lunes, 15 de marzo de 2010

Sermones del guardián de la devoción I - Capítulo IV

CAPITULO CUATRO


El investigador honesto


ISKCON desire tree - Sanatana Goswami Disappearance 02

ISKCON desire tree - Sanatana Goswami Disappearance 02 por ISKCON  desire tree.


ISKCON desire tree - Sanatana Goswami Disappearance 01

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Debemos notar la diferencia entre un sirviente y un comerciante. Muchos se acercan con algún propósito mercantil, pero el carácter del devoto verdadero debe ser el de un sirviente. Ärî Prahlâda Mahârâja ha mencionado que quien se asocia con los sâdhus, esperando algo a cambio para su interés personal, está haciendo ‘negocio’ con los sâdhus. Él piensa: “¿Cuánto puedo ganar y cuánto tengo que dar?” Pero el devoto puro no debe tener ningún interés separado. Por el contrario, debe tratar de sumergirse en el interés del Señor. No importa en qué posición esté, sea un brahmacârî, sannyâsî, gèhastha, vânaprastha o en alguna otra posición, él debe estar dispuesto a sumergirse (viäate tad anantaram).

Él no deseará mantener una cuenta separada. Su objetivo exclusivo será entrar en la familia del Señor. Éste es el principio fundamental de la devoción pura. Tato mâê tattvato jñâtvâ, viäate tad-anantaram (Bhagavad-gîtâ 18.55). Queremos rendirnos, ser uno con el interés del Señor, y no acercarnos, hacer algunas preguntas y apropiarnos de las respuestas, para luego hacer comercio con ellas de un modo u otro. Una vez mientras se me formulaban muchas preguntas, yo contesté: “Ésta no es una oficina de información”. El indagador quiere satisfacer su curiosidad ociosa o quiere ser maestro de muchos asuntos, así será capaz de dar soluciones a los problemas de todos y obtener alguna posición relativa. Tiene muchos motivos pero no puede entender la necesidad real.


Mi única pregunta es: “¿Cómo puedo ser utili­zado aquí?”


Se requieren artículos específicos para ejecutar la adoración, tales como incienso, flores, lámparas, etc. Similarmente, si deseamos alcanzar el plano supersubjetivo, hay tres necesidades específicas: praòipât, paripraäna y sevâ. Sin estos tres ingredientes, nuestra búsqueda será imitativa, insustancial y ridícula.

Praòipât significa ‘caer tendido a los pies del Adorable’: “He finalizado todas las actividades de mi vida previa; no encontré nada que haya podido satisfacer los objetivos de mi vida. Finalmente, después de ‘terminar mis andanzas’, he venido aquí”. Éste es el síntoma práctico de praòipât.

Paripraäna significa ‘investigación sincera’. La investigación sincera y honesta es permitida. El espíritu de tal investigación es: “Quiero saber cómo puedo ser utilizado de alguna forma. Todo el encanto por la vida ha llegado a su fin. Mi único interrogante es: ‘¿Cómo puedo ser utilizado aquí?’”

Y sevâ, servicio, es el factor más importante. “He venido a servir y a ser utilizado por la causa que he estado investigando. No estoy aquí para coger algo. Sólo quiero servir, no tengo otro motivo”.


tad vijñanarthaê sa gurum evabhigacchet

samit paòiì ärotriyaê brahma-niëùham

Muòàaka Upaniëad, 1.2.12

Abhigacchet significa samyak-gacchet: ‘Sin pasaje de regreso’. Abhi signi­fica, ‘completamente’. He perdido completamente el encanto por mi vida previa; he venido a rendirme, ärotriyaê brahma-niëùham, a quien pueda enseñarme, quien esté ya en una posición divina y que posea tanto conoci­miento teórico como práctico acerca del objetivo. Sin este proceso, todo será inútil.


tasmâd guruê prapadyeta, jijñasuì äreyaì uttamam

äâbde pare ca niëòâtaê, brahmaòy upaäamâärayam


Tasmâd significa: ‘consecuentemente’. Debido a que el candidato ha perdido todo el encanto por el mundo de su experiencia previa, él, conse­cuentemente, se ha acercado con el único objetivo de buscar aquí un lugar honorable para su vida futura. Prapadyeta significa prapannam, rendirse; exclusivamente él se consagrará a la causa. Jijñâsuì äreyaì uttamam: Él ha venido en busca de una vida elevada. “Las vidas bajas quedaron atrás; ¿puedo tener una vida elevada aquí?” Por lo tanto él se está rindiendo a quien es versado en los dos aspectos de la verdad. La realidad (pare) así como la descripción literaria de la realidad (äabde o äruti-äâstre), la cual es verdad revelada proyectada desde la morada superior, más allá de este mundo de experiencia sensual (Ärîmad-Bhâgavatam 11.3.21).

