuando te llegue la tentación de realizar una mala acción tienes que presentar una súplica de ayuda a la Autoridad Suprema y no a mâyâ.

El Señor también dice en el Bhagavad-gîtâ:


daivî hy eëâ guòamayî, mama mâyâ duratyayâ

mâm eva ye prapadyante, mâyâm etâê taranti te

Bhagavad-gîtâ 7.14


Ésta, Mi potencia triple sobrenatural, seductiva y engañadora, es práctica­mente insuperable. Sin embargo, quienes se han rendido exclusivamente a Mí ciertamente pueden atravesar esta formidable fantasía”.

Mâyâ, el mal entendimiento, está perturbando a las almas caídas, pero el mal entendimiento en sí mismo no puede proporcionarles alivio. Sólo la Causa Primordial puede darles alivio. “Pues bien, no vayas a ese lado, ven a Mí. Por Mi instrucción, mâyâ te dejará. Ella es más poderosa que tú; tiene un respaldo superior, daivî, entonces debes procurar ayuda de la oficina superior y no aproximarte directamente a mâyâ. Eso no te ayudará. Si sólo tuvieras un pequeñísimo apoyo Mío, fácilmente escaparías de mâyâ”.


La simple eternidad no es suficiente


El mal entendimiento está allí, pero no es muy poderoso puesto que no tiene su propio sostén no es independiente. También es dependiente de la verdad. La verdad se ubica siempre sobre el mal entendimiento. Así, tu tran­sacción siempre debe ser con la verdad, con lo positivo. Y ¿cuál es la verdad positiva? Sat-cit-ânanda: Existencia inexpugnable, conciencia de sí mismo y satisfacción. Es satisfacción en sí misma. En la filosofía Hegeliana, la existen­cia inexpugnable es descrita como ‘por sí misma y para sí misma’. En esa filosofía el elemento conciencia del intermedio ha sido suprimido. La Verdad Absoluta siente Su propia conciencia. Él siente que existe. La piedra no puede sentir su existencia, pero el alma sí la percibe; él es cit o cetana cons­ciente. Pero su conciencia no es perfecta. Tiene alguna necesidad, alguna demanda, algún deseo por una vida superior. Ânanda o rasa es belleza, armonía, amor. Esa es la concepción de la totalidad, es tener existencia, conciencia y también satisfacción. No solamente el anhelo o el conocimiento están presentes allí, sino también aquello que se debe anhelar o conocer, y eso es ânanda. Ânanda y sundaram son sinónimos.

Yo vi que algunos de los filósofos europeos han traducido esta palabra ânanda como ‘belleza’, así como en ‘la Hermosa Realidad’. Encontramos que eso está muy cerca de la concepción de Kèëòa. Probablemente fue el filósofo Martineau, un lingüista muy bueno y un poeta de alto estilo, quien propuso que el elemento último es ‘la Hermosa Realidad’. Wordsworth insinuó la belleza del ojo y del oído. En un poema, Wordsworth describió a la muchacha de sus sueños. Él escribió que ella era una joven aldeana y que había un riachuelo a lo largo de la aldea, y el sonido del riachuelo contribuía a su hermosura. Muchos estudiosos trataron de dar alguna interpretación a esta concepción, pero un estudiante bengalí, Harinâtha De, quien era un maestro de treinta dos idiomas, dio la interpretación: ‘La belleza auditiva contribuyó a la belleza visual’. Su explicación fue muy apropiada para mí. La belleza del oído, la hermosura del sonido del riachuelo sumada a la apariencia de esa muchacha; eso significa que la belleza del oído o el dulce sonido, contribuyen a la belleza del ojo. Ojo bello, nariz bella, tacto hermoso, etc., todos son ânandam, rasam, o belleza en el sentido más amplio.

