Oración de Çambu (Çiva) al Seïor Çré Räma:
Escucha, oh Garuòa: despues Çambu apareció ante la presencia de Çré Räma y con voz entrecortada y todos los cabellos de su cuerpo erizados por la emoción, hizo la siguiente súplica:
“¡Te saludo, Çré Räma, Esposo de Sétä, Aliviador de las aflicciones de la existencia mundana! Protege a este siervo, obsesionado por el miedo a la transmigración. ¡Oh Rey de Ayodhya, que gobiernas a los dioses, Seïor de Lakñmé, Maestro preservador de todo! Acudo a Ti en busca de refugio y Te imploro que extiendas Tu protección hacia Mí. Deshaciendote de Rävaëa, que poseía diez cabezas y veinte brazos, liberaste a la Tierra de sus muchas penalidades. Las huestes de demonios eran como una manada de polillas que Tú redujiste a cenizas por el fiero destello de tus flechas. Eres una hermosa Joya del globo terrestre, armado con un excelente arco, flechas y carcaj. Eres el Sol radiante que dispersa la densa oscuridad del orgullo, la ignorancia y el apego. El cazador de la lujuria ha derribado al ciervo humano destrozando su corazón con las flechas del deseo malicioso; ¡oh Seïor! Te pido que mates a ese cazador y salves así la vida de esas pobres criaturas desamparadas, perdidas en el desierto de la sensualidad, ¡oh Çré Hari! la gente está aquejada de una multitud de enfermedades y desgracias irreparables, que sin duda son el resultado de haber olvidado Tus pies. Los hombres que no abrigan amor por Tus pies de loto son arrastrados por el insondable oceano de la existencia mundana. Y siempre son los más desdichados, impuros e infelices. Sin embargo, aquellos que aman Tus historias son queridos por los santos y por Ti que eres el eterno Seïor. Y están libres de la pasión, la codicia, el orgullo y la arrogancia; la prosperidad y la adversidad son lo mismo para ellos. Por ello los sabios desisten para siempre de su fe en el Yoga y gozosos se convierten en Tus siervos. Con un corazón puro y bajo un solemne voto adoran constantemente Tus pies de loto. Dando el mismo valor al honor y a la deshonra, esos santos se mueven felices por esta Tierra. Oh Heroe de la estirpe Raghu, invencible en la batalla, que habitas como una abeja en el corazón de loto de los sabios, yo deseo refugiarme en Ti. Repito Tu nombre y me inclino ante Ti, oh Çré Hari; eres un remedio infalible para la enfermedad del nacimiento y la muerte y un enemigo del orgullo. Te saludo constantemente, Esposo de Lakñmé, Morada Suprema de amabilidad, bondad y compasión. Oh Deleite de los Raghus, pon fin a todos los pares de sentimientos opuestos, como la alegría y la pena, el placer y el dolor, la atracción y la repulsión. Tú que gobiernas la Tierra, pon Tu mirada en este humilde servidor.
“Una y otra vez Te pido este don: complácete en otorgarme constantemente devoción a Tus pies de loto y constante comunión con Tus devotos, oh Seïor de Lakñmé.”
Despues de cantar así las Glorias de Çré Räma, el Seïor de Umä, Çiva, volvió alegremente a Kailasa. El Seïor Çiva, ora al Seïor Çré Räma despues de vencer Este en la Batalla al demonio Rävaëa, y ora Çiva. (Ramayana)
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