En el Ärîmad-Bhâgavatam, Ärî Prahlâda Mahârâja rehusó aceptar cualquier bendición que el Señor le ofreciera. Él dijo: “Alguien que acepta algo en pago por el servicio a Ti, no es Tu sirviente sino un comerciante” (na sa bhètyaì sa vai vaòik, Ärîmad-Bhâgavatam 7.10.4). Aquellos que se aproximan al Guru y a Kèëòa con interés separado, han venido solamente a hacer negocio. Ellos han venido a adquirir algo para satisfacer sus intereses egoístas. Debemos ser muy cautelosos para evitar tal característica en nosotros. ¿Para qué he venido? Puede haber muchos motivos.

Después de que un famoso y renombrado gosvâmî bien versado en el Ärîmad-Bhâgavatam hiciera una disertación pública, Ärîla Gaura Kiäora dâsa Bâbâjî Mahârâja, quien estuvo presente durante la lectura, ordenó a su sirviente: “¡Purifica este lugar con agua y excremento de vaca!”

El sirviente se asombró. “¿Por qué? El lugar ya está purificado, la recitación del Ärîmad-Bhâgavatam, Bhâgavata-kathâ, tuvo lugar aquí”.

Ärîla Gaura Kiäora dâsa Bâbâjî dijo: “Tú escuchaste Bhâgavatam, pero yo escuché solamente ‘dinero, dinero, dinero’”. El Gosvâmî había estado muy deseoso de tener a Ärîla Gaura Kiäora dâsa Bâbâjî en su lectura; la publicidad sobre la presencia de Ärîla Bâbâjî para escuchar su explicación del Ärîmad-Bhâgavatam daría al conferencista un mayor alcance para conseguir más dinero en su negocio. Él leyó el Ärîmad-Bhâgavatam únicamente con este propósito y no con el de satisfacer al Bhâgavatam o a Kèëòa. Vino por su propio negocio; no por el propósito del Bhâgavatam. Comerciar con el Bhâgavatam es una ofensa, aparâdha, en contra del Bhâgavatam y es muy perjudicial para la devoción pura. Lo más importante es la actitud de uno hacia la devoción. Ärîla Ärîdhara Svâmî, el renombrado comentarista del Ärîmad-Bhâgavatam, ha establecido: cârpitaiva sati yadi kriyeta, na tu kètâ satî paäcâd arpyeta: “El servicio devocional primero debe ser ofrecido al Señor y luego ejecutado; no, ejecutado y ofrecido después”.


Será servicio si recibo una orden superior

Debemos comprometernos de antemano cuando venimos a servir y no colectar capital y más tarde tratar de utilizarlo en el servicio del Señor. El compromiso es con Él, con Kèëòa. He venido a conocer acerca de Él por Él, no por mí o por alguien más. Entonces, ¿por qué hay un departamento de prédica para el beneficio de otros? Ese departamento existe solamente por instrucciones de lo alto. Solamente si recibo una señal de la región superior: “Vaya y predique”, lo haré, solamente entonces mi prédica será servicio y nunca si es hecho por el nombre y fama: “Yo soy un buen predicador haciendo un buen trabajo, etc”. Debo tener compromiso con la oficina supe­rior y solamente en su nombre predicaré; entonces será prédica genuina. De lo contrario, será comercio. Na sa bhètyaì sa vai vaòik: Prahlâda Mahârâja nos ha prevenido en contra de esta mentalidad mercantil en nombre de la verdad espiritual.

Devoción es un plano diferente y separado donde vivimos solamente para el Centro; aspiramos a vivir y movernos solamente como agentes del Centro, nunca desconectados de Él: Esto es conciencia de Kèëòa. La realidad es para sí misma y debemos acatar estrictamente esta regla. Él es para Sí mismo, todo es para Él y yo soy para Él. Cualquier cosa que haga también debe ser para Él. Debemos adherirnos estrictamente a esta concepción y siempre examina­remos si lo que estamos haciendo es para Él o para algún otro propósito, por muy importante que pueda parecernos.

¿Y cuál es la garantía? La garantía son el vaiëòava y la Äâstra. Uno no debería ser tan audaz como para pensar que puede concebirlo todo; uno debe hacerlo todo con la aprobación de un vaiëòava (vaiëòavera anugatya). Al comienzo cuando me uní al Gauàîya Maùh, cierto día mi hermano espiri­tual el profesor Sanyal hizo una observación: “Si leemos el Bhâgavatam por nuestra propia iniciativa, quizás obtendremos algún conocimiento, pero no bhakti, devoción. Pero si un vaiëòava nos ordena leer, nuestra lectura será en devoción”. Incluso la lectura de las Escrituras no es devoción a menos que se lo haga por orden del vaiëòava; la lectura independiente solamente es búsqueda de conocimiento. Por seguir al vaiëòava nuestra unión con el Señor está garantizada. Sâdhu-saôge kèëòa-nâma: En la compañía de los devotos, el canto del nombre o cualquier servicio que prestemos llegará al Señor. ¿Y cuál es la garantía de eso? La respuesta es: “Su agente lo ha dicho así y por lo tanto estoy comprometido. Yo no soy mi amo, sino su sirviente”. Tal concien­cia debe ser genuina, en la medida que sea posible; el éxito depende de este principio.