En otro enunciado del Upaniëad, se establece, satyam, äivam, sundaram. Äiva significa maôgalam. ¿Cuál es el criterio de maôgalam? Amaôgalam significa mortal, mortal es amaôgalam (inauspicioso). E inmortalidad es äivam, maôgalam (auspicioso). Así äivam significa inmortal, y eso significa consciente, tal como se encuentra en el alma. Así la piedra es mortal pero el alma es inmortal. Por lo tanto, el alma propiamente dicha es äiva; pero vemos que el alma es vulnerable. La Superalma es belleza, sundaram. Esa es la realidad concreta como la representación de la existencia independiente y completa. Pero todas las otras existencias son representaciones parciales del Absoluto. Sundaram es satisfacción; el alma está descontenta y para la piedra no hay problema de satisfacción; solamente posee simple existencia. Pero el alma esta descontenta, aunque es una unidad eterna autoconsciente. La palabra Äiva, Mètyuñjaya y Mahâdeva significan ‘libre de mortalidad o cambio; eterno’. Pero la simple eternidad no es suficiente. Solamente rasam o sundaram pueden llenar el vacío. Pues bien sundaram es el objeto de nuestra búsqueda. Si examinamos minuciosamente cualquier cosa que hacemos y donde sea que vayamos, se detectará que estamos buscando belleza, luego satisfacción, luego sundaram, luego rasam.


na te viduì svârtha-gatiê hi viëòuê

durâäayâ ye bahir artha-mâninaì

Ärîmad-Bhâgavatam 7.5.31

Aquellos cuyas mentes han sido contaminadas por el placer sensual mun­dano y quienes mantienen respeto por los disfrutadores sensuales adictos a los placeres mundanos, ellos no pueden conocer las glorias del Señor Viëòu, el refugio exclusivo de aquellos que son serios en obtener la meta suprema de la vida humana”.

Ignorante y externamente puede parecer que estamos en la búsqueda de esta o aquella ocupación, dinero, placer sensual (dharma, artha, kâma); pero ésta es una apreciación externa y parcial de las cosas. Con una investigación profunda encontraremos que estamos buscando ansiosamente solo rasam, sundaram, la satisfacción más amplia, y no el así llamado placer parcial y temporal. Así, dharma, artha y kâma, no pueden satisfacer nuestro anhelo interno. Para no hablar de ellos, incluso la liberación (mokëa) del deseo fluc­tuante no es la meta, y éste es el descubrimiento de los sabios. La simple liberación del lado negativo es algo artificial. La vida debe tener su satisfac­ción. Todo tiene su satisfacción y posición. ¡No se hizo para nada! Cero no puede ser la conclusión de la existencia. El infinito es la conclusión, no cero. Así que la simple liberación permaneciendo como en un sueño largo y profundo, es destructiva e inconclusa. Ése no puede ser el objetivo de la creación o de nuestra existencia. El otro lado debe ser descubierto, el cid-vilâsa (el plano trascendental y dinámico). Y ¿dónde podemos conseguir eso? Aquí en este mundo es la explotación y allá justamente lo opuesto, la dedi­cación.


Trata de vivir en una familia unida


Después de haberse rendido al Centro, bhakti es dedicación. Como men­cioné anteriormente, hemos sido arrastrados por el interés separado. Ahora tenemos que abandonar ese interés egoísta y entrar en la familia indivisible; debemos aceptar el guardián. Se nos ha aconsejado entrar en la familia del guardián-guía. Tenemos que adaptarnos a vivir en una familia protegida. Pero haremos lo posible para entender que esa vida con el guardián es ejemplar y saludable. No necesitamos buscar total independencia; con independencia no podremos solucionar el problema al que nos estamos enfrentando. No hay duda que estamos en medio de un problema. Aparentemente pensamos que el problema puede ser resuelto con independencia, pero es un error.

Las Escrituras y los Mahâjanas vienen a ayudarnos: “¡No! Actualmente puedes pensar que la independencia dará dicha satisfacción interior a tu corazón, pero es un error. Tu aparente pensamiento es tu enemigo. Tú quieres escapar de cualquier falta circunstancial y conseguir la libertad para ser feliz; eso es un error. En vez de eso, lo contrario es la verdad. Deberías tratar de vivir en una familia. Tienes que adaptarte; tienes que corregir tu carácter. Tu independencia es tu enemigo”.

Esto se debe entender. Esta independencia que aparentemente parece ser tu amiga, realmente es tu enemiga, y tienes que aprender a convivir con otros. No puedes separarte del medio ambiente porque no es posible. Eso es muerte, samâdhi o el sueño infinito. Eso no es vida; no es la respuesta, no es la solución. Tienes que vivir acompañado. Tienes que ver que eres una parte del Todo y que solamente tu espíritu de independencia te está perturbando. Debes tratar de salvarte de las manos de tus así llamados amigos. “Dios, sálvame de mis amigos, mis así llamados ‘amigos’”.


Concentra la atención en tu guardián


Sólo la rendición puede darte alivio, verdadera vida superior. Serás capaz de entender esto desde lo más profundo de tu corazón. En el Bhagavad-gîtâ, repetidamente Kèëòa ha insistido en este râga-dveëa, apatía y simpatía (râga-dvesa-vimuktais tu, Bhagavad-gîtâ. 2.64). Aquellos dos son tus enemigos. Apatía por algo y simpatía por algo, ¡estos son tus enemigos! Independízate de ellos y concentra la atención en tu Guardián; Él es imparcial. Tu primera consideración debe ser que el Guardián no es parcial. “Soy tu Guardián y además soy tu amigo (suhèdam sarva-bhûtânâê, Bhagavad-gîtâ 5.29). ¡No abandones este pensamiento! Yo soy tu guardián y al mismo tiempo soy tu amigo. No olvides esto, de otra manera solo habrá peligro en tu vida”.

Sé optimista. ¿Tú crees ser bueno y que todo lo que te rodea es malo, que la retirada de todos y de todo te dará la verdadera bienaventuranza? No seas tan egoísta en tu reflexión. Ése es tu medio ambiente, deberías confiar, también se encuentra bondad en ellos; trata de ajustarte a ellos. Tat te ‘nukampâm (Ärîmad- Bhâgavatam 10.14.8): Todos los incidentes de nuestra vida ocurren por Su gracia. Especialmente, trata de adaptarte al Guardián quien está en el fondo de toda la creación y evolución. Tenle fe y a través de Él, aproxímate a tu medio ambiente. Luego todo se acomodará correc­tamente.

En el Ärîmad-Bhâgavatam se dice:


sarva-bhûteëu yaì paäyed, bhagavad-bhâvam âtmanaì

bhûtâni bhâgavaty âtmany, esa bhâgavatottamaì

Ärîmad-Bhâgavatam 11.2.45


En esta forma podremos obtener una posición elevada. Todo lo que encon­tremos, debemos ubicarlo en el interés central y no en el provincial o local. Ve directo al Centro: Bhagavad-bhâvam. Luego âtmanaì. Trata de ver al Centro en todo y entonces en conexión con Él aproxímate a tu medio ambiente. Primero ve al Centro, conócelo y ajústate a Él. ¿Cuál es la relación del indivi­duo con el Centro y cuál es mi relación con el Centro? Considerando estos dos factores, comprobaré cuál será mi relación con esa persona. Mi conexión con todo debería ser comprobada a través del Centro. Mi relación con los demás tiene que ser calculada desde el interés central, no desde el medio del interés local o parcial. Eso será un error. Y esa es la raíz de todo lo malo. Esta relación separada no es saludable. Mira directamente las cosas a través del ojo del interés del Centro solamente y tu relación descenderá (sarva-bhûteëu yaì paäyed, bhagavad-bhâvam-âtmanaì). Próximamente, bhûtani bhagavaty, luego âtmâni, y viceversa: ¿Cuál es la relación de Dios con las cosas y cuál es la relación de las cosas con Dios? Y de acuerdo con ese cálculo, adáptate a ellos, a tu medio ambiente. Entonces estarás fuera de peligro. Pero si quieres mezclar y conseguir simultáneamente satisfacer algún beneficio local, elimi­nando el interés central, estarás en peligro (yo mâê paäyati sarvatra... praòaäyati, Bhagavad-gîtâ 6.30; sarva-bhûteëu yaì paäyed....eëa bhagavato­ttamaì. Ärîmad-Bhâgavatam 11.2.45).

Así, el medio ambiente no es malo. Estamos sufriendo por un mal enten­dimiento, mâyâ (na te viduì svârtha-gatiê hi viëòum), y debe ser aclarado ese mal entendimiento. Tratando de vivir en algún lugar veremos el medio ambiente lleno de amor, si tenemos esa visión profunda para ver quien está en la base de todos nosotros. También se menciona en los Upaniëads que en conciencia pura, uno puede ver néctar en todas partes: En el viento, en el océano, en las plantas, en las estrellas; en donde sea.