La realidad es para sí misma. Esta verdad, aunque parezca difícil, debe ser aceptada. ‘Morir para vivir’, y la ‘Realidad es por sí misma y para sí misma’; estas máximas de Hegel pueden ser muy bien empleadas por la escuela vaiëòava.


Primero ríndete, luego sirve


ahaê hi sarva-yajñânâê, bhoktâ ca prabhûr eva ca

Bhagavad-gîtâ 9.24

En el Ärî Gîtâ, encontramos: ‘La realidad es por sí misma y para sí misma’. “Yo soy el Señor y el Disfrutador de todos los sacrificios”. Así, Ärî Ärîdhara Svâmîpâda ha advertido: “Primero ríndete, luego sirve”. De otra manera tratarás de adquirir algo, apropiarte y escapar. No. Firma el contrato por lo que te corresponde, luego haz el servicio necesario sin depender de ti mismo.

¿Es deseable tal vida? Debemos pensar que hay mucho riesgo: ‘Morir para vivir’. ¿Debemos primero morir para poder vivir en el futuro? ¿Estamos preparados para tomar tal riesgo? ¿Estamos suficientemente disgustados con el medio ambiente presente como para arriesgarnos por un futuro brillante? “¡Yo saltaré!” ¿Estamos suficientemente disgustados para dar tal paso?

Si soy sincero conmigo mismo y si tengo un vislumbre del futuro brillante, sólo entonces puedo tomar tal riesgo. Por el contrario, nadie sería tan tonto de tomar tal riesgo y saltar, abandonando el presente por un futuro incierto. Para sentir el valor de saltar, uno debe haber vislumbrado incluso el más diminuto rayo de tal brillante existencia.

Sukètî, mérito devocional, y äraddhâ, buena fe, son requeridos. Si sola­mente un toque de fe noble ha surgido en nuestro corazón, se puede aceptar este paso audaz y saltar; de otra manera es imposible. Primero äraddhâ, luego sâdhu-saôga y bhajana-kriyâ: Con fe, cuando uno tiene la asociación de los devotos, las prácticas del servicio devocional continúan. Con fe, uno puede adoptar el proceso de realización. Sakala châàiyâ bhâi, äraddhâdevira guòa gâi: Abandona todo y con tu más grande energía alaba la nobleza de la fe, el rayo de luz para una vida nueva y noble.

Incluso grandes eruditos y personajes del mundo religioso no pueden com­prender la calidad de la vida de rendición a Kèëòa (na vai vidur èëayo nâpi devâì, Ärîmad-Bhâgavatam 6.3.19); ¿entonces, qué puede entender el ser humano común? Aquellos que permanecen fuera pueden estar tratando, pero todavía no han venido al terreno.




Contribuye con tu cuota aunque sea pequeña


Explorando en busca de petróleo o minerales, uno puede ver muchos síntomas externos que indican la presencia de aquellos elementos bajo la tierra, pero solamente después de penetrar profundamente uno puede confirmar su hallazgo. A pesar de que hay muchos síntomas externos insus­tanciales, solamente cuando la búsqueda ha alcanzado un cierto estado puede uno saber: “Sí, hemos descubierto petróleo, hierro u oro”. Así, Ärî Caitanyadeva dijo, eho haya, age kaha âra: “La vida divina que estás buscando existe; ahora ve más allá”.

En esta forma, con buena fe, äraddhâ, uno puede progresar. La fe debe ser de esta naturaleza: Si proveemos comida al estómago, naturalmente el cuerpo entero será alimentado. No trataremos de alimentar una sección en particular a través de una inyección local. Si proveemos agua a la raíz, todo el árbol será alimentado. Similarmente, a través de la fe podremos darnos cuenta que si hacemos todo para Él, el Centro de la Belleza Personificada, todo será hecho bellamente. Con toda energía contribuye con tu cuota, aunque sea pequeña, y desde este punto tu esfuerzo será bellamente distribuido. Esta es la armonía más elevada. La vida más elevada de cada parte está en total armonía con la naturaleza.

Si tienes un buen cocinero, ¿por qué tratas de cocinar tú mismo separada­mente? Si simplemente le ayudas de acuerdo con su dirección, los ingre­dientes cocinados por sus manos serán de agradable sabor para todos. Así, ocúpate con este principio. Cualquier energía que tengas, aunque sea pequeña, colócala a disposición de la belleza más elevada, el amor divino, y será distribuida; y tú también serás inundado con la más alta calidad, máxima felicidad y satisfacción. Dicha vida de devoción ha sido recomendada como la clave de nuestra existencia. Prahlâda Mahârâja, quien es un äuddha-bhakta, un devoto puro, del estado primario, äânta-rasa, nos ha prevenido de la contaminación del ‘temperamento mercantil’, que es un gran peligro en nuestro acercamiento a la devoción pura (na sa bhètyah sa vai vaòik). Así, debemos examinarnos y abandonar este temperamento de negocio. En su raíz es pratiëùhâ, la búsqueda por establecer el nombre y la fama. La devoción genuina está desprovista de semejante actitud.



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jueves 11 de marzo de 2010

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