Trata de reconocer que tu situación está llena de miel, llena de néctar. No trates de ver solamente la cubierta externa. Tu visión debe ser lo suficiente­mente profunda para ver la posición real. Entonces encontrarás que todo es como néctar para ti. Äèòvantu viäve amètasya putrâì. Este toque de clarín está viniendo de los Vedas, “¡oh hijos del néctar! ¡Intenten escuchar mis pala­bras! Realmente ustedes son hijos del lago nectáreo. ¿Por qué deberían ser como veneno? ¿Son una unidad venenosa? ¿Están ahora esclavizados y se volverán una unidad de veneno? Pero tu propia naturaleza interior te dice que ¡Tú eres una gota de ese océano de néctar!” Äèòvantu viäve amètasya putrâì: “¡Despierten! ¡Elévense a la conciencia que ustedes son una gota de ese océano de néctar! ¡Traten de darse cuenta!”


Sumérgete profundamente y encontrarás néctar, no veneno


Tu apego a la cubierta externa (no solamente las capas exteriores, sino las interiores también) en realidad es sólo cobertura. No seas un ‘calculador cubierto’”.

Sumérgete profundamente en tu propio ser, en la existencia de tu medio ambiente, y encontrarás que todo es néctar, no veneno. El veneno es una cosa superficial a tu concepción real”. Dar mucha importancia a la cobertura de las cosas, ignorando la sustancia interna, no es nada más que una opera­ción cubierta (na te viduì svârtha-gatiê hi viëòum, durâäayâ ye bahir artha-mâninaì). Es venenosa.

Podemos pensar que encontramos algo que es hermoso en este mundo, pero belleza en el interés local no es verdadera belleza. Tenemos que ser capaces de distinguir entre el interés central y el interés local. La belleza como posición individual es veneno. Estamos deseosos de independencia para disfrutar esa belleza local. Ésta es la trampa. Pero la belleza está destinada para el servicio de Kèëòa. Todo es para Él, allí encontraremos belleza real. La verdadera naturaleza de la belleza está presente en eso que es atractivo para Kèëòa. La belleza debe ser medida desde la consideración central. El peligro consiste en la consideración de la belleza desde el punto de vista del interés separado.

¿Qué es la belleza? Un objeto para ser disfrutado. ¿Para ser disfrutado por quién? Si es por mí, entonces estoy perdido. Todo está destinado para Él y hemos de disfrutar la belleza de esta forma. Si eso es posible, estamos bien. Dondequiera que veamos algo hermoso, debe venir a nuestras mentes “¡oh! Kèëòa será capaz de disfrutar mucho de esto”. Nuestra mentalidad debería ser algo así; enfocarse en el centro: “Cualquier cosa buena que vea inmediata­mente me recordará que Kèëòa lo disfrutará mucho”. “Kèëòa ha disfrutado lo sabroso de este curry; yo disfrutaré subsidiariamente. Mi posición depende de cómo Kèëòa ha disfrutado”.

Todo debe ser visto a través de Él y solamente después de esto lo ‘mío’. Sarva-bhûteëu yaì paäyed bhagavad-bhâvam-âtmanaì. ‘Mío’ debería signifi­car ‘cómo Kèëòa ha disfrutado’. Todo puede ser apropiadamente disfrutado por Él. Tengo que centrarme en Kèëòa. Entonces otros centros tales como la belleza para ser disfrutados por alguna otra persona, para no hablar de uno mismo, serán reconocidos como riesgosos y venenosos. La belleza toda debe ser disfrutada por Él. Está destinada, creada y sostenida por Él. Debemos alcanzar este entendimiento, porque esto debe situarse en el plano más profundo. Esto es nirguòa, trascendental. De otro modo, es saguòa o superfi­cial. Sal del saguòa, las olas del interés local: Puede centrarse en una familia, aldea, país, especie o sociedad; el círculo puede incrementar, pero todavía es limitado. Pero debidamente ajustado, no queremos nada menos que Kèëòa, así que todo tiene que estar conectado con Él y ser visto a través de Su inte­rés. Mi interés no debería contemplar ninguna amistad independiente con nadie. Todo debe ser hecho a favor de Kèëòa. Negociación, transacción y perspectiva futura; todo es para el Centro, Kèëòa. En esta forma, todo llegará a mí a través del Bien Absoluto. Entonces todo el veneno será eliminado y cualquier cosa que llegue a mí será mezclada con néctar.


Mahâprabhu: “Yo los llevaré a su hogar”


Por lo tanto, cualquier cosa que contactemos debe venir vía Kèëòa o Su sirviente fidedigno, cuya causa es inseparable de Kèëòa. Podemos depender de ellos. De alguna manera, todo tiene que filtrarse a través del Bien Abso­luto, no de la bondad limitada o vulnerable, sino a través del Bien Absoluto. Por esta vía todas las transacciones entre la pluralidad tienen que ser inspec­cionadas y enviadas como prasâda (remanentes misericordiosos) del Centro. Esa debe ser la actitud apropiada. Y eso es realmente dulce. Si podemos entrar en ese plano, sentiremos esto. De otro modo, nuestras acciones serán sólo realizadas por deber, por mandato de las Escrituras, etc. Pero si podemos alcanzar el plano del Bien Absoluto, nuestra propia alma y nuestra vida prác­tica darán testimonio que esta vida es la cumbre de todo y que sin esto no podemos vivir.

Ärîla Bhaktivinoda Ùhâkura dice: “esaba choàata paraòa hârâu: Ärî Vèndâvana y sus alrededores despiertan intensamente mis recuerdos de Kèëòa y si estas cosas me son quitadas, perderé mi propia vida. Ellas me sostienen, porque me incentivan a aceptar la conciencia de Kèëòa. Ellas me ayudan y me estimulan en diferentes aspectos hacia la conciencia de Kèëòa. Cualquier cosa que yo vea allí, râdhâ-kuòàa-taùa-kuñja-kuùîra, govardhana-parvata-yamunâ-tîra (la morada en los bosques de las riberas del Ärî Râdhâ-kuòàa, la santa colina Govardhana, las orillas del santo río Yamunâ), me recuerda en una forma dulce, llevándome hacia la concepción Kèëòa y al Kèëòa-lîlâ, esparciendo néctar en mi corazón. Si tengo que separarme de ellos, entonces abandonaré mi existencia. Ellos están en todo mi alrededor; ellos me están dando vida y entusiasmándome. Satisfacen plenamente mi vida; ciertamente, ¡son más que mi vida! Kusuma-sarovara, mânasa-gaôgâ, kalindanandinî vipula-taraôgâ (el santo lago a mitad del camino entre Mathurâ, Govardhana y Râdhâ-kuòàa, el río al filo de la colina Govardhana, las olas ondeantes del Yamunâ); khaga-mèga-kula, malaya-bâtâsa (los pájaros y animales, la brisa de la primavera), ¡qué dulce contribución me ofrecen todas estas cosas! ¡Kèëòa está muy cerca de mí! Sin ellos yo moriría. Semejante belleza, todos estos objetos, me llevan directamente hacia la conciencia de Kèëòa con la velocidad del rayo; hacia Sus asociados y Sus pasatiempos con ellos. Eso es un néctar continuo y entrará en mí”.


râdhâ-kuòàa-taùa-kuñja-kuùîra

govardhana-parvata, yâmuna-tîra

kusuma-sarovara, mânasa-gaôgâ

kalinda-nandinî vipula-taraôgâ

vaêäi-vaùa, gokula, dhîra-samîra

vèndâvana-taru latikâ-vânîra

khaga-mèga-kula, malaya-bâtâsa

mayura, bhramara, muralî-vilâsa

veòu, äèòga, pada-cihna, megha-mâlâ

vasanta, äaäâêka, äaôkha karatâlâ

yugala-vilâse anukûla jâni

lîlâ-vilâsa-uddîpaka mâni

estaba choàata kâhâ nâhi yâu

estaba choàata parâòa hârâu

bhaktivinoda kahe, äuna kâna

tuyâ uddîpaka hâmârâ parâòa


La morada de los bosquecillos de las riberas del Râdhâ-kuòàa, la montaña Govardhana, las riberas del río Yamunâ; el lago Kusuma-sarovara, el río Mânasa-gaôgâ, las olas ondeantes del Yamunâ, la hija del Sol; el lugar de la danza râsa y Gokula, las suaves brisas, los árboles, las enredaderas y las palmeras vetasa de Vraja; los pájaros y los animales, la dulce brisa de la primavera, los pavos reales, los abejorros, el dulce sonido de la flauta; la flauta, el cuerno, Sus pisadas, hilera de nubes en el cielo, la estación de primavera, la luna, la caracola, los címbalos de mano; yo sé que todo esto está contribuyendo a los pasatiempos de la Pareja Divina; puedo sentir que ellos despiertan los santos pasatiempos del Señor; nunca podré dejar todas estas cosas tan queridas para mí, sin ellas sé que seguramente moriré; Ärî Bhaktivinoda dice: ¡Oh Kân, escúchame, Tú eres la única luz de mi vida!”

Esto es Vèndâvana. Ella es tan amigable, dulce, tan cerca de nosotros y nos desea tanto bien. Allí estamos completamente en casa, en nuestro dulce hogar. Svarûpe sabâra haya, golokete sthiti: En nuestra innata y más íntima existencia, somos miembros de ese plano. Ahora hemos salido y regado nuestra conciencia por toda la superficie. Hay muchas capas, coberturas, y todas ellas son cosas secas. La sustancia, el espíritu, está adentro. Eliminando la cobertura corporal, la mental, la de la liberación, la de Vaikuòùha, podre­mos luego entrar en la tierra de Vraja. Vèndâvana reside dentro de mí, si puedo encontrar a mis amigos en cualquier parte. Ellos son mis parientes y amigos y me darán una experiencia placentera, éxtasis. Mahâprabhu nos trajo esta noticia: “¡Oh! Ustedes son hijos de esa tierra; ¿por qué sufren aquí, Mis niños, Mis muchachos? ¿Por qué sufren? Amètasya-putrâh: Ustedes son hijos de esa tierra y están sufriendo tanto, entrando en el desierto Tu hogar es tan lleno de recursos, tan dulce y están corriendo por el desierto ¿qué es esto? ¡Vengan! Abandonen este encanto venenoso, este encanto suicida. Este hechizo, el encanto de mâyâ, el encanto del mal entendimiento; esto es suicida. ¡Abandonen este encanto aparente! Es ponzoñoso, como una bruja. La bruja los encantó y los ha hechizado. ¡Vengan Conmigo! ¡Yo los llevaré a su hogar el cual es muy dulce!”

Este es el llamado de Ärî Caitanya y Ärî Nityânanda Prabhu. No trates de considerarte el amo de muchos siddhis tales como aòimâ, laghimâ, vyâpti (volverse tan pequeño como el átomo, tan liviano como la pluma, todo penetrante, etc.). Pensar que puedes jugar con los milagros es una concepción completamente baja. Con mukti (liberación), luego siddhi (poderes místicos sobrenaturales), te tropezarás con muchos obstáculos y tu propia existencia estará en peligro. Al sur está el Bhîmarula-varulî, el nido de avispas de los deseos insatisfechos (karma-kâòàa); al occidente, está el Yakëa, el fantasma ilusorio representando la muerte al fundirse en el Absoluto a través de las prácticas del yoga sobrenatural (yoga-siddhi); y al norte está el Ajagara, la serpiente negra, representando la muerte al fusionarse con el Brahman abso­luto realizada por los liberacionistas en la senda del conocimiento (jñâna-mârga). Ellos te dejarán perplejo. Pero en forma natural y con el menor esfuerzo de tu parte, el Señor Ärî Caitanya Mahâprabhu te llevará al lado oriental, a la riqueza que hay dentro de tu corazón. Eso es universal, espa­cioso, dulce y lo más íntimo. Allí está tu hogar, todos allí somos amigos since­ros. Nos deseamos el bien el uno al otro. Ese es el regalo del Ärîmad-Bhâgavatam y de Ärî Caitanya Mahâprabhu.


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jueves 11 de marzo de 2010

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